Capítulo 12.

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La mañana en Bredon era fría, repleta de nieve y aun así las familias del pueblo se reunían en los alrededores del parque

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La mañana en Bredon era fría, repleta de nieve y aun así las familias del pueblo se reunían en los alrededores del parque. Ese día se llevaría a cabo la competencia de muñecos de nieve, la familia que hiciera más muñecos de nieve para la puesta del sol recibiría como premio la cena más costosa en la cafetería. Así que la mayoría del pueblo y los visitantes pasarían el día fuera de sus casas, faltaban pocos días para navidad. John y Catalina Marshall adoraban esa competencia así que para cuando Vanessa llego a abrir la tienda allí estaba la familia completa. Aunque no tuvo oportunidad de saludarlos, tal vez lo haría por la tarde o ¿tal vez no? En realidad, no tenía idea de cómo enfrentaría a Oliver. Solo de recordar, se sentía nerviosa.

El cielo se mostraba gris desde temprano para Vanessa parecía un mal augurio. Prefería no creer en supersticiones. La brisa era fuerte y eso dificultaría la competencia ya que si tu muñeco de nieve no era suficientemente denso y grande caería ante los golpes del viento. La gente se cubría por completo, llevaban puestos incluso guantes, bufandas y algunos gorras, otros orejeras. Ella llevaba de todo, no estaba acostumbrada a esas temperaturas.

Los Marshall no estaban solos ese día, una amiga de la familia llamada Lucía se encontraba con ella, había crecido junto a Oliver y sus hermanos. Una chica hermosa de cabello ondulado y ojos castaños. La chica pudo notar la mirada perdida de Oliver quien seguía la camioneta, así que allí viajaba la chica de los rumores. Verlo de ese modo no le sentaba nada bien.

Joe dejó a la chica y regresó a la granja, tanto él como su esposa eran ya unos ancianos como para buscar resfriarse, pero su nieta era joven y sabían que podría disfrutar de las actividades tal como parecía haber hecho el día anterior.

Oliver se preparó para encontrar una excusa y pasar a saludar, pero fue detenido por la chica que los acompañaba.

—Estuve esperando que abrieran la tienda. Debía traer las zanahorias, pero lo olvide así que iré a buscar unas. —informó la chica con una sonrisa inocente.

Lucía se alejó de la familia con la sangre hirviendo ¿Cómo era posible que esa mujer lo haya enamorado? Eso no era posible. El único que noto que algo andaba mal era Alejandro, conocía los sentimientos de la castaña, pero no dijo nada. Quería ver algo de drama.

—Buenos días, bienvenida ¿Cómo puedo ayudarle? —Habló animada Vanessa desde el otro lado del mostrador, para ese día había varios pedidos de zanahorias que debía preparar.

—¿Tienes zanahorias extra para vender? —cuestiona la otra chica mientras comienza a dar vueltas por la tienda, daba la impresión de querer quedarse un rato.

—Disculpa, acabo de abrir así que no puedo decirte con seguridad, pero puedes volver en una hora si gustas...

Vanessa fue interrumpida de manera abrupta por la voz fría de la muchacha.

—Esperaré.

Ahora Vanessa no podía perderla de vista, nada le aseguraba que no estuviera tratando de robar algo. Comenzó a sacar las cuentas de los pedidos previos y la cantidad de producto que se suponía Joe había descargado.

Bajo Las Estrellas Y Muérdago | #PGP2024Where stories live. Discover now