Tronca y juicio

En başından başla
                                    

—Pero... —Lily se acercó a su casa de cristal. Estaba tieso con los ojos abiertos—. Anoche estaba bien... —Especuló liada y cuando recordó la última vez que lo había visto, se puso roja de golpe.

Su padre la miró con una ceja enarcada.

Christopher se rascó la frente y no supo qué decir. Solo se acercó a mirar al hámster muerto. Estaba tieso. Su mueca de horror decía mucho.

Christopher supo que había muerto por su culpa.

Era la misma mueca con la que lo había visto la noche anterior.

Cuando Rossi levantó la vista, se encontró con la mirada acusatoria de su suegro.

El señor López tenía una mano sobre su boca y barbilla. La sostenía de forma sospechosa y su mirada intrigante lo decía todo.

Cuando sus miradas se encontraron, el señor López llevó sus ojos hasta el vidrio trizado.

—Tal vez algo lo asustó —dijo Christopher cuando entendió lo que las miradas de su suegro trataban de decirle.

—¿Asustarlo? —preguntó Lily entristecida y tomó entre sus manos su cuerpo sólido.

—Son muy asustadizos —dijo el señor López para tranquilizar a Sasha—. Cualquier ruido extraño, grito o... —carraspeó mirando de reojo a su hija y a su novio—... cualquier sorpresa los espanta.

—¿Habrá muerto triste? —preguntó Sasha, acariciándole la panza con la punta de su dedo.

—No, definitivamente murió feliz —bromeó Christopher y todos lo miraron con intriga—. Digo... tuvo una buena vida, era un gran pensador, compañero y amigo —se corrigió rápido.

El señor López intentó contenerse, pero, en el fondo, él sabía la verdad. El hámster se había muerto por la impresión de su follada loca.

El cristal roto explicaba muchas cosas.

Lily se tuvo que reír cuando escuchó a su padre carcajearse fuerte. Christopher se ruborizó tanto que, Sasha se enterneció y lo abrazó por la cintura con gesto maternal.

Se quedaron los cuatro recordando a Tronquitos, un gran pensador.

Lily decidió que debían tener a Tronquitos Jr.

Pronto se asearon, se vistieron y regresaron a la tienda de mascotas.

Cuando la dependienta los vio otra vez, puso los ojos en blanco. Los recordaba muy bien.

—Déjenme adivinar... —dijo sarcástica—... ya se murió.

Lily le sonrió y la dependienta la llevó a donde decenas de hámsteres corrían por todos lados.

Chris y Lily los miraron un largo rato, mientras escogieron al heredero de Tronquitos.

—¿Podríamos llevarle una compañera? —preguntó Chris con seriedad—. Tal vez necesita un poco de sexo hamsterino.

Lily se rio y aceptó su propuesta.

Le escogieron a una compañera. La llamarían "Tronca", porque tendría personalidad fuerte y autoritaria. La señora de la casa de cristal. Tronquitos Jr. Sería su leal compañero.

—¿Y si es gay? —preguntó Christopher totalmente preocupado.

Lily se rio fuerte.

La dependienta de la tienda los miró con una ceja enarcada.

—Ya veremos...

—Prueben un par de semanas —les dijo la dependienta de la tienda—. Si nacen críos, ya saben la respuesta.

Suya por contratoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin