Capítulo 20

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Aitana Méndez

Entró a la Resistencia después de comprobar que todo estaba tranquilo y no había muros en la costa ni compañeros que pudieran informar de su presencia. Había fingido de que se había ido, pasando incluso su tarjeta de identificación, pero la verdad cuando estuvo en el estacionamiento con los chicos, aprovecho de ir a su casa, aceptando el ofrecimiento de Archie de prestarle su auto; y trajo toda la ropa para prepararse allí, aunque podía hacerlo en las habitaciones que les ofrecían en los turnos de 24 horas, pero allí estarían Charlotte con otros compañeros y sinceramente no tenía mente en ese momento para generar una excusa de porque no se fue, diciendo en el sistema que se había ido en su hora correspondiente.

Se dió un baño en las duchas de gimnasio que les prestaban y se vistió e intento estar lo más presentable. Después de todo era su primera cita oficial con la presidenta, no podía llegar con su traje ya todo mugroso y oloroso por el trabajo de hoy. Así que, nerviosa y temblorosa, se colocó unos pantalones negros y un suéter rojo de cuello, que era uno de sus suéteres de la suerte, dejándose sus botas de siempre. Salió del gimnasio siendo sigilosa y silenciosa, e hizo su travesura escapándose por las escaleras interna y entró por su puerta preferida, siendo recibida por aquel cálido lugar donde la esperaba la mujer que consumía cada uno de sus pensamientos.

Todo el día había sido ajetreado, desde estar detrás de Bridget en cada reunión intensa, aguantandose las ganas de estar allí y sostener su mano para quitar cualquier preocupación o agotamiento que intentaba esconder antes los demás y claramente lo notaba porque al fin al cabo, era su trabajo darse cuenta de todo. Le preocupaba de que se estuviera extralimitando y no poder hacer nada para ayudarla, porque no era su territorio correspondiente.

Después de aquella intensa ansiedad de al menos tener otra cercanía con su chica, además de las miradas y sonrisas disimulada. La hora de su descanso, llegó y ocurrió aquella reunión estresante en el estacionamiento con Caden y Archie, dónde decidieron que mejor era verse en el Loft de su mejor amigo, ya que habría mejor privacidad y a la vez podían quedarse horas trabajando y no abría ningún problema como estar allí expuestos a saber qué y pudieran ser espiados. A pesar de que se hubieran puesto en un punto ciego de las cámaras, que claramente Caden sabía, aún así era mejor no correr riesgo con ese tema que claramente era muy crucial.

Caminó por el pasillo, oliendo un aroma muy delicioso provenir de la cocina del lugar. Dejando su mochila en el sofá, fue de inmediato a donde su estómago pedía atención. Con pasos inseguros, asomó su cabeza y encontró a una Bridget relajada moviéndose por la extensión de esa gran cocina, haciendo quién sabe de delicioso para que pudiera oler así.

Sin saber cómo hacer para que ella se diera cuenta de que estaba allí. Aclaró su voz apoyándose en la entrada de la cocina, intentando verse interesante y atractiva, para después tocar suavemente el marco. Notó como se sobresaltó y elevó la mirada, dejándola sin aliento por un momento. La forma en que sus ojos y su cara se habían iluminado, la sonrisa estirando sus facciones, haciendo que demostrará lo feliz de que estuviera allí, de no esconder o avergonzarse de que estaba esperándola con emoción.

Y por primera vez en su vida, estaba entendiendo de qué tal vez esos sueños que alguna vez había apagado, casi matado por completo y volviéndose inexistentes. Nuevamente resurgían en su pecho, como una flor, abriéndose y mostrando su belleza ante el sol, después de tantos inviernos duros y fríos, que cada vez la dejaba entumecida y congelada.

Estaba allí, sintiendo lo que era vivir sinceramente en la entrada de esa cocina. Como se sentía tener a alguien latiendo tu corazón, hacerte perder la cabeza por no parar de pensar en esa persona. De sentir la ansiedad de estar cerca y no parar de desear de tener un futuro a su lado.

The Hidden TruthWhere stories live. Discover now