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Atención: ¡Este capitulo es para las personas que van al día con el fic! (antes de que mandara la historia a borradores)

Si vas en el capitulo 12, evita leer este ¡¡para no caer en spoilers!!

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Narrador Omnisciente

Al llegar a la habitación, Hajime buscó el mueble más cercano y con ayuda de su brazo tiró al piso todas las cosas que se encontraban encima del mismo, dejando despejado la parte superior, sentando a Alice en este.

La chica tenía intención de replicarle la torpe acción, pues se escucharon varias cosas quebrarse, pero esto no fue posible debido a que tuvo que contener sus jadeos, ya que él aún seguía en su interior.

A pesar de que la joven estuviese sentada, las manos de Kashimo no se apartaron del cuerpo de ella, sino que subieron un poco más para sujetarla de la cintura.

—Quiero preguntarte algo —habló Hajime de repente, ganándose una mirada confundida por parte de la universitaria—. Esa vez, cuando me conociste, ¿por qué me besaste? —cuestionó con suma curiosidad. El rostro de Alice volvió a teñirse de un ligero carmesí gracias a la pregunta que le habían hecho—. No se te ocurra desviar la mirada —advirtió Kashimo con cierto toque de gracia al ver cómo la chica comenzaba a girar el rostro para cualquier dirección, menos hacia la suya.

—Porque creí que ibas a matarme —contestó tan rápido que incluso las palabras no se le escucharon muy claras— y también porque eres hombre.

—Pero si te había dicho que podías irte —respondió mirándola—, ¿qué tiene que sea hombre? —inquirió extrañado por lo que dijo, esperaba cualquier respuesta, menos esa.

—Que a veces los hombres solo quieren… —pausó de repente. La mandíbula de Alice se tensó en el momento en que un desagradable recuerdo atravesó su mente, un recuerdo que llevaba años queriendo eliminar—. ¿Debemos hablar de eso en estos instantes? —preguntó a modo de queja. Queriendo cambiar de tema.

Hajime impulsó sus caderas hacia adelante, dando un par de suaves embestidas y tratando de distraerla, ya que esa extraña expresión en el rostro de Alice, no la pasó por desapercibida.

—Estoy aprovechando que te tengo de este modo para sacarte la información que quiero —confesó, brindándole una sonrisa inocente.

—¿Entonces por esa razón estás teniendo sexo conmigo? —cuestionó ofendida. Alice llevó sus manos al pecho de Hajime con el fin de empujarlo.

—No es por eso —negó durante varias veces con la cabeza, sosteniendo las manos de la chica con gentileza—, si te preguntara en otra ocasión estoy seguro en que no me responderías lo que quiero saber —explicó de forma breve para que no lo malinterpretara.

—¿Y qué más quieres saber?

—La segunda vez que me besaste fue cuando me hirieron —comenzó a relatar Hajime, llevando sus manos a los pechos desnudos de Alice y sin dejar de verla a los ojos—, ¿lo hiciste por lástima?

Aquella acción hizo estremecer a la chica por completo, echando la cabeza hacia atrás y recargándose en la fría pared.

—No… no fue por eso —respondió con la respiración agitada—. Cuando te pude apreciar de cerca… me di cuenta de que tenías un rostro atractivo y… —la joven gimió al sentir una profunda embestida—, y por eso…

—Me besaste —terminó de decirlo por ella. No pudo evitar sonreír al saber ahora lo que pasó por la mente de Alice en ese entonces—, para ser las primeras veces que besabas a alguien, lo hiciste bien, mocosa —comentó risueño, inclinándose un poco con la intención de quitar una mano de los senos de la chica, reemplazándolo con su boca.

Alice recargó sus manos en el mueble, a cada uno de sus costados, quedando totalmente a merced de Kashimo quien succionaba uno de sus pezones con suma concentración.

Cuatro meses habían transcurrido desde el día en que se conocieron, y hasta hoy, la duda de Hajime había sido aclarada.

La primera vez que lo besó, él se molestó, no porque lo besara, sino por la manera en que lo hizo.

Hajime Kashimo estaba acostumbrado a otro tipo de trato donde la mujer era quien se abalanzaba sobre él, esas acciones desesperadas que dejaban en claro que todo era carnal.

En la segunda ocasión que se besaron, la chica se tomó el tiempo de apoyar las manos en el rostro de él, de observarlo, además de que ese segundo beso fue porque ella así lo quiso. Que la universitaria lo haya besado con gentileza, sin urgencias, fue algo que a Hajime le gustó.

Le gustó mucho.

—Kashimo —llamó la chica, debido a que Hajime jamás detuvo sus movimientos mientras tenían esa conversación—. ¿Podemos cambiar de posición? —pidió en un susurro, dado que la pared a sus espaldas comenzaba a ser molesta.

—Sí, preciosa —mencionó bajo, alejándose unos milímetros del pezón de ella para poder decirlo.

Hajime salió de su interior y con pesar se alejó de los pechos de Alice. La miró con detenimiento, poniéndose a pensar el porqué decidió quedarse con él.

Tuvo oportunidad de irse y a pesar de todo, prefiero permanecer a su lado.

En ese momento, tristes recuerdos lo invadieron, como si de un maldito balde de agua fría se tratase. Sujetó con cuidado las muñecas de la chica, sin perder contacto visual.

—Alice —susurró con el terrible nudo en la garganta—, lamento tanto lo que te hice —depositó un beso en ambas muñecas, sitio donde le había dejado marcas cuándo discutieron en el auto—. Te grité, te amenacé —aproximó sus labios al cálido cuello de la joven, dejando suaves besos en toda la zona, pues ejerció mucha presión en esa área cuando la desmayó—, te lastimé en más de una ocasión —levantó el rostro con el propósito de acariciar la mejilla de Alice, lugar donde le había hecho el corte hace meses. Se inclinó un poco, dando un profundo beso en la mejilla de la universitaria, pasando sus brazos por la espalda de la chica y brindando leves caricias—.  Lo siento —pronunció cerca de la oreja de Alice para que lo escuchara a la perfección.

Su disculpa era demasiado sincera, se arrepentía de cada acción que dañó a Alice Carter. Deseaba regresar el tiempo y así optar por una nueva alternativa, una donde ella no tuviese que atravesar por todo el infierno que él la hizo pasar.

—También fui imprudente en más de una ocasión —musitó la joven al percatarse de su sinceridad—. Lo lamento tanto, sé que te hice enojar y que por eso te fuiste… —Kashimo la interrumpió, besando sus labios de manera casta.

—Me fui porque tenía cosas que hacer, bonita —acunó su rostro con ternura—. No pienses que fue tu culpa que me marchara —dio un beso más, antes de volverla a abrazar.

—¿Entonces no tenías intenciones de dejarme?

—¿Por qué lo haría? —cuestionó sin creerlo—. Si no me interesaras jamás hubiese cuidado de ti, ni puesto las cámaras de seguridad.

—Kashimo —habló Alice, sintiendo cómo su corazón comenzaba a latir más rápido a causa de la “confesión” que acababa de escuchar. Él estaba interesado en ella y eso para Alice fue un indicio de que iban por el camino correcto—. ¿Podemos empezar de nuevo? —pidió a modo de súplica ya que consideró que era el momento de mencionarlo—. Dejando atrás nuestras diferencias y todos esos problemas que tuvimos.

—Lo haremos, preciosa —aseguró Hajime, recargando su frente en la de ella—. Empezaremos de nuevo.

Aunque ninguno lo dijera de manera directa, ambos estaban dispuestos a poner de su parte con el fin de hacer funcionar la “relación” que tenían.

No podían cambiar su pasado, pero sí mejorar su futuro.

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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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In The Shadows | Hajime Kashimo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora