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- ¿Qué haces?
Me miró mientras se reía un tanto burlón. No dije nada. Me alejaba mientras él se levantaba ya con expresión preocupada en su rostro y se intentaba acercar a mí.
- Bella... ¿Ocurre algo?
- ¿Eres mi hermano? ¿O no?
Su silencio repentino y el cambio de expresión en el rostro me dieron la respuesta.
- Bella... deja que lo explique
- ¡No puede ser!
Llevé mis manos a la cabeza. Comenzaba a hiperventilarme. Caminé hacia atrás, hasta que choqué contra el borde de las escaleras.
- Bella, escúchame, por favor
- ¡Déjame!
Grité. Me di la vuelta y subí a tropezones las escaleras. Me encerré en mi cuarto y puse llave a la puerta.
- por favor, abre la puerta
- ¡Déjame sola, Asher!
No oí más nada. Confiada en que se marchó me acerqué a la cama y me quedé allí sentada. Me di tremendo susto al escuchar ruidos en mi ventana. Me levanté de un salto y me acercaba lentamente. Vi a Asher, trepando por las enredaderas que iban desde el suelo hasta el borde de mi ventana.
- ¿Qué diablos haces?
No dijo nada. Llegó hasta el marco de la ventana y de un salto entró a mi habitación, quedando frente a mí en silencio unos segundos.
- no voy a dejarte
- ¿Por qué diablos no me lo dijiste?
Comencé a llorar sin notarlo. Él se quedó allí parado, no dijo ni hizo nada. Yo comencé a desesperarme por no obtener ninguna respuesta de su parte y le tiraba pequeños golpes en medio de su pecho... ilusa, ¿Por qué creía que mis pequeñas manos iban a causarle dolor en su tonificado cuerpo?
- ¡¿Por qué ocultarlo, maldita sea?!
- Bella...
- ¡¿Por qué?!
Grité. Él me tomó de las muñecas con delicadeza, pero a la vez con firmeza para que dejara de golpearlo. Me miró unos segundos a los ojos. Finalmente cayó rendido, de rodillas, al suelo frente a mí. Yo lloraba sin lograr contenerme. Él comenzaba a llorar, aunque muy despacio para que no lo escuchara, pero si lo hice. Me arrodillé frente a él. Tomé su rostro entre mis manos e hice que me viera directamente ¡Maldición! Esos ojos color miel, ese cabello rubio tan prolijo. Acariciaba sus mejillas con mis dedos, secando cada lágrima que veía caer de sus ojos.
- Bella... lo lamento tanto
Murmuró entre llantos. Lo callé. Por alguna razón mi corazón comenzó a latir cada vez más fuerte. De alguna manera el verlo de esta manera me hizo recordarlo todo: cuando me dijo la verdad, cuando me confesó sus sentimientos, cuando intentó darme celos, cuando sintió celos a tal punto de golpear a las únicas dos personas que se habían fijado en mí ¡Maldición! Lo miré. Quería alejarme. Quería irme corriendo de allí. No lo hice. Esos ojos me penetraban hasta el alma al mirarme, sus manos aferradas al suelo queriendo formar puños y golpear la pared o el mismo suelo descargando todo lo que sentía en este preciso momento.
- princess...
Murmuró. Miró al suelo unos segundos y volvió a verme a los ojos. Yo bajé mis manos de su rostro y las posicioné sobre las suyas en el suelo, viéndolas sin decir nada.
- perdóname por favor...
Quería preguntar porque debía perdonarlo. No me dejó. Sus manos ya estaban en mis mejillas, acariciándolas con tanta delicadeza que me hizo cerrar los ojos y dejar caer algunas lágrimas que aún quedaban por salir. Puedo asegurar que no terminaría allí la situación, pero lo hizo, había llegado Lía y debido a que la puerta estaba sin llave y nadie había respondido, si había entrado. Ella estaba allí entonces, golpeando la puerta de mi cuarto al ver que estaba cerrada ¡Uff! ¿Imaginan si nos veía así? Hubiera pensado cualquier cosa. Asher se acercó cortando un poco más la distancia entre los dos. Inclinó su cabeza y dejó un suave beso en una de mis mejillas mientras que con la mano acariciaba la otra.
- te prometo responder todas tus dudas
Murmuró solo para nosotros. Pasó sus dedos por debajo de mis ojos secando el resto de mi llanto. Se levantó y salió por la ventana, igual que como había entrado. Escuché después de un rato como hablaba con Lía del lado del corredor.
- ¿Ella está bien?
- te lo contará seguramente, pero si, está bien
Pasé mis manos rápidamente por mi rostro. Suspiré. Me levanté y fui a abrirle a mi amiga.
- ¡Al fin! Me asusté
Me dio un fuerte abrazo y la hice entrar cerrando de nuevo la puerta para quedar a solas. No podía ocultar algo como esto a ella. Le conté todo y no dijo nada, eso me hizo entender que ya lo sabía.
- ya sabías, ¿No es así?
- yo...
- y no me dijiste nada
- lo siento, pero el doctor dijo que debías recordarlo sola
No dije nada. Ella se dio cuenta de lo que pensaba, como si leyera mi mente, y comenzó a jugar con sus dedos esperando a que yo estuviera lista para hablar primero. Cuando vio que no decía nada comenzó a desesperarse, lo noté.
- anda, háblame al menos Bel
- es que... no sé qué podría decir
- lo que sea, pero no me des tu silencio, sabes lo mucho que odio eso
Me miró haciendo puchero como una niña reprendida por sus padres. Abrí la boca para hablar. Mi madre nos interrumpió golpeando la puerta, estaba abierta, pero solo lo hacía para llamar nuestra atención.
- hola mamá
Lo dije seria. Lía le lanzó una mirada que le hacía entender lo que estaba ocurriendo y ella de pronto se acercó sentándose con nosotras en la cama.
- ¿Estás enojada, querida?
Negué. No podía estar enojada, digo ¿Por qué lo estaría? No han hecho nada malo, simplemente es frustrante que no pueda recordar ni siquiera algo que se supone es importante saberlo en mi vida ¡Uff! ¿Qué otras cosas estoy olvidando de mi propia existencia? ¿Qué más está oculto en mi cerebro y se niega a aparecer? ¡Maldición! Esto es tan frustrante y desesperante en verdad. Lía me dio un abrazo reconfortante mientras que mi madre tomó suavemente mi mano.
- les prepararé algo delicioso para la merienda
Mi madre sonrió. Se levantó y se marchó, dejándonos a nosotras solas en la habitación.

Bella (Mini Serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora