Blitz borró su sonrisa al darse cuenta de la gravedad del asunto. No era un pobre diablo al que podría engañar con facilidad y el castigo por robarle a semejante noble no sería un par de meses en prisión. Le cortarían la cabeza o se lo devorarían crudo y vivo para que sufriera una agonía de verdad.

Era peligroso a diferencia de cualquier otro tipo de operaciones que podría ejecutar con personas de bajo rango. No se podía joder con la realeza. Tal vez eran un chiste hipócrita en cuanto a muchas cosas, pero buscarían cualquier manera de asesinar a imps o a otros de clase baja con tal de divertirse un poco.

Y no era como si pudiera pedirle prestado el libro a ese búho, el cual debía ser un hombre sádico, oscuro y maquiavélico a esa altura de las cosas luego de forjarse en una familia real tan distinguida y de renombre. El búho ni siquiera debía recordar su nombre, ni que pasaron esas pocas horas juntos aquel día.

En definitiva, no era una buena opción. Tenía que conseguir otra manera y descartar esa posibilidad, porque involucrarse con el núcleo de la realeza le iba a costar más que una visita a la cárcel.

----

—¿Conseguiste empleado? —preguntó Blitz aquella mañana deslumbrante, ya que su compañero le prometió que le daría la sorpresa de su vida.

En efecto, Moxxie abrió la puerta de la oficina con una sonrisa gigante para dejar pasar a la chica nueva. La emoción de Moxxie parecía ser justificada luego de esa semana buscando en Ira, ya que creía que había encontrado al empleado perfecto para ellos.

—¡Soy Millie! ¡HOLA!

La mujer joven entró con una energía explosiva. Era muy bella, su sonrisa emanaba unas vibras sinceras y su preciosa voz se encargó de iluminar toda la oficina. Era una mujer imp de cabello sedoso y oscuro, cuernos derechos y sensuales curvas. A pesar de ser hermosa, también parecía salvaje y con hambre de aventuras nuevas.

—¡HOLA! ¿Qué sabes hacer? —Blitz sonrió al verla ya que la chica parecía realmente emocionada por estar ahí. No era necesaria tanta formalidad, la entrevista iba a consistir en si le caía bien y si era buena matando gente.

Para ser honesto, el entusiasmo de la chica le gustó. Fue raro, pero le gustó. Y con una presentación adecuada, podría cerciorarse de si poseía la seguridad para atreverse a ir a la tierra y matar humanos.

La chica entendió el ritmo de la cuestión cuando fue reclutada, entendió el objetivo del trabajo y sabía que podría lograrlo.

—Moxxie ya me contó lo de ir al mundo de los vivos y matar humanos. Soy una gran asesina —la chica le sonrió, su mirada se compenetró con un brillo implacable hacia Blitz—. He matado a muchos en Ira, me descontrolo como una perra sedienta de sangre cuando hay objetivos para perseguir. Soy buena con armas de fuego, pero también con armas blancas —le aseguró con una voz muy valerosa—. Usted dígame, señor. Puedo probar mi valía en cualquier momento.

Blitz consiguió exactamente la clase de persona que quería. Una perra temeraria que no le tuviera miedo a nada. La mayoría de la gente en el anillo de la Ira era así, y casi todos allí eran asesinos y sabían usar armas. Tener a alguien del círculo era un privilegio.

—Contratada, me gusta tu actitud.

La chica se alegró tanto que gritó de la emoción y se lanzó sobre Blitz para darle un enorme y fuerte abrazo.

Blitz se sorprendió, no recordaba la última vez que alguien lo había abrazado. Entonces, se dio cuenta de lo hermosa que era Millie. Tal vez podría remojar el ganzo con la chica. No era estratégico coger con compañeros de trabajo, de hecho esas cosas siempre salían mal. Pero últimamente estaba caliente, ya que no remojaba el ganzo desde Verosika y eso fue hacía mucho tiempo.

No tenía mucha tiempo para citas y esas cosas espantosas, él no estaba hecho para tener relaciones interpersonales y tenía un largo precedente que lo probaba, así que volver a intentarlo por el lado emocional JAMÁS volvería a ser una opción.

Sin embargo, si se trataba de sexo casual, quizá debería empezar a ir a bares eventualmente. Vivía a pajas porque no tenía ánimos de conocer a nadie y estaba concentrado en otras cosas, como completar sus metas para mejorar su vida.

Bueno, Blitz abortó la misión de mirar sexualmente a Millie cuando se dio cuenta de que, cuando ella lo soltó y se fue a abrazar a Moxxie y a agradecerle por haberla encontrado y haberle conseguido trabajo, él la contuvo con una sonrisa que no podía explicar. Ahí ya había una chispa. No sabía si ellos lo sabían, pero Blitz reconocía esa chispa en las personas.

Vivió esa chispa dos veces, la sintió recorrer su cuerpo. La primera fue cuando Fizzarolli se acostaba en su pecho, ambos sobre el granero de su padre, y él llenaba de besos su cuello para luego mirarlo a los ojos por un largo tiempo, sonreírle y decirle que lo quería mucho, como si significara el mundo para él.

La segunda fue cuando Verosika le inyectaba heroína por primera vez. Él estaba asustado y malviajando porque estaba por hacer una mezcla peligrosa. Sin embargo, ella se enterneció y le dio un beso en la mejilla luego de retirar la jeringa. Se recostó sobre su cuerpo y le dijo que lo amaba por ser la cosa más tierna que había tenido en su vida. Probablemente esa fue la única noche en que ella lo protegió.

Ese constraste fue un poco surreal. El punto era que Blitz conocía un poco sobre el amor. Moxxie vio primero a Millie y Moxxie era su amigo, no podía cogerse a la perra de su amigo. Mucho menos al verlos abrazados y sonriéndose con tanto de esa chispa.

¿Blitz se veía así de estúpido cuando miraba el cartel de Fizzarolli? Probablemente.



You are loving | RebirthWhere stories live. Discover now