En un mundo moderno donde la tecnología reina, un país contemporáneo del siglo XXI descubre un portal a un mundo mágico oculto.
Mientras exploran este nuevo reino lleno de criaturas místicas y poderes sobrenaturales, se encuentran con desafíos que p...
UNA HISTORIA DE FANTASÍA MILITAR, QUE FUE CREADA TENIENDO ENCUENTA INVESTIGACIÓN Y LÓGICA SI VEN ERRORES EN ALGO SEAN LIBRES DE COMENTAR.
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Mi nombre es Nuray, y mi historia no es como las demás. Soy una semi-humana en un mundo donde la magia fluye tan libremente como el aire que respiramos. Pero no se dejen engañar por las historias de hadas y los cuentos fantásticos de los libros; la realidad aquí puede ser tan cruel como hermosa.
Desde que tengo memoria, he sentido el peso de las miradas despectivas, el susurro de los insultos apenas contenidos. Ser una semi-humana en este mundo significa cargar con un estigma invisible, una marca que ni siquiera mi talento como maga ha logrado borrar. Cuántas noches pasé llorando en silencio, preguntándome por qué el color de mi piel o la forma de mis orejas definían mi valor como persona.
Pero el destino, siempre, tiene formas misteriosas de cambiar el curso de nuestras vidas.
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Un día, el cielo se rasgó. No, no es una metáfora; literalmente, el aire frente a nosotros se partió como una tela vieja, revelando un portal cuyo brillo cegador anunciaba la llegada de algo... o alguien.
Lo que siguió fue como un sueño febril. De aquel portal emergieron seres de otro mundo, portadores de artefactos que desafiaban todo lo que creíamos saber sobre la realidad. Los llamaban "máquinas", y con ellas, redefinieron el significado del poder.
Verán, en mi mundo, la magia lo era todo. Definía jerarquías, moldeaba reinos, decidía destinos. Yo misma había dedicado mi vida a perfeccionar mi arte mágico, creyendo que era el único camino hacia la aceptación y el respeto. Pero estas personas, estos... visitantes, no necesitaban encantamientos para mover montañas o volar por los cielos.
Lo más sorprendente, sin embargo, no fue su tecnología creo que haci, lo llaman.
De todas formas fue su mirada. Por primera vez en mi vida, alguien me miraba a los ojos sin un atisbo de desprecio o lástima. Para ellos, yo no era una aberración, una criatura a medio camino entre humano y bestia. Era simplemente Nuray.
