_Lisa...

_Tengo...mucho miedo...- confesó, sus lágrimas caían - pero no quiero que mi miedo aleje la posibilidad de ser felíz. Si esto no resulta como espero...al menos estaré felíz de haberlo intentado, ¿No? - preguntó insegura.

_¿Intentar...qué? - preguntó nerviosa, quería que Lisa sea directa, no quería creer que solo se está imaginando cosas o las está malinterpretando.

Lisa bajó la mirada, un sonrojo apareció en ella, esto le pareció tierno a Jennie.

_¿Puedo ser...tu enamorada? - fue casi un murmullo, pero fue suficiente para que una sonrisa nostálgica aparezca en Jennie.

Su respuesta fue un repentino beso que dejó sin reaccionar a Lisa por unos segundos, pero lentamente cerró los ojos, disfrutando de los labios dulces de la castaña.

Jennie se alejó solo un poco y apretó los labios, pensativa.

_Sabes a sangre - pronunció.

Ambas rieron, sonrojadas en un cómodo silencio. Lisa sostuvo su mejilla y dió una caricia a los labios de la castaña con su pulgar. Había sido tan difícil tener que soportar las ganas de ir a besarla cada vez que la veía. Era como una fuerza invisible que la empujaba a la castaña, y ahora estaba gustosa de haber caigo en ella, poder besar a aquellos labios y abrazarla para sentir su calor, su aroma y su cálida piel.

_Debemos curar tus heridas...- Jennie se puso de pie, tomando su mano - vamos dentro.

_Vamos a mi departamento...- pidió - no quiero seguir en esa camilla y menos que otra vez me pongan tubos en los brazos.

_Es por tu bien, Lisa - insistía - dijeron que estabas muy débil. ¿Qué haz estado haciendo? Supe que ni siquiera has estado comiendo bien.

_Te lo contaré, pero vámonos, ¿Sí? Por favor.

Jennie dudó, pero las palabras de Lisa parecían una súplica. Dió un suspiró y asintió. Lisa se puso de pie y sonriendo, dejó un beso en su frente. Ambas se fueron tomando un taxi, Jennie avisó a su padre en el transcurso y él supo comprender. Le dijo que no preocupe, que él pagaría todo.

Al llegar al departamento, Lisa se dejó caer a su cama, tenía mucho sueño.

_No vas a dormir sin antes comer - Jennie se dirigía a la cocina - mi mamá dice que una buena sopa de verduras te alimenta bien - tomaba una mediana olla.

_No quiero sopa...- arrastraba las palabras, como un pequeño berrinche.

_No queda de otra, vas a comer sopa - puso el agua y encendió el fuego - mientras vamos a limpiar y curar esas heridas.

Minutos después, Lisa gemía del dolor por la herida en su labio. Jennie ya estaba terminando. Le había mandado a bañarse para que sea más fácil, y ahora solo estaba en un top negro y un shorts de igual color.

_¿Solo tienes ropa negra? - preguntó Jennie colocando con cuidado un pequeño parche en la comisura de su labio.

_El negro combina con todo - respondió - ¡Ash! ¡Jennie! - cerraba los ojos - eso me dolió.

_Listo - ahora tomó sus brazos - te quitaste los tubos con brusquedad, ¿No? - Lisa desvío la mirada, disimulando - con razón tenías sangre en los brazos hasta los dedos - suspiró - al menos ya cerraron. Tienes suerte que esos tubos iban puestos a una aguja o si no, ya te hubieras desangrado - regañaba.

Jennie gimió del dolor repentino en su bajo vientre.

_¿Estás bien? - Lisa se preocupó de inmediato, tocando su vientre.

¡No Es Mío!Where stories live. Discover now