ᴜɴɪᴄᴏ: 𝐋𝐨𝐬𝐞𝐫 𝐛𝐚𝐛𝐲

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༺ 𝒟𝓇𝒶𝒷𝒷𝓁𝑒 ༻




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No era el mejor de los días, a pesar de que ningún día era el mejor

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No era el mejor de los días, a pesar de que ningún día era el mejor. Estando solo en ese bar escuchando las quejas de otro, era el pan de cada dia de todo cantinero miserable.

Por más que odiara ese trabajo, no podría renunciar a ello, estaba bajo un contrato de deuda que debía pagar.

Suspiró, ¿en qué momento se le ocurrió apostar tanto? No podía creer lo estupido que podía llegar a ser por un poco de alcohol.

Apostar su libertad...

Había sido el peor error de su vida, ¿seguiría cometiendo más?

El chico en el escenario, parecía tener la respuestas. Sonrió, su compañero de desgracias, quién era igual o más estupido de lo que era él. Ambos habían vendido su libertad a personas equivocadas.

Podían ser amigos con eso en común, ¿cierto?

Solo... amigos.

Veía al chico en el escenario, era parte del espectáculo principal del show de ese bar de la mala muerte. Era el mejor y más cotizado. La estrella del lugar, Angel Dust.

A quien jamás podría ver con más intención.

El cantinero dio la vuelta, el artista lo daba todo en el escenario, viendo ocasionalmente al cantinero malhumorado. No se había percatado de que también lo estaba mirando.

A pesar de que vendía su voz y cuerpo por nada, él trataba de sobrevivir, adoptando una personalidad falsa. Pareciendo un puta en todo sentido, a toda hora. Poco le importaba la opinión ajena... Ajena a la de ese cantinero.

El cantinero que le mostró, que no estaba solo, que no por ser un perdedor debía estar solo. Le enseñó que juntos podían ser perdedores, los dos.

Eso era...una idea estúpida, estúpidamente encantadora.

A pesar de que el malhumorado ya no seguía viendo hacia el escenario, aún podía escuchar la voz de Angel, su único talento no era vender su cuerpo de forma exitosa. Su voz era hermosa.

Pero por más que evite halagar, Angel se había adueñado de todos sus cumplidos. Y de su mente.

Demasiado indeseado.

Angel seguía pensando en ese cantinero, aun cuando sabía que podía atraer todas las miradas con una sola vocal, pero jamás podría atraer esa mirada. Esos ojos jamás lo observarán de la forma en que desea.

Nadie podría amarlo, sin desear su cuerpo antes.

El cantinero solo deseaba, lo mejor para la estrella, aunque ese "mejor" lo encuentre lejos de ahí, lejos de él.

Y de pronto, esas dos miradas se conectaron, una en el escenario, llegando al punto final de su espectáculo; y otra en la barra, limpiando las copas de cristal. Esas miradas brillaron al encontrarse, creando un espacio solo de ellos.

Angel sonrió, Husk sonrió. Lo sabían, lo pensaban, los sentimientos que tenían por el otro, pero que habían enterrado.

Por miedo a amar, por miedo a ser amado, sus miedos le impiden ver lo que había en los ojos del otro. Una declaración de sentimientos a través de una mirada, era lo que ellos ignoraban. Sus miedos, eran su más grande obstáculo.

 Sus miedos, eran su más grande obstáculo

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