𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐘𝐎𝐔 - Brady Noon

𝟎𝟑 : ̗̀➛

𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓 𝑶𝒎𝒏𝒊𝒔𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆

EL PASILLO estaba lleno de estudiantes apresurándose a sus clases, pero en un rincón, el tiempo parecía moverse más lentamente. Michelle estaba frente a su casillero, sus manos temblaban ligeramente por el estrés mientras reorganizaba sus libros y cuadernos. Brady apareció recostandose casualmente contra el casillero de al lado del de ella con una sonrisa juguetona en su rostro.

—¿Qué pasó, Michelita? —dijo el castaño con tono burlón —. ¿El estrés de ser perfecta finalmente te está alcanzando?

Michelle suspiró hondo intentando ignorar la presencia de él. Pero cada comentario que él hacía solo añadía más peso a la tensión que ya sentía.

—Noon, no tengo tiempo para esto.
—respondió la pelinegra con frustración notable.

Brady, quién no se daba por vencido tan fácilmente, se empujó desde el casillero para acercarse a ella, observando cómo organizaba sus cosas.

—Oye, todos sabemos que eres algo así como la nerd de la clase. —bromeó él mirandola —. ¿Qué podría ser tan difícil para ti?

Michelle cerró su casillero con un golpe y se giró para enfrentarlo, su paciencia se habia agotado.

—¿Por qué no te ocupas de tus propios asuntos por una vez? —preguntó alzando la voz.

Brady levantó las manos en señal de rendición, pero su sonrisa no desaparecía.

—Solo intento hacer que tus aburridos días sean interesantes. —respondió con sarcasmo.

La pelinegra comenzó a caminar hacia su próxima clase, su mochila colgando pesadamente de su hombro. Brady, sin desanimarse, la siguió, sus pasos resonando contra el suelo.

—¿Sabes? Siempre puedes pedirme ayuda. —dijo acelerando el paso hasta que estuvo a su lado, colocándose frente suyo para impedir su paso.

—Prefiero reprobar. —respondió ella esquivandolo.

Michelle aceleró el paso, su frustración crecía. Brady, como si fuera su sombra, la seguía de cerca, aún con esa sonrisa que tanto la irritaba.

Al entrar al salón, Michelle se dirigió directamente a su pupitre y se sentó con un suspiro, cerró sus ojos por un momento pues su cabeza latía por el dolor.

El castaño sin embargo no estaba listo para dejarla en paz. Se inclinó hacia el pupitre de Michelle, dejando su rostro a solo centímetros del de ella.

—¿Demasiado estrés para enfrentarte a mí? —preguntó haciendo que ella lo mirase.

—Déjame en paz, Noon.—Michelle apartó su mirada, su cabeza palpitaba con un dolor que amenazaba en convertirse en una migraña completa.