4 VIVIREMOS EN PARÍS

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(Contenido estrellado)

☆Capitulo 4☆

Emily

-En serio, yo te amo -pero yo no -¿Por qué? -Nuestro amor es imposible, Zara -pero...

Terminó el episodio.

-Eso es todo, no hay más.

-Se actualiza mañana, abuelo.

-No hay otra plataforma para verlo, no puedo quedarme así -se quejó mi abuelo mientras se acomodaba la mascarilla de panda en su cara.

-Creo que está en... -me incorporé en el sillón para cambiar unos canales con el control- aquí está, es el episodio 10 ¿verdad?

Él asintió.

-Mira, aquí está hasta el último episodio -le puse play al control acomodándome mi mascarilla.

-Eso es maravilloso, ponlo ya -se emocionó mientras comía palomitas.

Asentí.

Después de ver el K-drama nos quedamos dormidos en los sillones. Ya habían pasado semanas desde la infidelidad de Alexis y sinceramente me sentía bien, más que bien, perfecta. Ya no sentía la inseguridad de no hacer algo que a él no le gustara y podía hacer lo que quisiera.

Tenía más tiempo para mí y solo para mí, mis estudios iban mejorando de bien a mejor.

Después de quedarme dormida un rato, sentí una mano despertándome.

-Señorita, señorita, despierte.

-Mmmmm -me moví dormida- ¿Qué pasa, David? -me incorporé casi tragándome la mascarilla.

-¡Señorita, tenemos que irnos ya! -él me levantó demasiado rápido que el suelo se me movió.

-¿Irnos? -balbucí confundida.

-No pregunte, solo camine por favor.

Después de eso me llevó al carro, mi abuelo ya no estaba en la sala, estaba confundida. David entró rápidamente con la caja de Tito y la puso en la parte de atrás del coche.

-¿Qué pasa, David?

-Bueno, muchas cosas. Por ahora, le recomiendo que duerma, es tarde.

-Pero... -él me dio una manta.

-Cúbrase con eso, el camino va a ser largo.

Sabía que él no me iba a responder, así que decidí dormirme con la preocupación al máximo. Era de noche y estaba nevando.

Horas después me desperté y David seguía manejando. Me escondí en la cobija café mientras veía que se estacionaba en un hotel de carretera. Salió del coche y regresó en minutos, seguía con su traje y lentes negros.

Volvió al coche abriendo la camioneta.

-Señorita, tendrá que entrar al cuarto. Tómese su tiempo, que mañana nos espera un día larguísimo.

Sin decir nada me fui al cuarto, dejando a Tito libre para dormir con él. La habitación era algo chica, teniendo con ella un pequeño baño, una regadera y una estufa. Al lado de mi cama había otra cama en la que unas maletas, quizás se encontraban cosas de él. Entré al baño y me lavé la cara.

Seguía confundida, pero esto era parte de mi vida. Ser la hija de un rico dueño de compañía de celulares no era una tarea sencilla, probablemente regresaría a mi casa en semanas o meses.

Me acosté en la cama y me dormí con mi manta café y Tito a un lado.

A la mañana siguiente me desperté en busca de mi teléfono, por suerte estaba conectado en la mesita de noche. Lo tomé y abrí el buscador para saber en dónde estaba.

Donde La Luna y Las Galaxias Nos EncuentrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora