Elena Cooper siempre había sido invisible, pero desde el accidente, todos la tenían en la mira.
Ella nunca pidió ser comprendida solo escuchada, pero como podría ser escuchada si estaba pintada como asesina.
¿Estas bien? Es todo lo que quería recibi...
Desperté sobresaltada de la cama, con el cabello pegado a la cara toda sudada, sosteniendo mi pecho agitado.
Había sido otro sueño.
Miré hacia la ventana que desprendía la luz mañanera, cerré los ojos y respiré.
1...
2...
3...
Toc, toc.
Abrí de nuevo los ojos.
-Adelante -dije y Andrea entró por la puerta, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Buenos días, Elena -me sonrío y respondí.
-Buenos días, Andrea -Andrea se acercó a la ventana para abrir mis cortinas y se dio la vuelta hacia mi.
-Otra vez con los sueños del...accidente? -me dice tratando de que no doliera esa palabra "accidente", y asiento con mi cabeza despacio.
-Le eh preparado un té de manzanilla para eso, oh y su amiga la esta esperando abajo -me sonrío y luego salió dejándome a solas en mi cuarto.
Me volví a acostar en mi cama mirando el techo decorado con luces y de repente abrieron mi puerta de un golpe.
Vi a Tara, mi amiga desde que tengo memoria, con su cabellera rubia y sus ojos azules mirandome con enojo, tenía una pierna arriba y las manos en modo de combate (Práctica Taekwondo que no les sorprenda).
-Que, aún no estas lista?? vamooos, llegaremos tarde -me dijo y me jaló del brazo a lo que yo respondí con el dedo del medio.
-No podríamos simplemente no ir por ser el primer día?
-No, es nuestro primer día y último año en el colegio, con más razón no faltaremos...oh por lo menos no hoy -me dije mientras sacaba ropa de mi vestidor.
Yo la vi mientras me sentaba en el borde de la cama bostezando y ella me lanzó una mirada enojada.
-Ya vooy -digo, mientras voy al vestidor con la ropa y me lo pongo.
Salí con el cabello sin peinar y agarré mi mochila que por sierto apenas llevaba un lápiz y una hoja.
En mi defensa no quería ir al colegio hoy por eso no tenía nada.
Veo a Tara mirándome fijamente y me dice.
-Si no fuera hetero, te haría mía. -me hizo una cara morbosa y yo me reí, luego bajamos las escaleras y me tome el té que Andrea había preparado, luego me despedí de ella que estaba limpiando la cocina.
Andrea tiene 40 años y es nuestra ama de llaves desde que tengo memoria, sabía sobre el accidente de mi madre y hermana a lo que estoy agradecida con ella por estar siempre para mi, era como una madre.
Fui hasta el auto de Tara y Respiré hondo antes de subirme en el, ella solo se me quedó mirando.
-De nuevo con los sueños? -dijo mientras arrancaba y empezamos a movernos, yo me puse el cinturón y me ataje del borde del asiento, mientras le decía.
-¿Como lo sabes? -pregunté y ella se río.
-Corazón, tienes cara de muerta y ni hablar de que cada que tienes los sueños antes de subirte a un auto, primero respiras y luego estas como cínica mirando si no hay cualquier camión de carga -yo la miré confundida.
-Bueno, no te equivocas -suspiré y llegamos al estacionamiento, nos bajamos del auto y caminamos hasta la entrada mientras todos nos miraban.
-Tranquila, puede que estén sorprendidos ya que casi nunca llegamos para el primer día -me dijo y yo asentí.
Al llegar a los pasillos sentí más las miradas, algunos miraban con pena y otros con asombró.
Era obvio que no se esperaban que yo estuviera el primer día, pero las miradas con expresiones me enojaban.
Eran como si me estuvieran arañando con las miradas.
Odiaba eso.
Todos aquí sabían lo del accidente de hace 4 años y en el trayecto de eso solo eh escuchado nada más que almas que me tienen pena y otras que me desean la muerte.
Y los odiaba.
Odiaba a todos.
...
Menos a mi padre a Tara y a Andrea, ellos fueron los únicos que no me hicieron de lado.
Tara cuando me vio destrozada me dio una mirada de "llora todo lo que quieras en mi hombro, pero no dejes mocos" no me trató como un bicho raro o habría pensado que fui muy desafortunada en mi otra vida como para que perdiera a dos personas importantes en esta y peor aún en mi cumpleaños...
Hasta hoy en día, digo que fui la culpable del accidente, si es que no nos íbamos al cine y nos habríamos quedado en casa por el mal tiempo, como mi madre me lo había dicho. Pero no... yo insistí hasta que se cansará de mi y me llevara al cine.
Aun sabiendo que el conductor se durmió en el volante.
Yo era la culpable y me lo iba a llevar hasta la tumba.
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Elena cada que ve un camión de carga es esto literal JAJSJAJSJAJ
