4: "Incomparable"

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Quizás debió sospecharlo.

El sendero las dirigía por el deseo que compartían en unánime sintonía, era un debate entre la experiencia y la madurez que no tenía respuesta inmediata, ¿Sería un dueto? ¿Sería un duelo? ¿Un problema, tal vez?

La respuesta les asombrará, o quizás no como a Nayeon, porque ella realmente no lo esperaba cuando ingresaban en su apartamento, ni cuando se quitaban los zapatos en el umbral mientras pensaba que era más adecuado decir, siendo la primera vez que se quedaba sin palabras junto a esa mujer, ni cuando detalló de reojo como ella se deshacía de su abrigo color manteca y descubría su pecho de ese modo que pretendía ser inconsciente, ¿Lo fue? ¿O era consciente de lo que le hacía con sus acciones? Se preguntó la castaña al perder los ojos en donde no debía, una vez más.

Diablos, siquiera había bebido demasiado para echarle la culpa al alcohol, lo que le hacía sentir era tan neto que podría avergonzarse de sí misma por estar tan hormonal, pero podía sentir el calor vaporoso quemándole en las mejillas, la unión atrayente, la química absorbente al recorrerla con sus ojos, la codiciaba profundamente desde hacía semanas, que de solo tenerla en su apartamento y frente a sus ojos, parecía un delirio de su esquizofrenica mente.

Quizas se trataba del acalorado recuerdo de la experiencia que habían compartido en el aula de la universidad, antes de que la noche las deparara allí, en su apartamento. Nayeon no podía evitar retener el recuerdo de ese instante en la mente mientras tomaba un sorbo de su bebida y atendía a esa sonrisa segura. Incluso en la distancia de tiempo y espacio, aún sentía la textura de sus medias contra sus manos mientras exploraba esos muslos llenos, tenían que poder acabar con la insufrible tensión. Nayeon presionó los muslos cuando la oyó llamarle por su nombre con esa voz tan grave y sensual.

Entonces ella tomó esas acciones tan inesperadas que la reducían completa e inesperadamente al tamaño de una hormiga, una vez había cerrado la puerta y percibió su presencia tan de cerca que no pudo evitar someterse al pedido de la ansiosa boca de su profesora. Nayeon se dejó invadir por esos labios tan perfectos, una vez la mayor decidió que no había tiempo que perder y la besó hasta que la dejó con la respiración errática.

—¿Estabas esperando por este instante, verdad pequeña desvergonzada? —Musitó la mayor cuando la encerró entre sus cuerpo y la puerta de su apartamento.

Nayeon gimió inesperadamente a sus palabras y esas manos, que habían estado muy sobre sus mejillas durante el beso anterior, y que ahora le quitaban la chaqueta negra con lentas caricias decididas. Podía hallar en sus ojos el desesperado deseo de que la ropa se deshaga de sobre su cuerpo de una vez.

Solo habían alcanzado a quitarse los zapatos, y aún en esa condición, Jeongyeon le ganaba unos varios centímetros a la estudiante, centímetros que la hacían ver tan impetuosa, tan omnipotente como un ser superior. Nayeon no tardó en asentir tremulamente, haciendo una inconsciente respuesta nasal como afirmación a sus palabras, atrapada en el maple de sus ojos que parecían oscurecer con cada caricia que le daba a su cuerpo rígido. Mentiría si dijera que sentía miedo, pero podía sentir la adrenalina que esta le provocaba y que hacía vibrar todo su interior.

Ciertamente no se lo esperaba, pero le fascinaba la sola idea de que la sometiera con toda esa pasión que oscurecía su preciosa mirada y que podía llegar a ser tan excitante, como inesperada.

—Eres una chica mala, ¿No es cierto, Im? —Preguntó Jeongyeon golpeándola con su cálido aliento, uniéndolas en la caricia de sus bocas, mejillas con mejillas y nariz con nariz que parecía tan íntimo e inquebrantable, anticipando el contacto, incrementando de la insoportable química que inventaban y que aumentaban la temperatura de todo su ser.

𝑻𝒂𝒍𝒌 𝒕𝒐 𝑴𝒆 ꔫ [2Yeon]Where stories live. Discover now