𝒗𝒊𝒊. celos

882 84 124
                                    

──★ CAPÍTULO SIETE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

──★ CAPÍTULO SIETE.

CELOS

❛ please don't be in love with someone else
please don't have somebody waiting on you 

——

ÉL SE ACERCÓ MÁS A SU BOCA. Su mano delgada acariciaba su mentón, dedo índice trazando su mandíbula, atrayéndola más hacia él, gesto que marcó anhelo puro. Estaban imposiblemente cerca, su perfume, ya familiar, envolvía su nariz y la calidez de su cuerpo rodeaba el suyo como una mantra, la mantra más dorada y ardiente. Su cabello rubio brillaba en contraste de la luz del atardecer a su espalda, concediéndole un aura bañado en oro resplandeciente. 

Les separaban escasos centímetros ahora. Julieta quería —no, necesitaba—; ese beso, su beso. Quería sentir los labios de él presionados contra los suyos, quería rodear su cuello con sus brazos, quería hundir sus dedos en su cabello áureo. Quería reclamarlo como suyo. Quería...

Julieta abrió los ojos y despertó, sobresaltada. 

Su celular vibraba en el pequeño velador a un lado de su cama, con su tono de llamada sonando estruendosamente, reclamando su atención. Cuando alargó su mano, algo temblorosa, para recogerlo, miró la hora; eran las once de la mañana. 

Gruñó para sí misma al ver las palabras grandes "Lucas 😈💜" en el centro de la pantalla. 

Romeo estaba sentado sobre su estómago, mirándola fijamente, al parecer, percibiendo lo conmocionada que su dueña había estado entre sueños, gruñona por ser arrancada de ellos de la forma más despiadada y cruel. Ojos verdes grandes y vivarachos observando cada uno de sus movimientos, casi como si estuviera juzgándola, como la pequeñoa bestia cotilla que era.

Juli comenzó a acariciar la cabeza del gato mientras se acomadaba en la cama, llevándose el celular a su oreja una vez finalmente aceptó la llamada, ojos chocolates acostumbrándose a la luz mañanera del interior de su habitación. 

Nena, es la tercera vez que te llamo— fue lo primero que le dijo Lucas, con su típico tono de voz ligero. 

Juli hizo una pequeña mueca con sus labios, como si él, de alguna forma, pudiera verla —Lo siento, Lu, estaba— pensó rápidamente en alguna excusa, ojos moviéndose frenéticamente por alrededor de su habitación, buscando algo que fuera útil, lo que sea —leyendo...

De cierta forma, no era mentira, pues se había quedado hasta altas horas de la madrugada estudiando y leyendo el guión de La Sociedad de la Nieve, ensimismada con la poderosa y cruda historia de la tragedia. Prueba de ello eran todas las hojas, carpetas, notas y bocetos cubriendo caóticamente su escritorio, a un lado su taza de café favorita vacía. 

GOLDEN | francisco romeroWhere stories live. Discover now