*Narra Krissel*
Entré por el porton junto al policía, un lugar prácticamente con las paredes desgastadas, el policía iba hacía delante guiandome hacía donde se encontraba Samuel, abrió la puerta era una sala con las predes grises, un vidrio, un micrófono y auriculares, una silla y un escritorio, el policía me dijo que esperara en la silla, me senté y poco después entró Samuel con sus ojos apagados e hinchados, con su barba que parecía de hace unas semanas y estaba con esposas en ambas muñecas, un traje anaranjado y también obviamente junto a un policía, Samuel se sentó frente mío, se colocó un auricular y puso el micrófono a la altura justa, el policía que acompañaba a Samuel se quedó a una esquina de la habitación.
Samuel: ya conseguiste lo que querías ahora que me vienes a decir? -dijo con la voz ronca-
Krissel: Samuel, yo simplemente queria ser feliz contigo y nuestro hijo -dije posando mi mano en el vidrio- por favor, simplemente te pido qué seamos felices, yo puedo sacarte de aquí pero con la condición de que seamos felices
Samuel: -ríe- tu y yo? -ríe nuevamente- estás de coña si piensas que estaré contigo y si salgo de aquí sera para vengarme de __________, Ruben y tu, finalmente tu, sera la muerte mas dolorosa e infernal que te puedas imaginar Krissel Valoz, os juro que mataré a cada uno de ustedes -dijo con la mandíbula apretada-
Krissel: basta Samuel -dije llorando- porqué no piensas un segundo en tu hijo, dejalos ser felices, vamosnos tu y yo juntos
Samuel: claro que no Krissel, yo amé -dijo llorando- amé a __________ como nunca amé, le entregué todo de mí, cuándo yo tenía al pequeño Joaquín en mis brazos me sentía... feliz -dijo sonriendo- ese niño hizo volver al Samuel que era antes, al que amaba __________, pero no, ella quería estar con Ruben -dijo golpeando la mesa-
Krissel: seamos felices juntos todavía podemos -dije colocando mi mano en el espejo-
Samuel: claro que no -dijo sonriendo- tu eras solamente una distracción... un polvo... eras para una sola noche Krissel
Las lágrimas comenzaron a salir, me levante de la silla y me fui dejándolo solo, completamente sólo, mal nacido como se atreve a llamarme así.
*Narra Rocío*
Subí los escalones lentamente, llegando a la segunda planta, tomé mi chaqueta de cuero blanco, me maquille y me dirigí al cuarto de mi hija, le coloqué un vestido, junto a unos pequeños y diminutos zapatitos, la tomé en mis brazos y me dirigí al carro, no sin antes avisarle a Marcela que me iba, coloqué a Valeria en su silla y me subí en el lugar de pilotó, lentamente me dirigí a la cárcel.
*
Me encontraba en una silla, al frente un espejo, tenía un auricular puesto y un micrófono delante, en ese momento apareció Samuel, mi pulso iba a mil, volverlo a ver mucho mas cambiado fue mi debilidad.
Samuel: Rocío? -dijo sonriendo- que gusto te ves mas guapa que antes
Rocío: -sonríe- gracias... Samuel debemos hablar
Samuel conectó su mirada con la de Valeria, se miraban fijamente, Valeria me miró a mi y luego colocó su mirada en Samuel, son iguales, con la diferencia que Valeria es rubia y es mujer, pero sus ojos, sus labios es una perfecta combinación de él y mía.
Samuel: es tu hija? -dijo colocando su mano en el espejo-
Rocío: nuestra -corregí-
En ese momento a Samuel se le salió una diminuta lágrima que corrió por su mejilla, miraba a Valeria lentamente como examinándola.
Samuel: no lo creó -dijo mirándola-
Rocio: cuándo me dejaste tenía 1 mes de embarazo y con el único que había tenido sexo era contigo
Samuel: es hermosa -dijo mirándola- hola pequeña
Rocío: se llama Valeria Igarzabal -dije mirándolo-
Samuel: hola Val -dijo y ella sonrió mostrando su diminuto diente- eres hermosa tía
Pasamos 1 hora hablando, admito que me siguen pasando cosas con Samuel, pero no podemos estar juntos, estoy casada y el encarcelado...
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Lo se mas corto de lo normal, es que quería regalarles este cap inesperado, espero que les halla gustado. Las quiero. Chao chao
