Epílogo

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Tiempo después...

El ruido de la puerta y pasos se escuchaban a lo lejos, luchando contra la neblina del sueño para lograr despertarse. Phayu logró entreabrir uno de sus ojos para ver que eran alrededor de las nueve de la mañana cuando escuchó el ruido provenir desde afuera; la luz de la mañana colándose entre las cortinas de la habitación.

Pasó de forma perezosa su mano sobre su rostro, mientras que con su brazo libre trataba de alcanzar donde se suponía que Rain debería de estar dormido, pero cuando su mano cayó en seco al colchón, abrió los ojos al percatarse que se encontraba solo.

—¿Cariño?—Cuestionó, pensando que estaría en el baño de la habitación, pero la puerta estaba abierta y la luz apagada. El lado contrario de la cama parecía ser dejado desde hace rato, por lo que se levantó al escuchar toda la casa en absoluto silencio.

Antes de salir de la habitación agarró la camiseta desecha en el piso, sin importarle como se la colocaba mientras salía un tanto apresurado. Apenas dió un par de pasos por el pasillo cuando pisó uno de los juguetes de Sonic, maldiciendo por lo bajo al sentir el dolor punzando desde su talón.

—Oh mi dios, ¿Te encuentras bien?—Rain apareció por el pasillo, agachándose con cuidado para recoger el juguete que simulaba un tren, haciendo que las partes picudas se quedaran marcadas en el talón de Phayu.

—Estoy bien, pero no debías de recogerlo, no quiero que hagas esfuerzos.—Reprendió severamente, colocando una de sus manos sobre su cintura y la otra en el vientre abultado.

—Solo estás exagerando, apenas iré por mi cuarto mes y tengo mucha movilidad aún, no te preocupes.—Sonrió y se levantó sobre las puntas de sus pies, dejando un casto beso sobre su barbilla.

Rain ya se encontraba por culminar el tercer mes de embarazo, en espera de su segundo hijo. Aún no sabían el sexo del bebé, pero Phayu se encontraba tan nervioso y sobreprotector que a Rain le podía exasperar a veces, pero cuando se ponía todo mimoso y aceptaba sus caprichos del embarazo era cuando toleraba todo lo demás.

Al principio había sido una grata sorpresa, puesto que había resultado embarazado justo en la luna de miel cuando en sus planes estaba pensar en integrarse al plan familiar regresando de todo el festivo de la boda. Pero cuando los primeros síntomas aparecieron y le resultaron familiares, Rain había corrido directamente por pruebas de embarazo y análisis que lo confirmaran. Había sido una buena noticia para los dos, y aunque sus planes se habían adelantado, no habían negado la emoción de poder esperar a su segundo hijo.

—Y a todo esto, ¿Qué estás haciendo levantado tan temprano? Desperté y no me gustó no verte a mi lado.—Cuestionó, sobresaliendo su labio inferior.

—Sonic me despertó de que tenía hambre, y digamos que tu otro bebé también me despertó con antojos de algo dulce, claramente los tengo que consentir.—Sonrió de forma angelical, explicando su hazaña en un tono suave.

—Ah, ¿Deberé hablar con ellos sobre las horas asignadas para comer?

—¡No! No seas gruñón y vamos a desayunar, los fines de semana está permitido comer a cualquier hora del día, son fines de semana excepcionales.—Tomó de su mano y caminaron juntos hasta la cocina, donde Sonic miraba con atención la mezcla para los hot cakes.

—¡Papá!—Gritó tan pronto como lo vió llegar y corrió hasta él, siendo cargado por su padre entre sus brazos.

Rain miró enternecido la escena, a pesar de todo el tiempo que llevaban juntos, su concepto favorito siempre sería Phayu con niños, verlo tan feliz y relacionándose con ellos tan bien se le hacía estragos el pecho, no podía esperar para verlo cuando naciera el segundo bebé, ¿Sería tan empalagoso como lo era ahora o sería peor? También no podía dejar de pensar de que, si su bebé fuera una niña, si sería la clase de padre meloso y celoso con su pequeña niña.

—¿Despertando a papá tan temprano?—Picoteó su mejilla, haciéndolo reír.

—Tenía hambre.—Se excusó, queriendo bajar de su agarre para poder viendo como el desayuno se encontraba por hacer.

Lo bajó y se acercó hasta donde estaba la estufa y todos los ingredientes para la mezcla, cuando se giró y volteó para comprobar que tanto Rain como Sonic lo miraban con ensoñación, entendió que solo se había levantado para cumplir los caprichos de su familia.

—¿Quieren desayunar hot cakes?—Cuando asintieron, suspiró.—Bien, pero Sonic ayudará a papá con los platos y para acomodar la mesa, aunque no le guste no quiero que haga demasiado esfuerzo, tenemos que dejarlo descansar.

—¡Voy!—Salió de la cocina rumbo al comedor, mientras que sentía la mirada de Rain en su persona.

—Que nos hagas de desayunar no significa que pase por alto esa orden, puedo ayudar ¿Sabes?—No esperó una respuesta, solo se encaminó hasta envolver sus brazos desde atrás mientras Phayu terminaba de preparar todo. Recargó su mejilla sobre su espalda, abrazándolo por detrás mientras cerraba los ojos y disfrutaba de su cercanía, pegándose tanto como su pequeño y abultado vientre aún lo permitía.—Pero de todas formas, eres el mejor, por eso te amo.

—¿Solo por preparles desayunos?—Cuando asintió, soltó una carcajada.—Me siento usado, solo me usas para estas cosas.

—Y también porque me darás masajes en los pies cuando ya no aguante estar demasiado tiempo de pie, con Sonic lograba cansarme con facilidad.—Recordó la promesa que Phayu le había hecho cuando le había explicado todos los malestares que había sufrido con el embarazo de su primer hijo y que este embarazo se asemejaba mucho, por lo que se estaban preparando para lo que podría avecinarse.

—¿Nada más por eso?

—Y porque cocinas de maravilla, y también porque sabes como consentirme.—Se retiró de su espalda, caminando fuera de la cocina. Escuchó una sonora carcajada por su parte y sonrió, complacido por tenerlo a su lado.

La vida hogareña y familiar les sentaba bien, no se podían quejar de ello porque era todo lo que habían anhelado por mucho tiempo, y ahora que se hacía realidad solo quedaba disfrutarlo tanto como pudieran. Disfrutaban de su vida sin que llegase a volverse monótona, porque cada día tenían algo diferente por hacer.

El amor nunca se sintió tan bien.

Fin.

Love never felt so good // PhayurainWhere stories live. Discover now