Que mujer tan productiva.

Lo sé.

Dejé de sonreír al ver mi tocador vacío y una maleta donde estaba todo lo que iba en él.

Eché la cabeza para atrás maldiciendo.

¿Por qué dios es tan cruel conmigo?.

Estuve 20 minutos más terminando de acordar todos los productos que iban en el tocador y los que iban en el baño; perfumes, cremas, maquillaje...

Exhalé aliviada cuando por fin terminé, me di una ducha larga con agua caliente; septiembre es un mes no tan caluroso así que ya no era necesario ducharme con agua fría.

Salí del baño de mi recamara con una toalla en el cuerpo y otra en el cabello. Me senté en el borde de la cama viendo hacia la ventana del lado izquierdo del derecho estaba el armario, la cama en la mitad y frente a ella el tocador junto a la puerta del baño.

En la ventana también había un pequeño balcón al que pocas veces utilizaba, cerré las cortinas rosadas de la ventana; nunca se sabe cuando un acosador te puede estar vigilando.

Terminé de vestirme, ahora solo me faltaba prepararme para el regreso a clases.

Mamá y yo, iríamos a comprar útiles escolares por la tarde, por ahora solo podía prepararme mentalmente para ver a ciertas personas.

Bajé a la cocina en busca de comida, era extraño que todo estuviera tan silencioso, mamá seguía en su recamara y aunque estuviera abajo, ella no es la persona más ruidosa de el mundo, al contrario. Mamá es demasiado callada por lo que siento que siempre estoy sola.

Al ser solo ella y yo, el 90% del tiempo estaba sola, aveces quisiera haber tenido una hermana.

Me preparé un sándwich y jugo de naranja, recargada en la barra con una mano en mi celular y otra en el sandwich empecé a comer. No había nada interesante en mis redes sociales, hasta que la pantalla se iluminó con una notificación que me hizo sonreír.

"¿Qué tal el viaje?".

De: Pablito el más lindo.

Olvidaba que ahora tenía a alguien a quien avisar de lo que hacía, o bueno más bien alguien a quien contarle las cosas.

Katy: "Todo bien, no hubo tanto tráfico, ¿qué haces?".

Pablo: "voy a entrenar, ¿te puedo llamar más tarde?".

Katy:"sii, mete muchos goles 😉".

Pablo: :"obvio, si quieres también a ti".

Por obvias razones me empecé a atragantar con la comida, bebí jugo tratando de poder calmarme.

Pablo siempre le encontraba el doble sentido a las cosas. Siempre hacía chistes no tan chistes.

No diré cual fue mi respuesta, me desconocí a mi misma.

La tarde llegó rápido, Pablo y yo quedamos en hacer llamada en cuanto regresara de las compras con mamá. Había hecho una lista de todo lo que necesitaba. No tardamos más de dos horas, siendo sincera estaba ansiosa por regresar a casa.

Así que trate de elegir las cosas sin pensar mucho.

Entré en mi recamara casi corriendo y me deje caer en la cama mientras llevaba mi celular a la oreja. Sonreí de oreja a oreja cuando escuché la voz del chico que me gustaba.

—Hola Kat.

¿Por qué su voz sonaba tan bien?.

Estuvimos hablando un par de horas, me contó como estuvo su entrenamiento, y otras cosas. Yo le hable de mis horarios, de que volvería a los ensayos... y evité una parte.

Un verano con mi enemigoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt