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Rose jadeó encantado cuando su alfa volvió a remarcar su unión, se sentía tan pleno que el nudo expandiendo sus paredes no le incomodó en lo absoluto, además el orgasmo le pegó tan bien.

Mi omega — declaró Jisoo con su voz de mando acariciando las caderas de su chica.

Rose le dio una de sus hermosas sonrisas — Tu omega, por siempre.

Juntaron sus frentes, la menor pasó sus brazos alrededor del cuello ajeno y se besaron con amor, devoción. Con lo que duraba el nudo, se dieron muchos mimos y su lobo movía la cola, se sentía tan amada que todo lo demás no importaba, solo ellas.

Rose delineó la frente de Jisoo, acariciando sus cejas con lentitud y admiración. Estaba tan perdidamente enamorada que ignoró ese leve olor cítrico que sintió en el traje de su pareja, de seguro era alguna omega del trabajo. Su omega había gruñido, detestó ese olor y lo mejor que pudo hacer fue restregarse contra su alfa, impregnándola de su rico aroma; vainilla y fresas.

Aprovechando su celo, liberó sus feromonas en toda la casa, haciendo aturdir a Jisoo por unos instantes y seducirla para que después lo jodiera en la cama.

Tenían varios días para poder disfrutarse y Rose solo tenía un objetivo en mente; tener su primera camada.

Claro que no le diría a Jisoo, sería una hermosa sorpresa. Su omega se removía emocionado con la idea de un cachorro, liberando feromonas dulces.

— ¿Se puede saber por qué estás tan feliz? — la voz de Jisoo la sacó de su ensoñación, este acariciaba sus curvas con lentitud.

— Solo estoy feliz de que hayas aparecido en mi vida, estaría perdido si no fuera por ti — dio un prolongado beso sobre los finos labios — Te amo demasiado, Jichu.

Jisoo le sonrió dulcemente y acarició las curvas ajenas, sin responder.

BROKEN - CHAESOO Where stories live. Discover now