Touché [frerard, ryden]

6. Twister.

Por fin había terminado su última clase del día y se dio permiso de suspirar y acomodar la rosa de plástico que llevaba en el bolsillo de la camisa.
Quería pedirle a Dios que toda la universidad se quemara -que nadie saliera herido... bueno, sólo Frank Iero pero poquito, una pierna rota no le haría mal- y poder regresar a casa y ser un campesino o un granjero y ganarse el amor de jóvenes forasteros con sus bellos poemas. Pero no. "Muy inteligente para hablarle a Dios" se repetía a sí mismo.
Cuando salió de su ensimismamiento, tenía a Brendon enfrente. Todo sonrisa y dientes, parecía un tiburón, un tiburón con intenciones de morder a Ryan.

-Hola, Ry!-Le saludó con efusividad y un tono de voz que podría romper copas de cristal y los tímpanos de Ryan también.
-Mm, hey.
-Cómo estás? Te he estado buscando pero eres escurridizo. -Rió. -Desde la fiesta que no te veo, y eso fue hace como mil años.
-Dos semanas.-Susurró Ryan.
-Eh? Bueno, eso, y tampoco pudimos hablar mucho, bueno tú nunca hablas mucho.

Y mientras Brendon seguía riendo, Ryan cantaba una canción de AFI en su mente. Si las letras de Davey Havok no lo calmaban, entonces nada lo haría.

No es que no quisiera hablar con Brendon, es que Brendon no se callaba. Era un bla bla bla que no cesaba, la primera vez que hablas con él es una bocanada de aire fresco pero después sólo es un "bff".

-Y...-Discretamente se limpió el sudor de las manos en el pantalón. -Me gusta tu rosa.

Ryan le sonrió un poco y sintió sus mejillas enrojecerse pero no dijo más.

Brendon se sentía desesperado porque el que Ryan fuera tan reservado era hermosamente deprimente.

-Um, quieres ir a dar una vuelta o algo?-Preguntó cuando ya no encontraba nada que decir.

-De hecho tengo mucha tarea que hacer, quizá después.

-Seguro? Mi propuesta puede ser muy tentadora si lo piensas bien.

-Cómo?-Ryan rió un poco.

-Puedo mostrarte mi arbol favorito y luego podemos ir a mi habitación; ahí se suicidó un tipo, da miedo.
-No te puedo imaginar en una habitación siendo amigo de un fantasma si lloraste en una casa del terror sin haber visto nada.-Negó con la cabeza y rodó los ojos.
-En serio! a veces se escucha que tiran cosas y ahí es cuando tengo que irme a dormir con Frank o terminaría rasguñando las paredes en un hospital psiquiatrico por el trauma tan grande.
-Hmm? Eres exagerado, seguro el fantasma te tiene más miedo a ti, con esa sonrisa enorme y la mirada fija hasta a mi me incómodas a veces.
-Wow dude, muchas gracias, haces sentir bien a mi sonrisa.-Frunció un poco el ceño pero después volvió a sonreír.

Brendon no supo cómo hizo, pero convenció a Ryan de ir a dar una vuelta con él. Y nunca había estado más agradecido de ser tan necio.

Primero fueron a ver el arbol favorito de Brendon. Un enorme cerezo en la parte más escondida de las areas verdes.

-Es lindo.-Le dijo Ryan y se sentó frente al cerezo.
Brendon lo acompañó y se acerco a él lo más que pudo sin ser muy obvio.
-Vengo aquí cuando siento que voy a arrancarme los intestinos y me los voy a comer con leche.
-Eso te pasa amenudo?
-Um...
-Oye, no quiero que se te aloque y quieras comerte mis intestinos.
-No lo sé, no lo sé, seguro tus intestinos son lindos, um, sí, me los voy a comer.

Se abalanzó contra Ryan tirandolo de espaldas en el cesped. Le hizo cosquillas hasta que Ryan le pudo tomar de las muñecas y pudo respirar normal.
Le dolían el estómago y las mejillas pero se sentía bien y no podía dejar de sonreír.

-Buen momento para decirte que odio las cosquillas, Brendon.

Brendon sólo se acercó y le dejó un pequeño beso en la mejilla, se soltó del agarre de Ryan y se puso de pie, extendiendo su mano para que también se pusiera de pie.
Ryan estaba rojo desde la frente hasta el cuello. Rojo como cereza.

Caminaron en círculos por la escuela y con el poco dinero que ambos llevaban pudieron comprar un helado que sabía a gloria.

Cuando el cielo se nubló y el helado ya parecía más malteada que helado, Brendon lo convenció de ir a su habitación a jugar twister, lo tomó de la mano y como mamá llevando a su hijo al kinder, se llevó a Ryan. No pudiendo recordar la última vez que se sintió tan bien.

Se suponía que Frank no estaba pero ese hombre es muy cambiante y, sorpresa, sorpresa! estaba en la habitación leyendo "Un grito en el Cielo" de Anne Rice.

-Mi twister ya no gira bien pero sirve, si ganas te firmo una carta compromiso de no comerme tus intestinos.
-No esperaba menos de ti.

Brendon se sorprendió un poco cuando vio a Frank, pero había aprendido a no preguntar cosas como "Por qué estás aquí?" si no quería que le contestara con algo como "Y eso a ti qué?" y si seguía irritando a Frank él terminaría diciéndole "pendejo". Groseria que aprendió de Gabe Saporta. Tan lindo Gabe, enseñando groserías en español.

A Brendon no le molestaba que Frank estuviera ahí, pero a Ryan sí. Un poco. Bueno, un mucho.
Ryan se quedó parado en la puerta cerrada y no hizo el intento de seguir los pasos de Brendon.

-Frank, haz visto mi twister?
-Mm, no, buscalo abajo de tu cama, el otro día encontraste el pan perdido ahí.
-Ojalá nos hubiéramos quedado con el, era un sobreviviente de guerra.
-Estaba verde.
-Y era un sobreviviente de guerra.
Frank rió y volteó a ver a Ryan, cuestionandolo con la mirada pero no diciendo nada.

Encontró la cajita que solía ser rosa y sacó su twister.
Rosa porque es cool ok?

-Brendon, te parece si vamos a jugar a mi habitación?
-Um?
-No, quedense, yo también quiero jugar no es obvio?-Dijo Frank con la nariz escondida en el libro.
-Entonces deja tu pornografía gay y ven a jugar.
-Urie, necesito sacar el letrero de "sarcasmo" para que me entiendas?
-Gagh, qué aburrido.-Metió su twister en la bolsa rosa que venía de regalo y se acercó a Ryan que seguía pegado a la puerta. Con la espalda recta pero la cabeza agachada.

-Entonces, a tu compañero no le molesta que juguemos allá?-Le preguntó con una sonrisa.
-No, no creo, Gerard es muy lindo.
Después de hablar como el tonto enamorado que era, la cara volvió a tornarsele roja y para arreglar un poco las cosas terminó con un "quiero decir, es muy flexible en cuanto esas cosas".

Brendon hizo caso omiso de lo mucho que brillaban los ojos de Ryan cuando veía a Gerard.
Gerard sí era lindo y aceptó jugar twister con ellos y no se rió cuando vio los calcetines de Blanca Nieves de Brendon.

Urie de verdad pasaba un buen rato, hizo caso omiso de que Ryan se tirara a propósito cuando le tocó "mano, rosa" haciendo que Gerard cayera casi sobre de él. Y aunque sabía que Frank tenía razón y Ryan tiraba baba por Gerard, el tipo no le parecía tan odioso.
No le parecía odioso en lo absoluto porque compró pizzas y no les pidió ni a Ryan ni a él que pagaran algo, Brendon intento decirle que podía darle una parte pero Gerard se negó y las pagó.
Y Brendon quedó muy agradecido porque en realidad sólo llevaba un dólar arrugado en la bolsa de su pantalón.

Al final después de las caídas fingidas y no fingidas de Ryan que hacían perder a Gerard, obviamente el ganador fue Brendon así que firmaron solemnemente un papel que decía que Brendon se podía comer los intestinos de ambos con leche si quería.

Después escucharon a Misfits y cuando Ryan se durmió recargado a él, dios, sintió que aventaron un piano en su estómago y que hilos imaginarios jalaban sus labios y tendría que sonreír para siempre.

Gerard los vio y con una sonrisa y un pequeño ademán, los dejo solos y se fue a dormir.

Esa noche Brendon Urie durmió en el suelo junto a Ryan Ross, con la rosa de plástico de Ryan rozando su brazo.
A la mañana siguiente le dolía todo y la espalda le tronó como sonaja, pero al escuchar a Ryan quejarse y sobarse el cuello no pudo evitar reírse.
Y quizá, sólo quizá le convendría ser amigo de Gerard Way. De esa manera tendría a Ryan cerca. Y de esa manera quizá tendría más pizza gratis. GRATIS.

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Hey, gurls.
Me tarde un poquito en actualizar, perdun :(.

Hoy llevé a mi prima a hacer el examen comipems y, no sé, si algunx de ustedes también lo hizo o lo hará les deseo mucha suerte ojalá se queden en su primera opción y no terminen escribiendo fics como yo, ah.

bueno bye, que la fuerza les acompañe.

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