20. Juguemos

1.4K 65 7
                                    

–Puedo jurar que la guitarra estaba aquí arriba.-seguía rebuscando la ojiverde entre las cosas de Martin.–Se la regalaron hace unos años pero nunca la uso.

–Cuidado, no vayas a caerte.-Violeta preocupada se levantó de la cama para sostener la silla donde Chiara estaba de pie.–No creo que este por ahí, Kiki.

–Tienes razón.-se rindió y con ayuda de la pelirroja sus pies tocaron nuevamente el suelo.–Tal vez ya deberíamos bajar, le preguntaré a Martin donde la dejó.

–¿No podemos...-divagó Violeta mirándola a los ojos tratando de que captara sus intenciones.–quedarnos un poco más?

–¿Para qué?.-preguntó confundida y Violeta comenzaba a perder su poca paciencia.

–Pues para platicar.-contestó con obviedad volviendo a tomar asiento en la cama esperando a que la acompañara.–Cuéntame que te pareció la sorpresa de Omar.-pidió fingiendo inocencia, estuvo muy ocupada tratando de aguantar la risa al ver la reacción de Ruslana que no pudo ver la reacción de Chiara.

–No lo sé, Martin me había dicho que no eran nada. Estoy confundida.

–¿Martin?

–Sí, le dije que tu me habías dicho que eran novios y el me lo negó.-Violeta la miró tratando de descifrar su reacción luego de verse a si misma atrapada en su mentira.–Alguien más debió mentirte.-pudo respirar nuevamente ante la inocencia de Chiara.

–Sí... eso creo.

–Bueno pero después de hoy definitivamente si serán algo más.-tomó asiento a un lado de Violeta en la cama y esta se inclino un poco más hacia ella por inercia.–Estoy feliz por ella, no es fácil encontrar un amor sincero hoy en día.

–¿Lo has buscado?.-Chiara se sonrojo ante la pregunta y bajo la mirada.

–La verdad no.-respondió con timidez y Violeta sonrió satisfecha ante su respuesta.–No sé como hacer eso.

–Kiki estoy segura de que deben haber mas de mil personas en el mundo babeando por ti.-"incluyéndome", quiso decir pero se contuvo.–Eres asombrosa.-Chiara sintió la intensidad en sus palabras que tuvo que levantar la mirada pensando que lo había inventado.

–¿De verdad?.-Violeta no podía creer lo que escuchaba teniendo frente a ella a la chica más hermosa del mundo.

–Kiki por dios...-la cercanía comenzaba a provocar ardor en su cuerpo.–Eres arte pura.-Chiara nuevamente sintió sus mejillas arder, pero esa vez no bajo la mirada, siguió la dirección de los ojos de Violeta apuntando a sus labios.

La puerta de la habitación siendo abierta bruscamente las sacó de su burbuja a ambas.

–¿Ruslana?.-preguntó Chiara nerviosa luego del momento cargado de tensión que acababa de vivir.

Por otro lado, Ruslana no daba crédito a lo que veía, sus puños estaban rojos del coraje que venía soportando desde que Omar llegó con ese ramo, y el cómo Violeta rodaba los ojos fastidiada ante su presencia fue la simple gota que derramó el vaso.

–Sólo venía a despedirme, las dejó.-su tono fue más seco de lo pensó y cuando estaba por darse la vuelta, Chiara la llamó.

–¿Ya te vas tan pronto?.-la desilusión en su voz llenó de calidez nuevamente su pecho.

–Lo siento Kiki, ya viste lo que pasó, ha sido demasiado para mí en una sola noche.-sus ojos buscaron los de Violeta, quien fingía demencia viendo sus uñas.

–Quédate a dormir.-pidió Chiara como una niña pequeña y sin poder evitarlo Ruslana sonrió.–Hagamos una pijamada.-ahora dirigió su mirada hacia Violeta, que dejó de mirar sus uñas para compartir mirada con Ruslana. Era desagrado puro.

–¿Quienes?

–Omar y Alex ya se ha ido. Solo quedamos nosotras y Martin.-mencionó Ruslana sin despegar su competencia de miradas con Violeta.

–Pues nosotros.-rompió el contacto cuando Chiara se posicionó frente a ella.–Por favor, será divertido.

–Yo aceptó.-Violeta se puso de pie caminando hacia la salida chocando su hombro con el de Ruslana.–Creo que ella tiene cosas que hacer, ¿no es así?

Chiara la miró esperando su respuesta. Por supuesto que quería quedarse y pasar más tiempo con Kiki, pero por otro lado estaba Violeta, quién ya le había demostrado con hechos que estaba dispuesta a hacer lo que fuera con tal de alejarla de ella.

Lo meditó por unos segundos antes de responder. Si Violeta quería jugar, claro que jugaría.

–Tengamos esa pijamada.

Kivi/Ruski INSTAGRAMWhere stories live. Discover now