Deberías dejar de preocuparte por mi cuando tú estás peor, Wade. — Le dijiste tomándolo del hombro, este sonrió de lado antes de soltar una leve risa.

No me hagas reír por favor, me rompieron las costillas..... — Pidió, a lo que lo miraste con confusión.

Pero no dije nada gracioso... — Susurraste.

Claro que si, me da gracia que me pidas eso, ya es la tercera vez que me dices.... Y lo sigues haciendo cuando te he dicho que me preocupas más tú.... — Agregó, con una leve sonrisa en sus labios a lo que tú frunciste el ceño.

Suspiraste, por alguna razón sintiéndote nerviosa ante sus palabras.

Wade Ikeda, yo te prohíbo que me vuelvas a decir eso, ¿no me ves? Estoy perfectamente bien. — Cruzaste los brazos con molestia.

Bueno, pero ya no te enojes... — El mayor se quedó callado unos segundos. — ¿Husdon está bien? Por favor dime que si.... Si no todo el esfuerzo que hice para buscarlo fue en vano.... Solo quiero que él esté a salvo a pesar de que me odie....

Hablo con un tono suave y lleno de esperanzas, tú, ante eso sin darte cuenta empezaste a sollozar, algo que Wade noto.

¿Q-Que pasa? ¿E-El está bien? — Preguntó, su mirada se oscureció al instante.

No supiste cómo responderle, soltaste un suspiro, sin encontrar las palabras correctas para decirle la verdad, Esque simplemente no podías soportar la dura verdad.

Señorita Akari, puede venir por el desayuno de Wade, ¿por favor? — Una enfermera la cual había entrado té preguntó.

Si, ya voy. — Mencionaste antes de mirar a Wade. — Cuando venga te digo... ¿está bien?

A regañadientes el nombrado tuvo que asentir, pero, tú tono de voz era suave, por lo que se le cruzó por la mente de que su hermano estaba bien, eso hizo que este sonriera de alivio y esperanza, deseando abrazarlo.

Cuando tú cerraste la puerta yéndote, este estuvo tranquilo por unos segundos, hasta que, de repente escucho algo, sintió que alguien estaba detrás de él...

Ahh... que lindo es el amor que se tienen tu y la mocosa de Akari, ¿verdad? — Al escuchar aquella voz terrorífica y muy molesta a este se le detuvo el corazón por unos segundos, y en un parpadeo el ambiente se tornó tenso, demasiado, a tal punto que moverse y hablar se le dificulto.

Como pudo, volteo detrás de él, notando que era Sekido, quien estaba en la ventana con un cuchillo y un pañuelo el cual goteaba una sustancia que al parecer era droga.

¿Q-Que estás haciendo aquí? — Este trato de retroceder, pero, apenas movió un centímetro su cuerpo y ya le dolía de forma insoportable, a lo que soltó un leve grito. — N-No me hagas daño por favor, te lo ruego.... Te lo suplico!

Wade suplico, con desesperación y dolor en su tono de voz, esto solo creció cuando el ojirojo se empezó a acercar a él con rapidez, y, en un parpadeo ya estaba encima de él, con unas venas remarcadas en su rostro le puso el pañuelo en la boca.

Pagarás por todo esto, lo qué pasó.... Es culpa tuya aunque no quieras aceptar. — Se acercó a su oído. — Y por tu culpa murieron más de 50 personas, ¿estás satisfecho con eso? Solo espero que si.

Condenada en vida | Clones de Hantengu yanderesWhere stories live. Discover now