Capítulo 2 🔫

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—Pasé —autoricé sin dejar de mirar mí laptop, debía terminar ése informe.

Escuché como la puerta se abría y se cerraba, para seguido darle paso al molesto ruido de unos tacones acercándose a mí.

Levanté la mirada y sonreí.

—Buen día, agente Pie —la saludé primero—  ¿No es muy temprano para andar derrumbando las puertas de las oficinas ajenas?

Ella río.

—No seas bobita, nunca es temprano para eso —dijo haciendo un ademán con la mano, restándole importancia—. Te he traído buenas nuevas —canturreo, mientras tomaba asiento frente a mí.

Pero tuve una corazonada cuando la observé detalladamente.

—¿Por qué llevas tanto maquillaje? —le pregunté sin rodeos.

Ella se quedó en silencio y agachó la  cabeza.

—¿Qué tenías que decirme Pinkamena? —decidí cambiar el tema.

Un suspiro escapó de los labios de mí amiga pelirosa.

—Al terminar la jornada de hoy, me gustaría ir por una par de tragos —solto mirándome a los ojos— Pero no quiero ir sola ¿Te animas?

Asentí.

—Y volviendo al tema —continúo, un poco más animada— Adivina que tengo en mis manos —declaró mostrándome un sobre amarillo, el cual llevaba consigo desde que había llegado.

Arqueé una ceja.

—Un sobre...

En otro lugar.

—Applejack, voy a conocer la zona —le avisé mientras entraba a la cocina— Me guardas de lo qué sea que estés preparando —le dije mientras me servía un vaso con jugo de melón.

Ella asintió.

Sin dejar de revolver la sartén.

—Eso se vé 20% más genial — opine antes de irme...

El sol se ya se estaba ocultando, pero éso no hizo qué el terrible calor cesará en lo más mínimo.

Me quité el suéter qué me había protegido de los rayos del sol hace apenas algunas horas.

Ya me había alejado una distancia considerable del nuevo apartamento qué compramos Applejack y yo.

Después vería como volver.

Me estaba agrandando está ciudad, aunque tenía altas expectativas con respecto al clima, pero ya había llegado a la conclusión de qué Madrid era un horno, igual o peor que nuevo México.

Seguí caminando hasta que divisé una cancha a la distancia, decidí ir a mirar.

Me senté en las gradas.

Un grupo de chicos estaba jugando basket, así que me quedé un rato observando los, ya qué su táctica era increíble.

—Oye —escuché que llamaban a mis espaldas.

Me giré y observé a la chica que se acercaba a mí.

Bajó las pocas gradas qué nos separaban y se sentó a mí lado.

—No te había visto por acá —me dijo con entusiasmo— Me llamó Fluttershy ¿Viniste a ver el partido? Van dos a dos.

Sonreí.

—Llegue asé poco a la ciudad y en realidad no, solo estoy de paso —le respondí mientras la escaneaba.

Tenía el cabello teñido de color rosa, su piel estaba un poco bronceada. Llevaba puesto un shorts de jeans y una blusa de color lila.

—Por cierto, soy Rainbow —me presenté por fin— Me gusta tú cabello.

Y ése fue el inicio de agradable charla...

—Fue un buen partido —soltó Fluttershy, levantándose— Ven, te presentaré a mí hermano.

Asentí.

Bajamos las gradas y nos dijimos hacia el grupo de chicos.

—¿Cuál de todos es tú hermano? —pregunte mientras detallaba al grupo de chicos.

—El rubio... —fué lo único que escuché.

Ya qué me perdí en los ojos celestes del chico qué sostenía el balón de basket.

Era lindo.

Me sonrió y éso bastó para hacerme espabilar.

—No puedo creer que sea tú hermano —le confesé a Fluttershy.

—En realidad no lo es.

Fruncí el ceño.

¿Cómo que no lo era?

—Él es mí hermano —me explicó señalando a otro chico...

Me retracto de haber aceptado la invitación de estos chicos.

Todos son unos idiotas e inmaduros

—Tengo qué irme Fluttershy —me despedí he ignore de manera olímpica a su insoportable hermano.

El cuál no ha dejado de fastidiarme con su galantería, acompañado de sus amigos.

Sí no tuviese qué actuar de una manera "normal" ya le hubiese hecho un gran favor a la humanidad; los habría aniquilado, bueno a Fluttershy no, ella sí me cayo bien.

—Oh, tan pronto —asentí— Bueno, espero qué nos volvamos a ver —movió su mano en forma de despedida, no espere más y salí del bar.

La brisa impacto contra mí cara y alborotó mí cabello...

¿Dónde carajos estaba?

Me había perdido y Applejack no respondía mis llamadas.

Solo a mí me pasan estás cosas.

—¡Dios ayúdame! —exclame mirando al cielo y nada pasó o éso creía yo.

Caí al suelo cuando algo negro y peludo me empujó.

—Oye amigo, de todas las formas de llamar la atención ¿debías elegir está? —le dije al perro qué no paraba de olfatear me— ¿Qué buscas no tengo comida?

El perro se sentó a mí lado y me observó.

—Si te perdiste, no te esperes mucho de mí, yo estoy igual.

—¡Boki! ¡Ven aquí! —escuche qué gritaban.

El perro se sentó a mí lado y ladro un par de veces.

—¡Aquí estás! —dijo el chico cuando llegó a nosotros— Hola Raimbow...



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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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