🐕: 🄲🅰🄲🅷🄾🆁🅁🅾

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Zoro se levantó bastante temprano ese día, Luffy estaba acostado a su lado, una de sus manos sobre su vientre. Zoro sonrió al imaginarse a su omega en estado. Enserio quería ampliar la familia tanto como su omega lo quería.

Tomó una ducha, desayunó y subió de nuevo para peinarse en el baño de su cuarto. Recordó que debía tomar vitaminas. Buscó el frasquito en el botiquín detrás del espejo, el bote estaba vacío. Fue al cuarto para mover un poco a su omega. Luffy tenía sus ojos cerrados, pero escuchaba lo que su alfa decía.

—¿Dónde guardas mis vitaminas? —Luffy murmuró algo que Zoro entendió como pasillo.

Así que se dirigió al baño del pasillo y buscó en el botiquín. Al no encontrar las vitaminas ahí, se agachó a buscar en el mueble del lavamanos. Era un desastre, debía de ir más seguido a ese baño para que todo estuviera en orden. En fin, mientras buscaba también ordenaba un poco, debía preguntarle a Luffy que era la mitad de esas cosas, pero, por lo mientras lo dejó así.

Hasta que encontró algo que no reconoció hasta el fondo, estiró su mano para tomarlo. Una prueba de embarazo, se dió cuenta que tal vez esto es lo que escondía su omega el día anterior, al buscar en ese bote que estaba en la esquina, claramente escondido, lleno de pruebas de embarazo, Zoro sólo pudo leer positivo en dos de ellas, por que el resto sólo mostraba líneas ó signos.

Decidió ocultar las pruebas en el mismo lugar y actuar sorprendido cuando Luffy le dijera.

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Tama salió de la primaria con una mueca en sus labios, buscó con su mirada a su papá quien lo iría a buscar ese día. El cachorro se encontraba triste por que un par de sus amigos le habían dicho que tal vez un cachorro nuevo no era lo mejor para él.

—Hola bebita, ¿pasó algo?— la niña negó y tomó la mano de Zoro, ambos empezaron a caminar.

Tama quería que su papá le dijera que un cachorro nuevo no lo reemplazaría, pero por otro lado le había prometido a su mamá no decir nada.

—¿Estás bien Tama? —repitió Zoro mientras caminaban.

—Sip.

Zoro no discutió más eso, había aprendido que no era el mejor en estas situaciones, sólo debía de tratar de animar a su cachorrita hasta que Luffy llegara a casa y su cachorrita hablaría con el omega.

Tama, al entrar a la casa, dejó su mochila junto a la puerta y corrió escarelas arriba para ir al cuarto de sus padres. Asomó su cabecita verificando que su madre no andaba por ahí y se acercó a esa esquina prohibida, él sabía que Luffy entraba ahí cuando no estaba en su mejor momento, también lo había visto entrar ahí sólo a pensar. Ella había entrado ahí, sólo con el permiso de su mamá.

Pero necesitaba entrar, quería pensar y sentirse mejor rodeada con el aroma de su mamá. Así que entró al nido sabiendo que no le iría bien si su padre lo descubría ahí.

Se acostó bajo la manta, cubriendo hasta su cabeza, abrazando el oso que le había prestado a su mamá para que lo recordara cuando ella estaba en la escuela.

—¿Tama? —no respondió, se quedó quieta, respirando tan silenciosa como podía.

Obviamente Zoro vió a su cachorra en el nido de Luffy, pero eso sólo significaba que con más razón, él no podría resolver esto. Así que esperó hasta que Luffy llegó a casa, el omega saludó alegre a su alfa y de inmediato preguntó por su pequeña.

Al saber lo poco que Zoro sabía en ese momento, ambos subieron a su cuarto. Luffy se incó en la orilla de su nido, destapó el rostro de la cachorra y despegó algunos de los mechones púrpuras que habían quedado pegados en la frente de la pequeña debido al sudor. En unos segundos con las caricias amorosas del monito, la menor despertó.

ᑭᑌᑭᑭ𝖸 ✦ 𝗭𝗢𝗟𝗨Where stories live. Discover now