You are loving | Rebirth

En nombre del amor

—Gracias por hacerme sentir esto, algo que desconocía y que jamás pensé sentir —le agradeció de corazón—. Estuve muy confundido sin saber que hacer con estos sentimientos porque es la primera vez que siento algo así desde que estoy vivo. Sin embargo, ya no tengo miedo de decirlo. Estoy enamorado de ti.

Fizzarolli sintió sus labios temblar al momento que comenzó a llorar en silencio. Abrazó las rosas, se aferró a ellas y bajó la mirada sin tener el más mínimo control de sus lágrimas. Su corazón latía violentamente, no podía detener la felicidad que sentía. ¿Por qué estaba tan aturdido? ¿por qué lloraba de esa manera incontrolable y no podía dejar de temblar de la emoción? Se había prometido conservar la compostura al ver a Ozzie, pero se desmoronó por completo ante su confesión.

Ozzie sabía que estaba causando un desastre en su mente, le sonrió con ternura al verlo aferrarse al ramo de rosas y extendió su mano para acunar su mejilla empapada en lágrimas.

—Eres hermoso. Pensar en ti se siente muy cálido, me hace sentir vivo y hace que un mar constante de emociones destruya todos aquellos conceptos que siempre creí ridículos o inexistentes. Amarte es increíble, aunque también duele —suspiró al secar las tibias lágrimas de Fizz, quien no dejaba de temblar—. Me alegra que sea hacia un demonio tan precioso y puro como tú, alguien que me ha regalado experiencias que jamás olvidaré. Tenerte en mis brazos, dormir contigo, verte despertar e incluso secar tus lágrimas... Todo ha hecho que mi corazón solo pueda tener un espacio para ti, para siempre.

Fizzarolli sollozó muy afectado, lo observó preocupado y confuso, eternamente agradecido con el pecado que cuidó de él y lo protegió en sus momentos más difíciles. No debió ser fácil para Ozzie, toda su recuperación fue una gran carga emocional y aún así nunca se fue. Se quedó con él, lo amó en silencio y veló por su seguridad. Fizz también quería dejarse llevar por sus emociones, quería hacerlo y no pensar en las consecuencias de sus actos.

—Me lo negarás, creerás que estoy loco, pero no puedo pensar de otra forma con respecto a ti —Ozzie le sonrió con armonía, con la tranquilidad de poder expresarse con total libertad ante la persona que amaba—. Fizzarolli, nunca me arrepentiré de haberte conocido, jamás olvidaré la manera en la que hiciste que mi corazón latiera por nervios y deseo al solo tenerte conmigo y contemplar cada parte de tí —apreció la suavidad de su rostro y no dejó de contemplar su hermosa esencia—. No importa si decides alejarte y obedecer a Mammon, no importa si dejas esta clínica para siempre o si decídes que lo mejor es hacer como si nunca hubiésemos compartido estos años juntos.

Fizzarolli se quedó inmóvil, sin poder expresar sus verdaderas emociones. Él solo sabía cuál era la decisión correcta, pero no quería acatarla. No luego de que sus emociones lo sacudieran de esa manera. Pero esa impulsividad los dañaría o al menos eso pensaba.

—Nunca me arrepentiré de sentir amor hacia ti. Sé que como el rey de la Lujuria no debería sentir esto, pero es inevitable —le confesó ya que no había manera de revertir su situación—. He descubierto tanto sobre mi en estos años, tú me cambiaste. Realmente ahora puedo entenderlo, pienso que la lujuria no debería ser un acto cruel de solo libertinaje. La lujuria, a veces, puede tratarse de amor. Si, de demostrar ese amor mediante placer.

Y en ese momento, alejó su mano de Fizz. Decidió ponerse de pie y mirarlo desde arriba, ambos jamás dejaron de hacer contacto visual a pesar de sus movimientos.

—El acto de amor más grande que puedo ofrecerte ahora mismo, es el de dejarte escoger lo que quieras hacer con total libertad —declaró con solemnidad y una expresión comprensiva—. Jamás dejaré de amarte. Espero que nunca olvides eso, Fizz —sus orbes verdosas y su fuego brillaron intensos, frutos de ese amor que lo inundaba—. Puedes pensarlo todo el tiempo que necesites... Sé que no es fácil. Volveré, te lo aseguro.