Capítulo 2: Naturaleza Innata

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El joven chico apenas se estaba incorporando mientras se sostenía la cabeza, trataba de recordar quien era, pero simplemente no lograba nada, era casi como si acabara de nacer, no tenía ningún recuerdo de quien era su madre o su padre, no lograba recordar cómo se veía el mismo, tampoco su edad y mucho menos su nombre, estaba totalmente en blanco, casi como si le hubieran reiniciado el cerebro y eliminado todo lo anterior a su nuevo yo, simplemente no podía entender que le estaba pasando.

El pobre chico se estaba poniendo muy nervioso, no tenía sentido que no lograra recordar nada, así que antes de darse cuenta estaba caminando en círculos murmurando algunas cosas como -¡¿quién era yo?!, ¿por qué no recuerdo nada?, ¿tengo familia o amigos?-, hubiera seguido divagando sino fuera porque sus piernas chocaron con algo, en un momento freno y dirigió su mirada hacia el suelo encontrándose con el hombre que no hace mucho había asesino, solo que tampoco lo recordaba.

-¡¿Está muerto?!-, fue lo único que pudo pronunciar mientras se hacía para atrás, solo que detrás de el había una escena incluso peor, los miembros del culto se encontraban muertos alrededor del altar y para cuando el chico se giro para salir corriendo simplemente no pudo, se paralizo al ver tanta muerte junta, -¡¿Qué rayos paso aquí?!, ¡¿por qué estoy en un sitio rodeado de cadáveres?!-, el joven pronto se empezó a hiperventilar y simplemente se arrodillo mientras se sujetaba el pecho, sentía un amplio agujero en su estómago y termino sucediendo lo inevitable, empezó a vomitar todo lo que había comido ese día, si es que le dio tiempo de comer algo en un día tan ajetreado como este, estuvo así un par de minutos hasta que finalmente ya no pudo seguir vomitando pero seguía respirando de forma irregular, sus ojos estaban un poco mojados debido a algunas lágrimas, se detuvo un segundo y trato de calmarse, poco a poco su respiración se hizo más lenta y calmada, sus ojos estaban mirando al techo para evitar ver el suelo y es en ese momento que se dio cuenta de algo.

-¿Estoy en una cueva?-, con ese comentario se empezó a fijar alrededor y, aunque las paredes eran lisas, claramente todo a su alrededor era de piedra, las uniones de las paredes con el techo y el piso eran curveadas como si hubieran sido talladas y no construidas y, aunque no quería, se atrevió a mirar nuevamente hacia el altar. En ese momento se dio cuenta de la losa de piedra y como de ella aún seguía saliendo un poco de fuego, también noto que aún estaban encendidas 3 antorchas por lo que, con cuidado y evitando ver los cuerpos en el piso, se acercó y agarro la antorcha que tenía más cerca, y así como se acercó rápidamente se alejó.

-Creo que debería irme de aquí-, dijo para sí mismo mientras se apoyaba en pared y la recorría buscando una salida, pronto llego a un marco igualmente tallado con la piedra de la cueva aunque este era algo más irregular y no tan liso como las paredes, decido a salir de ahí paso el marco y se dio cuenta que en realidad esto si era una cueva, las estalactitas casi tocaban el suelo y se asemejaban más a unas rejas casi como si estuviera saliendo de una jaula para ver un nuevo día, le hubiera gustado quedarse un poco más y observar la curiosa belleza de la naturaleza pero el sabia en el fondo de su ser que debía salir por lo que apresuro el paso y camino recto tratando de encontrar una salida.

Ya habían pasado unos 20 minutos y la cueva parecía no tener fin por lo que poco a poco el chico se empezó a desesperar, en un momento simplemente dejo de avanzar y parecía que le iba a dar un ataque de pánico por lo que se sentó y nuevamente trato de regular su respiración, estuvo un par de minutos en esa posición, ya se había calmado por completo pero estar en esa posición de algún modo le generaba tranquilidad, incluso cerraba sus ojos para concentrarse en solamente su respiración y poder regularla de mejor forma. Paro de repente cuando sintió una brisa de viento que apago su antorcha, en ese momento alcanzo a ver unos rayos de luz azul que eran apenas imperceptibles sino se estaba en completa obscuridad. Se puso de pie de un salto y empezó a correr hacia el origen de la luz, no tardo más de 10 minutos para llegar a lo que parecía la salida lo que lo emociono de sobremanera haciendo que acelere el paso.

HumoWhere stories live. Discover now