Descanso

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Luego de la presentación del pequeño Malfoy todos se sentaron a merendar con sus respectivas familias.

En la mesa de las serpientes, todos estaban felices escuchando a los dos niños hablar sobre las cosas que les gustaban hacer, además de que estaban bastantes felices de saber que iban a tener un futuro, un futuro feliz, en el cual ya no tendrían que seguir las ordenes de nadie por miedo a morir, sino que podrían ser libres y hacer lo que ellos quisieran.

—Eres tan parecido a tu padre—dijo Narcissa abrazando a su nieto—excepto que tus ojos no son para nada los de un Malfoy—comento Lucius queriendo que el niño le diga quien será tu futura nuera.

—Me lo dicen mucho abuelo—dijo el niño mirando a sus abuelos con una sonrisa—tengo los ojos de mamá.

—Haber, Pers, mírame—Perseo miro a su futuro padre con confusión, ya que este lo acerco para poder examinar sus ojos.

—Draco Malfoy, deja a tu hijo en pez—dijo Pansy, haciendo que Draco soltara a su hijo y le sonriera—una consulta, ¿podrían decirnos que hacemos en el futuro?—pregunto mirando a sus dos futuros sobrinos, causando la intriga de todos sus amigos.

—Emm—Marcos miro a Pers sin saber que decir—Teddy nos dijo que no podíamos decirles nada de sus parejas, pero eso no sé.

—Yo tampoco se—contesto Perseo.

—Podríamos preguntarle a la tía Mione—dijo Marcos y Perseo asintió bajándose de su abuela para ir con su madre.

— Se me hace tan raro que le digan tía a Granger— susurro Blaise y los demás asintieron, aunque cierto rubio tenía en mente la razón de eso.

Por otro lado unos minutos antes en la mesa de los leones cada uno estaba disfrutando de sus hijos y sobrinos, en el caso del trio de oro, este estaba tan feliz, pues le alegraba mucho saber que todo lo que hicieron desde que entraron a Hogwarts había tenido sus frutos, pues lograron derrotar a Voldemort y lograr que el futuro sea mucho mejor y feliz, sin tener miedo.

— No puedo creer que ya se durmieron— comentó con asombro George mirando a Stella que dormía sobre él y a Liam que dormía sobre Fred.

— Ellos siempre duermen la siesta, pues los acompañan a la Sortilegios Weasley y ustedes los hacen dormir a esta hora porque la hora en la que más se llena y es un verdadero escándalo tener a los progenitores de los gemelos Weasley sueltos por la tienda con demasiada gente— explico Victore causando que los gemelos le sonrieran a su respectivo hijo, antes de mirarse y abrir los ojos.

— ¡Sortilegios Weasley! —Susurraron juntos antes de mover los brazos y cantar—lo hicimos, lo hicimos— causando risas de muchos y tenería de otros al ver que intentaron reprimir su emoción lo más que pudieron para no despertar a los pequeños.

— Los merodeadores estarían orgullosos— comento Fred con ilusión, causando que Sirius y Remus se rieran en silencio y dijeran a la vez.

— Lo hacemos.

— Ustedes...ustedes son...— George no podía creer lo que escuchaba, estaban enfrente de dos de sus ídolos.

— Soy canuto y él es lunático —contesto con nostalgia, antes de mirar a Harry—y su padre es Cornamenta—ante lo último los gemelos miraron a Harry con traición.

—Potter, cómo pudiste no...—Fred fue interrumpido por una voz.

—Mione—todos se giraron para ver al hijo de Malfoy con sorpresa.

—Hola, Pers—dijo Hermione subiéndolo a su regazo para que se sentara— ¿quieres un cup cake de chocolate? —pregunto y este asintió mirando a todos con una sonrisa.

La tercera generaciónWhere stories live. Discover now