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01: El hermano gemelo. 

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Nathaly


No puedo más.

El límite de mi paciencia está empezando a agotarse y sé que de seguir como voy, mataré a mi compañera de dormitorio.

—Ya te lo dije, Nathaly, bien sabes que en el apartamento que comparto con Christopher nos sobra una habitación. Puedes vivir con nosotros.

Ni siquiera me lo pienso cuando digo:

—Por está noche —. Aún de pie frente a la puerta del cuarto, con la mano suspendida en el aire, a punto de girar el pomo, escucho una serie de alaridos, gemidos y jadeos propios de una actriz porno que no paran de llegarme desde el otro lado de la puerta. Formo una mueca, más que asqueada, agotada de lo mismo —. Solo por está noche aceptaré quedarme con ustedes. Ya mañana buscaré cualquier otro lugar para vivir.

Y es que no me aguanto pero ni por un día más el que Chloe traiga chico tras chico a la habitación, sin dar importancia al hecho de que me incomoda y de sobremanera, al punto de ya ni dejarme dormir. De hecho, estoy empezando a creer que es adicta al sexo, parece insaciable, jamás dice no a un polvo y parece no darle importancia el abrirle las piernas a cualquiera, en serio, ya hasta vi a un profesor de más de cincuenta años pasar por su cama solo para obtener un par de puntos extras en su materia.

Puaj. No la entiendo. De verdad que intento comprenderla pero con cada día que pasa lo hago incluso menos. Y no digo que este mal lo que hace, después de todo, es su vida y por tal me importa una hectárea de pepinillos lo que hace con ella, solo que no la comprendo.

Tan solo con lo que llevo encima, dejo que Elliot me guíe de regreso ha su auto. Ya luego volveré por mis pertenencias, que en realidad, tampoco son demasiadas, pues la mayoría de cosas importantes aún siguen en casa de mis padres, en Charleston, ciudad que queda a poco más de tres horas en auto.

El camino hacia el edificio de mi mejor amigo se me hace corto. Durante el trayecto, me plática un poco sobre su día, sobre la caótica relación que mantiene con Anaya, su novia desde hace menos de un año, con la cual ha cortado y regresado en más de cinco ocasiones. También, me comenta sobre un trabajo de álgebra que tenemos pendiente, y terminamos hablando sobre el último examen de cálculo, ese que presentamos hace unos pocos días y en el cual creemos nos fue bien, pero nada es seguro.

—Aquí estamos, bienvenida —abre la puerta de su apartamento y me invita a pasar antes que él. Entonces, al entrar, soy recibida por un delicioso olor a pizza recién horneada. Mis tripas no tardan en despertar y desperezarse ante tan delicioso aroma.

—Oh Nathaly —dice Chris al levantar la cabeza y encontrarme allí plantada en el recibidor. Va con un delantal con estampado de patitos amarrado de su cuello y cintura mientras se mueve ágilmente por la cocina —, ¿no habías dicho que hoy no ibas a poder venir a cenar con nosotros?

—Si, bueno, pasaron cosas —le informo.

—No solo vino a cenar, va a quedarse —le anuncia Elliot.

Por alguna razón, al escuchar eso, Christopher se detiene en seco, y con ojos abiertos intercalada visión entre Elliot y yo:

—¿Ha quedarse? ¿Es que acaso se te ha olvidado la fecha que es mañana? —. Eso último va explícitamente dirigido hacia Elliot, en forma de claro reproche.

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⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

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Mucho Con Demasiado (2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora