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12 CHICOS LOBOS - Capítulo 20

- ¿Ángel? – dijo sin dejar de abrazarla.

- ¿Sí?

- ¿Acaso dijiste que me quieres?

- Si, lo dije. – contestó tranquilamente.

- ¿Qué tanto?

- Tal vez más de lo que creí. – rio.

Él se separó para poder verla a los ojos. Escrutar su alma. Leer sus pensamientos. Aquellos enormes ojos negros resultaban más reconfortantes de lo que Erika recordaba.

- No es verdad. – dijo tristemente. Habló tan bajo que Erika apenas y lo escuchó.

- ¿De qué estás hablando?

- Tú no me quieres. – repuso con una amarga sonrisa.

- Claro que lo hago.

- No es igual.

- ¿Y tú como lo sabes? – exigió frunciendo el entrecejo. No entendía a lo que se refería.

- Porque lo sé. Tú no me miras de la misma manera en la que yo te miro a ti.

Escuchar aquello fue un golpe duro. Como un pequeño puñetazo en el estómago. Podía ver la decepción en los ojos de Nick tan nítidamente que era casi palpable. La verdad no tiene color, sabor o tamaño, y sin embargó era lo más difícil que se había tragado.

- Pero Nick, tu eres mi mejor amigo. – sentía que podía romper a llorar en cualquier momento.

- Yo no quiero ser un simple amigo. – dijo con amargura – Yo quiero ser un hombre para ti.

Aquello dejó a Erika desarmada. Tal vez sería por qué en toda su vida nunca había sentido amor genuino, una entrega honesta. Tal vez sería porque su experiencia con Jeremy le había dejado expectativas demasiado bajas de los hombres. Tal vez sería por la manera tan segura en la que lo dijo. Pero de lo único que estaba segura Erika, era que nunca nadie, le había dicho algo tan siquiera parecido a eso.

Nick parecía a la espera de alguna respuesta, alguna reacción. Erika comenzó a entrar en pánico. ¿Qué debía hacer ahora? Sentía que debía abrazarlo, pero tal vez no fuera la respuesta adecuada. Las múltiples situaciones comenzaron a agolparse en su cerebro, en busca de la respuesta que Nick merecía.

- ¿Qué demonios crees que haces aquí afuera? – preguntó de pronto una voz bastante enfadada detrás de ellos.

Erika se giró, para encontrarse con la cara de Micaél, frunciendo el ceño más de lo normal. Su corazón empezó a latir muy rápido, nerviosa por lo que pudiera ocurrir a continuación. Miró a Nick, quien observaba a Micaél con arrogancia pero cautela.

- Yo... Salí con Snowflake y...

- No importa. Sabes perfectamente que no debes salir. Ven aquí.

Avanzó con pasos firmes hasta donde ella estaba, la tomó de la muñeca y tiró de ella para obligarla a seguirlo. Estaba a punto de hacerlo, cuando Nick se le adelanto y tomó con brusquedad el brazo de Micaél para que la soltara. Y él lo hizo. Los dos se quedaron quietos en un gélido silencio. Ninguno de los tres se movió en lo absoluto, mientras que la mano de Nick seguía aprensada del brazo de Micaél.

- ¿Me permitirías despedirme de ella? No tardaré mucho. – dijo sin soltar su brazo. Su tono era calmado y educado, pero igual de amenazante.

Micaél quedó sorprendido por la repentina e insolente actitud de Nick. Se notaba por su mirada que deseaba golpearlo, pero algo más se lo impedía.