Capítulo 1: Yo lo amaba.

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Cuando una persona rompe tú corazón, lo más común es que entres en un estado de depresión y además de exageración de las cosas ocurridas al momento de haber terminado.

Son noches y días de llorar, llorar y llorar... horrible en pocas palabras; y he aquí una de las señales: exageración.

Pero sí, los días parecen ser los más negros y tristes de toda tú vida, aunque en realidad afuera sea el día más soleados de todos los tiempos.

Pero todo esto solo ocurre si en verdad quisiste y amabas a esa persona por la cual lloras.

Y yo, lo amaba; y que no se mal entienda, aún lo hago.

—Lily, arriba, es hora de ir al instituto — dijo mi tía Elizabeth corriendo las malditas cortinas. ¿Acaso no entiende que ODIO que haga eso?

—Tía, te dije que no me gusta que muevas las cortinas cuando apenas me levanto, el sol me da en la cara, y sabes lo odioso que es eso — dije, tomando mí almohada y poniéndola en mí cara, impidiendo así que los rayos del sol me molesten.

—Si no muevo las cortinas no te levantas, vaga, arriba.

—No, no quiero ir al instituto hoy.

—No te pregunté si querías Lily. Esta es la segunda semana que faltarás, y eso ya no lo voy a permitir — dijo, quitando mí almohada anti-rayosdesol de mi cara.

—Tía no me siento bien, en serio. Estoy mal.

—Mira Lily, intenté ser lo más paciente posible contigo; le mentí a tus padres para que pudieras quedarte aquí, le mentí a tu director para que pudieras faltar sin tener problemas, pero esto ya es demasiado.

—Es que tú no me entiendes — arrebaté la almohada de sus manos y la puse nuevamente contra mí cara.

— ¿Acaso crees que nunca sufrí porque un chico haya terminado conmigo? Pues te informo que sí lo hice; y sí sé que duele mucho al principio, pero es hora de que salgas adelante y dejes todas estas niñerías de niña pequeña, porque todo lo que hicimos tus padres y yo lo hicimos por tú bien, él no era un chico bueno para ti. Déjame decirte que mereces algo mejor que eso, Lily — dijo, ahora ella arrebatando mí almohada.

—Pues, tía, eso es lo que ustedes no entienden. Él para mí era el chico perfecto, ustedes no lo conocían como yo — era algo que no podía soportar el hecho de que sin siquiera conocerlo estuvieran criticándolo y hablando barbaridades de él, porque yo sé que él no es así.

—Se nota que tú no lo conocías como nosotros, solo estabas hipnotizada por el "amor" y te concentrabas en lo bueno, en vez de lo malo que él hacía.

—Yo sé que él no hizo nunca nada malo — me levanté y fui directo a mi armario. Esta estúpida discusión estaba colmando mi poca paciencia.

—Ya basta, no quiero ya hablar de este tema. Lo que paso tuvo que pasar por algo; él no era bueno para ti... y no entiendo porque lo defiendes tanto en realidad, porque es obvio que él ni siquiera te amo, porque de lo contrario hubiera luchado contra todo por ti — y ahí es cuando entiendo cuando dicen que "algunas palabras duelen más que millones de cuchillos clavándose en tú corazón", porque ella tenía toda la razón, él no había luchado por mí.

—Bajaré en un minuto — tomé rápidamente la primera ropa que encontré y luego camine a paso rápido hacia mi baño, no quería que mi tía me vea llorar.

—Lily... yo lo siento si mis palabras fueron fuertes, pero... amor, es la verdad — dijo, mi tía acercándose.

—No te preocupes — y me encerré en el baño... a llorar.

Llore...

Lo cual era totalmente estúpido porque mi tía tenía toda la razón, si él me hubiera amado hubiera luchado por mí... y eso es lo que más duele, que no lucho para nada.

Tomé una ducha de exactamente 15 minutos, una ducha de mini relajación.

Lo que había encontrado en mi armario para hoy consistía en un top negro, un jean desgastado y una chaqueta de jean también desgastada en juego con el pantalón; en mis pies opte solamente por mis vans negras. Me gustaba demasiado mi guardarropa no voy a mentir en eso.

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Bajé lo más rápido posible, se me estaba haciendo demasiado tarde, y lo último que me faltaba era obtener un castigo por mí tardanza.

—Es mejor que te apure si no quieres llegar tarde, Lily. Además yo tengo que llevarte, y por ende me harás llegar tarde a mí también, asique apúrate, por favor — dijo mi tía, dejándome unas tostadas con mermelada y un jugo de naranja en la encimera.

—No es necesario que me lleve, tía, puede ir sola. Sé por dónde es el camino, no me perderé, si es que eso es lo que te preocupa — dije, luego de haber tomado un poco del juego.

—Claro, claro; me iré y luego tú te encerraras de nuevo en tu habitación a llorar y no iras. Buena idea — dijo ella, tomando unos libros de la biblioteca.

—No haré eso de nuevo, lo prometo. Ya entendí mis consecuencias.

—Las consecuencias estas te las ganaste, asique apúrate.

—Bien — dije, levantándome. Ni siquiera había terminado ni la mitad del desayuno, pero es que este tipo de "discusiones" hacen que se me pase todo el hambre posible.

—No, primero termina el desayuno.

—No tengo hambre — dije, subiendo mis escaleras, más lento que un escarabajo. Lo hacía apropósito, obvio.

—Tardes lo que tardes te esperare aquí sentada, asique no tengo ningún problema; además a mí no me pondrán un castigo si llego tarde.

—Claro, si te acuestas con el jefe no tendrás ningún inconveniente — susurre, lo suficiente despacio como para que ella no escuchara, pero esa era la verdad.

— ¿Qué dijiste? — preguntó, parándose de su silla.

—Nada, solo que te quiero mucho — le sonreí, falsamente.

—Yo también — me devolvió ella la sonrisa.

Corrí escaleras arriba y tome mi mochila. Tome un cuaderno que se encontraba arriba de mi cómoda y allí encontré el aparato al cual no había tocado desde que todo paso; pero que se encontraba cargando, gracias a mi tía, que según ella mis padres necesitaban comunicarse conmigo. ¡JA! Ni siquiera un maldito mensaje de ninguno de los dos, nada. Lo tome y luego lo guarde en uno de los tantos bolsillos de mi bolso.

Baje de a dos las escaleras, intentando no caerme, y luego corrí hacia afuera en dirección al auto de mí tía, en el cual ella ya se encontraba dentro.

—Si quieres puedo dejarte a dos cuadras de la escuela, así piensas las cosas y las meditas un poco de paso — dijo, encendiendo el auto.

—Te aseguro que en estas dos semanas tuve el tiempo para meditar y pensar todo, no te preocupes. Pero sí, déjame a dos cuadras.

—Bien.

En realidad el viaje desde casa hasta la escuela no era un trayecto para nada largo, por lo que no tardamos tanto en llegar.

Baje del auto, salude a mi tía y luego camine.

¡JADE!

Me senté en una banca que se encontraba allí y luego busque dentro de mi bolso mi pequeño celular.

Se encontraba prendido y tenía 22 notificaciones:

8 Llamadas perdidas de Jade.

4 Llamadas perdidas de Tom.

2 Llamadas perdidas de... Shawn.

5 Mensajes de Jade.

1 Mensaje de Tom.

Y... 2 mensajes de Shawn.

Este día comenzaba estupendamente bien (sarcasmo)... lloraré.

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⏰ Last updated: Dec 31, 2019 ⏰

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