BNHA X Ben 10

PROBLEMAS FAMILIARES

El espacio exterior, un vacío oscuro y frio..., algo aun desconocido por las razas que viven fuera de sus planetas por años sin siquiera saber un poco de lo que habita en ella, ¡Oh!, pero, ¿Esto que tiene que ver con la historia de nuestro protagonista?, se preguntaran, pues es fácil la razón de ello, en lo inexplorado del vacío habría una pequeña estela rosada volando con la delicadeza de una mariposas si podría decir, aquella escena era majestuosa y bella.

Esa estela pasaba cerca de planetas y soles, en algunas ocasiones se desviaba como si tuviera vida propia... Con cada planeta que se acercaba cambiaba su rumbo, además de parecer tener vida propia parecía buscar algo en los planetas que se acercaba, pero conforme pasaba el tiempo la estela mostraba rastros de inquietud yendo aun mas rápido, buscando y buscando aun sin encontrar aquello que lo ponía tan nervioso.

El tiempo que pasaba se sentía como si fueran días, incluso se podría decir que eran semanas pero eso no se podía medir por el flujo del tiempo en el espacio exterior, con el mismo paso del tiempo aquella estela rosada parecida a la de un asteroide se adentro a una zona inhóspita de la galaxia donde se encontraba, parecía que se había rendido pero a lo lejos pudo ver una luz... Una luz de esperanza para ella.

Acercándose a la luz con gran velocidad pudo divisar un pequeño sol amarillo brillando mientras irradiaba un enorme calor insignificante para la estela, aquel color del sol significaba que había planetas cercas de el, siendo un sistema solar, con aparente nerviosismo empezó a buscar por lo alrededores del sol buscando un pequeño planeta, se encontró con varios planetas de diferentes tamaños, colores  y composiciones, justo como las historias que había escuchado, pero por su entusiasmo no pudo ver con claridad lo que en verdad eran esos planetas...

Justo en el tercer planeta del sistema encontró lo que tanto había buscado, un pequeño planeta azul con grandes trozos de color verde siendo mayormente cubierto por un sin fin de manchas blancas, días de búsquedas enteras para poder encontrar tal cosa, con supuesta emoción se adentro a la atmosfera del planeta ignorando la atracción de este sobre ella, con ímpetu empezó a llegar a la corteza terrestre del planeta, al estar sobre el cielo vio algo que le pareció llamar la atención, era como una isla gigante a lado de la tierra firme, interesada por lo que se pudiera encontrar ahí se aventuro.

Mientras mas se acercaba podía ver múltiples luces, zonas boscosas sin ninguna iluminación artificial que le diera vida en aquella noche, la escena que veía era bastante hermosa en comparación a otros paisajes que la estela había visto, se quedo viendo el paisaje por unos momentos hasta que recordó el motivo que le había hecho llegar a ese planeta, con lo que parecía decepción bajo a una gran velocidad a un bosque cercano a una ciudad para poder pasar de desapercibido, pero... ¿Por que una estela rosada que parecía un asteroide buscaría un planeta en concreto?, ¿O también porque parecía emanar emociones?

Eso era fácil, esa estela no era una estela, era un ser vivo como nosotros pero la única diferencia era que no era humano o algo similar, el ser vivo era algo mucho mas poderoso que ellos...

Con velocidad se adentro en el bosque en una zona cercana a la ciudad, cada vez que se acercaba al suelo su velocidad baja a la vez que la luz que le caracterizaba se apagaba, al estar a unos metros del suelo empezó a descender como si fuera una pluma de un pájaro, al llegar al suelo su luz se apago por casi por completo dejando ver un ser humanoide de color morado y rosa, ojos y boca totalmente blancas, un enorme y bello cabello violeta que le llegaba hasta los pies, este mismo se ondeaba sin seguir ningún patrón, este ser era una...

???:Por fin... he llegado... -dijo con un suspiro- si... ¡SIII! ¡Por fin he llegado a la tierra!

La figura humanoide empezó a gritar y a empezar a correr dando círculos mientras agitaba rápidamente sus brazos, su expresión facial era fácil de deducir, estaba muy contenta, cualquiera que viera esa escena diría que era como ver a una niña pequeña en una tienda de muñecas o un político con un gran maletín repleto de dinero.