—Pero es que no contesta —rodé mis ojos

Saqué mi teléfono para que se quedaran tranquilas, marque al número de mi mejor amiga, fruncí mi ceño cuando mandó directo al buzón.

—Te mando a buzón ¿cierto? —mire mal a Melissa

La capitana era la única que faltaba y faltaban menos de cinco minutos para irnos.

Salí del autobús para acercarme a Raúl, pero alguien me detuvo.

—Jones —volteé a verla— ¿Sabes algo de la capitana?

—No presidenta, lo siento —rodó sus ojos

Seguí mi camino hacia mi novio, el cual me miró preocupado cuando estuve cerca.

—¿Qué pasa?

—Préstame tu celular —lo tome en cuanto me lo dio

Marque a su número, pero de nuevo me mandó a buzón, lo intente unas tres veces y seguía el mismo resultado, le marque el mío una vez más, me dio alivio al escuchar que estaba sonando.

—Emilia, dime por favor, que ya estás en el estacionamiento

—Diles que me esperen cinco minutos, ya voy

—¡¿Cómo que te esperamos...?! —sentí mi teléfono ser arrebatado

–Matthews —la entrenadora me lo había quitado—, si no llegas en cinco minutos, nos vamos sin ti

No podíamos irnos sin la capitana ¿o si?

—Ni un minuto más ni un minuto menos Matthews, ¿me escuchaste?

Bueno, la entrenadora jamás bromeaba.

—Emilia —mire mi teléfono—. Maldición —la entrenadora había colgado

—¿Ya viene? —asentí— Siempre llega, no había de qué preocuparse

—Sí, lo sé —bufé—, las chicas exageran un poco

La hora en que nos teníamos que ir había llegado, los demás autobuses habían salido, supuse que la entrenadora recapacito y quiso esperar a Emilia otros cinco minutos más. Mire mi teléfono cuando recibió un mensaje.

Stella: Christine consiguió que la esperemos cinco minutos más

Stella: Por favor, dime que está cerca

Eliza: Sí, está por llegar

Rodé mis ojos y le enseñé los mensajes a Raúl, él rió haciendo que lo mirara mal.

—Busca cualquier excusa para hablarte —negó riendo—, que loca la traes

—Oh, cállate

Una vez que Emilia llegó me despedí de él para ir al autobús. Le aclaré a Emilia quién había conseguido tiempo para que la esperáramos, intenté dormir en el transcurso del camino con las canciones de Taylor Swift, pero fue un poco difícil conciliar el sueño.

—¿Jugaremos primero? —Melissa estaba sobre su asiento

—La entrenadora dijo que nos dejarían al final, como siempre —comentó Selene detrás de nosotras

—Si eso pasa nos dará tiempo de ir a desayunar, ¿Cierto? —pregunte metiéndome a la conversación

—Bueno, estamos a punto de averiguarlo —comentó Gabriela al ver lo mismo que yo

Estábamos entrando al estacionamiento de la escuela Westerby, a lo lejos se miraban los otros autobuses y los equipos bajando de él.

—Bien chicas, terminemos con esto —comentó la capitana

Una última partidaWhere stories live. Discover now