| 3. Fiebre emocional |

85 32 24
                                    

Henry Jonh.

Esa chica insiste en molestarme, parece pensar que no soy inteligente, pero se equivoca. Me pregunto qué es lo que busca con su actitud. ¿Acaso su intención es burlarse o complicarme la existencia? No logro comprender por qué imagina que podríamos ser amigos; estoy seguro de que eso jamás ocurrirá.

Avanzo hacia el  campus y, de repente, Joe aparece en mi camino. Con una sonrisa amplia y una mano en alto, parece olvidar su embriaguez por un momento, como si fuéramos amigos inseparables. Aunque espera un choque de manos, opto por no darle importancia y sigo mi ruta sin detenerme.

Pude escuchar de su parte murmurar «¿Cuál es su problema

Continúo mi camino, ignorando la fiesta habitual llena de excesos y desenfreno. No comprendo qué diversión encuentran en ello.

Desde la distancia, observo a mi hermana conversando y riendo con Logan y Leah, con copas en mano.

Me aparto, buscando refugio del bullicio, y me enfoco nuevamente en la melodía que intento perfeccionar. Mientras mis dedos danzan sobre las cuerdas, siento la mirada curiosa de un duende que parece disfrutar del espectáculo. Esa chica va a hacer que pierda la paciencia.

Angie Jonh 

La fiesta es un torbellino de emociones, y yo me encuentro en el centro, disfrutando cada momento con Leah y Logan.

De repente, Leah, con esa chispa en los ojos, desafía a Logan a besarme. Él finge confusión, pero Leah, impaciente, lo empuja hacia mí. Nos encontramos cara a cara, y ella se aleja entre risas y sorbos de cerveza.

Logan me mira de una manera que nunca antes había visto y, sin más preámbulos, me besa. Sí, a mí. Y tengo que admitir, el muy condenado sabe besar; no es de extrañar que tenga admiradoras siguiéndolo.

El beso es breve, pero intenso. Nos separamos y soltamos una carcajada cómplice. Leah regresa, su sonrisa anuncia que su travesura ha sido un éxito.

— ¡Por Dios! ¿Acaso necesitan mi presencia para animarse a besarse de una vez? — bromea Leah, claramente divertida.

— Tu 'ayuda' sobraba. — responde Logan con un tono de fingido desdén, mientras da un sorbo a su cerveza.

— Claro, claro. ¿Y cuándo pensabas hacerlo? ¿Esperarías a que Angie regrese con ese tonto de Paxton? — insiste Leah, con una sonrisa maliciosa.

— ¿Paxton? ¿De dónde sacas que...? — Comencé a preguntar, pero Leah me interrumpe.

— Tyler me lo contó. ¿Es verdad? — Leah fija su mirada en mí esperando confirmación.

— Sí, es verdad, pero solo duró una semana. Era un completo idiota. — admití  con un suspiro de alivio.

— Mejor para ti. Ese tipo me amenazó. — confiesa Leah, su tono se torna serio.

— ¿Te amenazó? — Logan interviene, su molestia es evidente.

— Sí, me advirtió que no me metiera con él o lo lamentaría, y que Angie también sufriría. Pero la verdad, no me intimida en lo más mínimo... — Leah concluye con un gesto desafiante.

— Es un idiota, si vuelve a decirte algo o incomodarte, me avisas ¿Ok?.

— Ok Logan, pero estaré bien.— le da una sonrisa sutil. 

Nos dirigimos a nuestros cuartos, cada uno perdido en sus pensamientos, cuando algo llamó mi atención. A un lado, Henry yacía inmóvil. Me pregunto, sintiendo una oleada de preocupación si estará enfermo o dormido. A pesar de su resistencia a mi acercamiento, no puedo ignorar el lazo fraterno que nos une. Me aproximo con cautela, decidida a descubrir qué le afligía.

𝙏𝙚𝙣𝙞𝙖𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚𝙧 𝙏𝙪Where stories live. Discover now