11

379 42 6
                                    


Noeul podría estar corriendo un maratón en ese momento de lo emocionado que se encontraba frente a su puerta. Había llegado el esperado día de su cita con Boss y miraba la hora de su celular en espera a que fuera la hora en punto para salir y encontrarse de manera casual frente a sus puertas. Todo el día había sido una maraña de nervios para él, inclusive First tuvo que visitarlo nuevamente para ayudarle a elegir su atuendo de aquel día porque nada le convencía, otra vez.

Sabía que era muy probable que tuviera harto a su amigo, inclusive él mismo se aborrecía porque, demonios, ¿Acaso volvía a la adolescencia cuando un chico que le gustaba lo invitaba a salir? Era un persona adulta, se suponía que había dejado esa clase de emociones atrás y actuaba con madurez, pero tan pronto como Boss lo había invitado a salir no había pegado el ojo noche tras noche pensando en los mil y un escenarios posibles de su cita.

Cuando su reloj marcó la hora en punto, se acomodó la chaqueta una última vez antes de abrir la puerta y sorprenderse cuando vió como Boss alzaba la mano para tocar con sus nudillos, mientras que a un costado suyo llevaba en el portabebés a Smile, entretenida con un peluche entre sus manitas.

—Oh, hola Noeul.—Boss sonrió, bajando su mano de manera rápida.

—Hola, Boss.—Se inclinó para estar a la altura de la bebé, la cual sonrió al verlo.—Hola, pequeña Smile.

El contrario los miró enternecido.—¿Listo para irnos?

Noeul asintió, saliendo del departamento y caminando detrás de Boss hacía el ascensor. Bajaron hasta la planta del estacionamiento, mirando a los dos automóviles con ciertas intriga.

—¿Iremos por separado o...?

—Oh, pensaba que podríamos ir en mi auto, si no te parece mal.—Señaló su automóvil, quitándole la alarma.—Si te estoy invitando, soy quien se hará cargo de todo.

Noeul se quedó sin palabras, un leve rubor cubriendo su rostro antes de caminar hasta el asiento del pasajero, donde Boss le abrió la puerta sin percatarse de aquel detalle hasta que la cerró y fue al asiento trasero para instalar a Smile de manera segura, sobreanalizando la situación. ¿Había estado bien que le abriera la puerta? ¿Debería de hacerlo cuando llegaran al restaurante también? Dios, debería de relajarse o antes de siquiera llegar estaría más que nervioso y titubeando.

Una vez que se aseguró que la bebé estuviera bien desde su asiento, subió a su lugar y acomodó el espejo retrovisor antes de prender el auto y salir del estacionamiento. Estiró la mano para prender el radio, diciéndole a Noeul que podría escoger una estación mientras se dirigían a su destino, fundiéndose en una trivial charla sobre la música actual y la de sus días de juventud, teniendo una terrible comparación en sus tiempos. Estaban de acuerdo que la música no se comparaba con la de sus días de secundaría, la cual disfrutaban cantar en los karaokes saliendo de clases.

Cuando Noeul encontró una de esas canciones que tanto habían disfrutado cantar en su adolescencia, no dudó en subirle más el volúmen y comenzar a cantarla, haciendo un dúo con Boss al ver una canción con colaboración. Estaban perfectamente sincronizados con el papel que les tocaba desarrollar, metiéndose en el papel del personaje mientras reían por la actuación del otro; Smile los veía desde atrás, sacudiendo sus manitas y piecitos al ver el gran ambiente que había en la parte de enfrente del auto.

Terminaron con una pista de guitarra eléctrica justo cuando Boss entró al estacionamiento del lugar, bajando el volumen cuando terminó y sonriendo por el pequeño concierto que habían ofrecido. Halagaron sus magníficas voces juntas y Boss se precipitó a salir primero, abriéndole nuevamente la puerta a Noeul para luego bajar a Smile en su portabebés.

Save my life // BossnoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora