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Cuando el reloj de la pared situado arriba del pizarrón marca la una de la tarde y tres minutos, el profesor de estadística da por terminada la clase de dos eternas horas.

Cada lápiz utilizado, libreta y el libro van hacia su mochila con paciencia y de la forma más lenta posible. En primera porque no quiere ser de los primeros en salir lo que implica recibir miradas a las que ya debe de estar acostumbrado, demasiadas reverencias como si el fuese su abuela o incluso su tío, cuando su lugar en la sucesión ni siquiera sería un hecho y si así fuese tiene clara la idea de que no lo ejerceria.

Y en segunda porque cada que tiene que esperar a Yuta después de clase de estadística, este siempre tarda demasiado en encontrarlo en el gran jardín de la universidad porque se distrae platicando.

Es mejor que el salón quede vacío y pueda salir con algo de tranquilidad. Lamentablemente los pasillos a veces no son la excepción porque sigue recibiendo esas miradas y susurros cuando ya está en su segundo año en aquella institución.

Su padre constantemente le decia que era un error no haber elegido una escuela en el extranjero con una mejor educación, mejores instalaciones y claro, con una matrícula mil veces más cara que la que paga ahí pero a el no le interesa si estudia en Suiza, Noruega o en su país natal. No duda del sistema educativo que le ofrece la institución donde está pues el examen de admisión es de los más difíciles a nivel nacional a pesar de no ser una universidad de paga, no por algo estuvo estudiando casi un año a escondidas antes de que su padre quisiera tomar la decisión de enviarlo a un lugar exótico y caro.

Afortunadamente aunque su padre quisiera sacarlo de ahí no podría porque eso es un factor para poner en controversia la imagen de la familia real ante la gente del país.

Le gusta dónde está y le gusta tener que esforzarse por lo que quiere, porque sabe que así es la vida y no quiere cegarse por el hecho de provenir de una familia donde puede tener lo que quiere en un instante. Es dificil que alguien lo pueda entender, es más probable que reciba comentarios diciendo que solo quiere saber lo que es ser una persona común o que pretende aparentar humildad para agradar con él país.

Acomoda su mochila, de algo le sirvió estar sobre-pensando porque no se dió cuenta quien lo miró o susurró mientras bajaba las escaleras para llegar y tomar asiento en la jardinera.

Llego en 5 minutos, no te desesperes alteza real.

Ese es el mensaje de Yuta los miércoles, solo puede rodar los ojos ante el título que por mil veces que le aclare no le corresponde del todo.

No tiene más mensajes; con Johnny casi no ha hablado, su hermana está de vacaciones en pleno periodo de exámenes en una de las tantas residencias cerca de la playa, su padre debe estar demasiado ocupado en sus asuntos.

En ese momento su única compañía son los dos guardias enviados obligatoriamente que están a lo lejos, aparentan ser civiles para no hacer del asunto algo más ruidoso, solo basta con su presencia en ocasiones para llamar la atención y eso que ni siquiera es Johnny.

Mira los árboles que están a punto de dar sus frutos, el viento mece las ramas y se siente tan fresco a pesar de que recibe la luz del sol en su rostro, lo hace cerrar los ojos con una diminuta sonrisa de satisfacción mientras disfruta del sonido de las hojas chocando entre ellas.

En el mismo sitio donde está sentado se escucha un bolso siendo puesto con pesadez en el concreto de la jardinera pensando que es Yuta, dirige su mirada hacia su izquierda. Solo es un chico que ha hecho una parada para buscar algo dentro de su mochila.

—Aqui está... —logra escuchar seguido de un suspiro —gracias a ti estuve a punto de volver a casa y desperdiciar mi día.

El chico le habla a una hoja, seguro es una tarea importante, le causa gracia porque el acento es atropellado pero tampoco es tan obvio para soltar una risa en su presencia. Así que prefiere ignorar y volver a ver las hojas chocando, lo bonito que se ve que la luz del sol resalte el verde de cada una, la tranquilidad que emana el aire. Si... es el tipo de vida que desea...

—Mmm hey... ¿Disculpa?

¿En qué momento había cerrado los ojos? No le sorprende, es muy fácil relajarse cuando los panoramas son bonitos.

La misma persona que le reclamó a su tarea ahora está frente a él con una mirada curiosa y un poco suplicante.

—Perdón si te interrumpo, solo queria preguntarte...

Los guardias. Abre los ojos un poco tenso, expresión que disimula al instante, con un gesto discreto que Mark conoce como parte de su seguridad los detiene porque el chico no representa ninguna amenaza por el momento y no hay necesidad de que se acerquen.

—...¿Sabes dónde puedo encontrar la oficina de la coordinadora Kim?

Ahora que pudo parar un posible mal entendido, se dedica a mirar a la persona enfrente a la cara. Es fácil relajarse cuando los panoramas son bonitos, pero se está sintiendo un poco nervioso.

Ah sí, la coordinadora Kim. Claro, claro.

-Se encuentra después del edificio de economía en el segundo piso, es una de las primeras puertas.

—¿Edificio de economía? —asiente con calma —Joder —es capaz de reconocer la grosería en alemán —¿Dónde esta el edificio?

—Casi a la salida.

La cara del chico es de completa confusión, solo puede asentir como si supiera de lo que le habla. —: Gracias. —hace una leve reverencia que solo tiene la intención de agradecer y no de aparentar respeto en exceso como suele recibirlas —Ni siquiera se dónde demonios estoy ¿Cómo se supone que llegaré ahí? —vuelve a hablar en alemán mientras regresa a dónde estan sus pertenencias, cierra su mochila y toma su botella de agua —Calor de mier-

Forzosamente tiene que controlar su risa ante las palabras del otro, por educación no puede ir riéndose de los demás pero puede darle una solución que no sabía que saldría de su boca —: Puedo llevarte, si quieres.

Es la primera que se ofrece a ayudarle a alguien que no sea Yuta, no por egocéntrico, es que lo ha intentado pero si no son los guardias que alejan a la gente a veces es la misma que huye de él.

El chico lo mira esperanzado. —: Por favor, solo vine a terminar mi traslado y no se nada sobre la universidad. Llevo más de una hora buscando esa oficina.

Ahora quien me esperará eres tú. Te veo afuera del edificio de coordinación Yu.

Termina por enviar el mensaje a su amigo, toma sus cosas, y discretamente búsca a Mark que a lo lejos finge leer un libro, con la mirada le indica que está bien, que la persona es inofensiva.

—Vamos.

Primero se adelanta, decide ir por el camino contrario, es el más largo pero es mejor porque ahí no se acumula más gente. El chico lo alcanza a pasos rápidos.

msbwy · JaeWoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora