2 Hola muy pronto

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—Deja de mirarme así.

—¿Así cómo?

—Así como lo estás haciendo ahora.

—¿No te parece linda? —pestañea rápido y sonríe— digo te la quedaste mirando.

—¿Vas a empezar con tus homosexualidades de nuevo? Lo único gay en mi vida son las tías.

—Vamos Juli.

—Basta —le sube el volumen a la música.

Llegan a su departamento a bajar las cosas, en el momento que le entra una llamada de su madre, mira la pantalla y no atiende.

—¿Cuánto tiempo vas a seguir ignorando a mamá?

—No la ignoro, no tengo nada que hablar con ella.

—Te juro que a veces pareces más hija de Julia que de mamá.

Ella se encoje de hombros y termina de bajar las cosas para meter todo al departamento. Dejan las bolsas en la isla mientras ella guarda todo en su lugar y su hermano se sienta al estilo indio sobre la misma comiendo una manzana.

—Cocinas tú, sabés que yo odio cocinar.

—Y encima la desgraciada que estudio y tiene el título de Cheff, no le gusta hacer de comer, ironías de la vida —da un mordisco— ¿Ya pensaste que hacer con el anexo? Ahora que no está el idiota, imbécil, cabeza hueca —ella lo mira levantando una ceja— estúpido de Cole, que lo usaba como su taller privado de arte o prostíbulo, podrías alquilarlo.

—Solo alguien muy desesperado querría dormir en ese sucucho de dos por cuatro, con una habitación, cocina comedor y baño. Ni siquiera tiene balcón, buena entrada de luz o buena ventilación, tampoco tiene la división con la habitación ¿Quién querría alquilar algo así? Solo una persona muy desesperada. Aparte sabés que no estaría tranquila si no es alguien de confianza. Aunque tiene entrada independiente, y da al fondo del departamento —lo piensa— no lo sé... ya le diré a mis contactos o le preguntaré a Elsa si no conoce a alguien sin muchas pretensiones que lo quiera alquilar —su teléfono suena de nuevo y otra vez es su madre.

—¿Vas a atenderla? Porque sabés que volvera a llamar, mamá es... mamá básicamente.

—Hola —le dice seca— sí, estoy bien, sí, está acá. No, terminé con él —se comienza a irritar— ¡mamá! —la frena ena seco— estoy bien, estamos bien. Luego te llamo, estoy ocupada —le corta.

—No entiendo porqué eres así con ella. De verdad Juliana, antes cuando papá estaba vivo tú...

—Luke en serio basta —le dice firme—. Sabés que me llevaba mejor con papá que con ella, siempre ha sido así, nunca logramos entendernos.

—Si al menos lo intentaras...

Ella se va a la habitación y cierra de un portazo. Luke tira lo que queda de la manzana y se pone a cocinar, simplemente no comprende la relación que su hermana tiene con su madre, Tricia parece llevarse bien con todo el mundo, menos con su hija, pero al menos Luke ve que su madre lo intenta, no puede decir lo mismo de su hermana.

Golpea la puerta y su hermana le abre ahora un poco más relajada, sabe que si vuelve a tocar el tema ella va a echarlo de su departamento si tiene que hacerlo, Juliana es así, siempre ha tenido un carácter fuerte y aunque no lo quiera ver o reconocer se parece mucho más a su madre de lo que le gustaría.

—Elsa me dijo que una vecina suya anda buscando dónde quedarse —lo mira y da un bocado a su comida— vendrá esta tarde a ver el sucucho ¿Cuánto puedo pedir por eso? La verdad es que me da hasta vergüenza ofrecerlo en alquiler, no tiene calefacción y aire acondicionado, o un miserable ventilador.

Un amor puerta a puertaWhere stories live. Discover now