La Última Hija

Cuatro

No había salido exactamente como ella quería. Por otra parte, lo que quería era una aceptación completamente incondicional de lo que fuera que les iba a decir y, considerando que era una imposibilidad lógica dadas las circunstancias, pensó que casi alcanzaría el punto de equilibrio, considerando todo. Ellie se sentó en su escritorio, en su habitación, y se tomó su tiempo con el cálculo, tratando de concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera lo que había sucedido arriba. Streaky ronroneó ligeramente en su regazo y ella acarició el pelaje del gato.

Alguien llamó a su puerta. La niña se giró y vio a mamá parada en la puerta abierta. Ellie no tuvo que preguntar para saber que había estado parada allí un rato antes de tocar. El cabello de la mujer estaba suelto del moño, cayendo en ondas desordenadas, pero todavía bonitas, alrededor de su rostro. Los ojos verdes miraron a la niña con amor y preocupación.

"¿Puedo entrar?" preguntó la mujer en voz baja.

Ellie asintió. Lena se acercó a la cama y se sentó. Ellie se volvió hacia el escritorio y esperó, sin intentar ser grosera, pero sin estar segura de cómo proceder. De repente, una mano agarró el respaldo de su silla. Streaky saltó y buscó otro lugar para ronronear mientras su mamá arrastraba a la niña por la alfombra y hacía girar la silla para mirarla. Ellie tuvo que sonreír ante la acción. Mamá también lo hizo. Luego sus ojos bajaron. Acercó la silla para que las rodillas de su hija descansaran contra las suyas. Envolvió sus manos alrededor de las de Ellie, eran cálidas y muy suaves.

Estuvieron sentados así durante un rato, con las manos entrelazadas en silencio. Finalmente, la mujer de cabello oscuro habló.

"Ya les dije en qué tipo de ambiente crecí", dijo solemnemente.

Ellie lo sabía. Mamá nunca había estado demasiado ansiosa por compartir, pero tampoco había dudado en decirle la verdad a su hija, especialmente en lo que se refería al tipo de personas que había intentado no ser durante toda su vida.

"Había poco amor", continuó Lena. "Pero muchas expectativas. Eso no quiere decir que no encontré mi propio medio de rebelión, pero..." Ella suspiró. "Incluso si no hubiera querido un doctorado, o varios doctorados, los habría obtenido. No habría tenido otra opción". Pasó sus pulgares por el dorso de las manos de Ellie. "Kara, Jeju, lo pasó un poco mejor. Krypton era hermoso y avanzado, pero tuvo que irse y los Danvers, bueno, ya sabes. Había tanto amor allí. Tu abuela Eliza era, es... Bueno, yo no tengo que decírtelo", se río y luego se mordió el labio. "Pero también había expectativas. Había que esconderse, preocuparse y aprender a controlar quién era ella y qué podía hacer, tratando de no ser demasiado extraordinaria para que nadie hiciera preguntas y Midvale es agradable, pero cuando eres de otro planeta, Y tu primo es Superman, eso te da una especie de pasión por los viajes, supongo. Incluso entonces, le tomó un tiempo encontrarse a sí misma. Tú lo sabes"

Ellie asintió. Ella también lo sabía. Ella conocía todas las historias. Habían llenado su vida desde su nacimiento. Pruebas y dificultades, pero siempre superadas, siempre uniéndose. Más fuertes juntos. Ambas le habían enseñado eso.

"Cuando decidimos tenerte", continuó Lena, con un tono húmedo en su voz. Ella sacudió su cabeza. "Incluso antes de eso. Cuando estábamos pensando en ser madres, ambas estuvimos de acuerdo en que, sin importar qué, lo único que queríamos darte a ti, a nuestros hijos, era amor". La mujer miró hacia arriba, con los ojos bañados en lágrimas. "Amor incondicional. Tanto amor que podrías ahogarte en él. Nos dijimos a nosotros mismas que, sin importar cómo resultaras, lo que quisieras hacer con tu vida, ya fuera reportero, científico o... ¡recolector de basura! (que suerte que no fue así). Te apoyaríamos y nos aseguraríamos de que tuvieras todas las oportunidades para ser el mejor recolector de basura que pudieras ser, ¡y sabía que sería la maldita madre de un recolector de basura más orgullosa que jamás haya existido! Pondría tu nombre encima de mi oficina, y te presentaría en eventos importantes como mi hija, el recolector de basura, y la gente me miraría y se burlaría, y yo les diría que se fueran al infierno. ¡Esa es mi hija!"