𝓒𝓸𝓶𝓸 𝓾𝓷 𝓻𝓪𝓶𝓸 𝓭𝓮 𝓬𝓵𝓪𝓿𝓮𝓵𝓮𝓼 ❝Lucifer Morningstar × Reader❞

02

Al final del día la fémina estaba agotada, no esperaba que la alegría pudiera ser tan cansada, especialmente al hacer un esfuerzo que no le interesaba, definitivamente no quería ir al cielo. Todos volvían a estar en la sala, siendo así que tanto Angel como ___ estaban desplomados en el sofá, al ser los únicos huéspedes eran en los que la mayor parte de la responsabilidad caían.

–¡Lo hicieron genial! A este paso pronto estarán cerca de ser unas buenas personas.– Charlie parecía feliz con las actividades.–

–Amor, no deberías presionar a ___, es su primer día.– Y como siempre Vaggie estaba ahí para poner los pies en la tierra de la rubia.–

Mientras tanto la chica principal seguía pensando en Lucifer, no lo había visto el resto del día, probablemente estaría ocupado en sus responsabilidades como rey del infierno.
Así sin más actividades ___ decidió subir a su habitación, quería descansar. Sin embargo, un sonido llamó particularmente su atención, escuchándose como varias máquinas trabajando para fabricar algo; decidió seguir el sonido, al final ya estaba en ese lugar por curiosa, encontrándose con una puerta semi abierta, asomando su cabeza para buscar el origen de los sonidos.

–¡Lo terminé!, ¡El patito definitivo que canta!– El rey pareció activar un botón, por lo que el patito de juguete empezó a cantar una suave melodía, específicamente "Estrellita, ¿Dónde estás?" Con una voz patuna.–

La escena le había parecido tierna a la jóven, a lo que soltó una risita, risa que delató su posición de espionaje, haciendo que Lucifer volteara asustado para encontrarse con la pecadora, provocando que terminara por aventar aquel pato.

–¡Carajo! Me asustaste...– Dijo agarrando su pecho.– No es lo que parece, ¡Puedo explicarlo!

– Tranquilo, está bien, yo no juzgo. – Mencionó en un tono tranquilo la chica, entrando en el lugar sin pedir permiso, todo para recoger el patito de juguete y regresarselo al soberano.– Es un pato bastante lindo... Recuerdo que cuando estaba viva la gente solía usar accesorios de pato en la cabeza, era muy divertido.–

–¿Cuando vivías? Es raro, la mayoría no suele hablar acerca de su vida... ¿Llegaste recientemente?– Cuestionó Lucifer mientras tomaba su pato de regreso.–

– Oh, pues sí. Apenas llevo un año y meses en el infierno... En realidad nunca planee estar aquí en primer lugar.–

Las palabras de ___ parecían extrañar a Lucifer, la mayoría de pecadores no sé mordían la lengua al admitir lo malas personas que fueron y son, pero la chica no parecía particularmente un mounstro.

–¿Y puedo preguntar por qué estás aquí?–

___ se quedó callada unos momentos, repasando la mierda de vida que había tenido, y que al revelar el motivo necesariamente mencionaría el porque conocía a Lucifer de antes, así que lo mejor sería solo dar una razón parcial.

–Suicidio.– Finalmente soltó en un tono neutral, no era un tono alegre, pero tampoco se notaba triste.– No es algo de lo que me guste hablar...–

El ambiente se quedó en un silencio sepulcral, el suicidio era un pecado complicado, rechazabas el regalo de Dios que era la vida y eso te sentenciaba a vivir en el infierno; Lucifer siempre consideró a eso un pecado injusto, sin embargo no podía desafiar las reglas de Dios.

–Yo... Lo siento mucho.– Finalmente el rubio habló.– No creo que ese sea un verdadero pecado...–

–No importa, por eso estoy aquí, para redimirme... Aunque no sé cómo exactamente redimirme acerca de ello.– Soltó con completa naturalidad, dejando a Lucifer extrañado, era como si el tema no fuera complicado para ella.–

–Si te hace sentir mejor, el cielo en realidad no es tan increíble como suena... Tiene demasiadas reglas y no son nada flexibles.– Sus palabras la hicieron sonreír, era una extraña forma de consuelo, pero aún así lo apreciaba.–

–... Gracias.– Solo pudo agradecer, dedicándole una suave sonrisa a Lucifer, el cuál se la devolvió.– Debería irme a mi habitación, no quería interrumpir sus actividades.–

–Oh, no te preocupes, pero sí deberías descansar.– La chica asintió, saliendo del lugar.–

Una presencia parecía estar observando aquella interacción desde lejos, mostrando una sonrisa tétrica como era su costumbre.

–Así que ella envió a alguien para visitarnos... Una pecadora imposible de redimir... Esto será interesante.– Aquella presencia solo desapareció sin dejar rastro.–

Todo parecía tan confuso en este hotel, y la cabeza de la chica volvía a punzar.

Tengo tos ayudaaa