36-Amor eterno

6.4K 333 7
                                    

*Dani*

Desde muy temprano estaba escuchado jaleo en casa, y a las diez ya me levanté a ver de donde venía todo ese ruido.

Hoy era 24 de diciembre, y como todos los años lo celebrariamos en casa con los Páez.

Bajé las escaleras con el pijama puesto, encontrándome con Pablo y papá moviendo los muebles del salón para colocar una mesa grande en el centro, y a mamá, aurora y Belén en la cocina.

A aurora ya le habían quitado el collarin, y aunque tenía que seguir teniendo algo de reposo ya tenía mucha más movilidad.

-Buenos dias-murmuré entrando en la cocina y mi madre vino a darme un beso de buenos días.

-¿Cómo has dormido corazón?-me preguntó.

-Muy bien-dije bostezando mientras iba a saludar a mi suegra y mi cuñada.

Mi hermano Marcos entró por la puerta con la misma cara de sueño que yo, y vino hasta mi dándome un abrazo, anoche cuando llegué estaba frito y todavía no nos habíamos visto.

Me hice unas tostadas mientras ellas me explicaban el menú para por la noche, y yo escuchaba atenta.

Después me senté con Aurora un rato para ponernos al día, le conté todo lo de ferran y por sus caras no daba crédito a lo que estaba escuchando.

-Pobre ferran, vaya racha-me dijo alzando las cejas y yo asentí bebiendo de mi colacao.

-Oye, ¿y Gavi?-pregunté alzando la voz y belén rió mirándome.

-Cualquiera lo despertaba, ayer llegó y nos quedamos charlando un rato, ese se levantará a medio dia-me dijo y yo sonreí.

Su madre le conocía bien, porque si nadie lo despertaba podía dormir todo el día.

-si quieres puedes ir a casa a despertarlo-me ofreció y yo me levanté de la silla asintiendo.

-Me visto y voy a por el-les dije dejando el plato y la taza en el lavavajillas para subir y ponerme lo primero que pillé.

Bajé y Pablo padre me dió las llaves de su casa, vivía a dos calles asique no tardé mucho en plantarme en la puerta y subí las escaleras hasta la habitación de mi novio.

Dormía como un bebé, con la boca ligeramente abierta, solo con los calzoncillos y la manta hasta la cintura y boca abajo.

Parecía hasta tranquilo así dormidito.

Me quité los tenis intentando no hacer ruido, aunque ya podia caer una bomba que pablo no se despertaría y trepé por la cama hasta ponerme encima de él y dejar varios besos en su espalda.

El reaccionó dejando aparecer una sonrisa en su rostro y se giró dejándome sentada justo sobre sus partes mientras me miraba adormilado.

-¿Y esta sorpresa?-me preguntó con voz ronca mientras acariciaba mi cintura.

-Buenos días dormilón-le dije agachandome un poco para poder darle un beso que correspondió con ganas-venga, ¿arriba no? Que es nochebuena me tienes que ayudar a envolver regalos-le dije y el sonrió mirándome como si fuese lo más preciado del mundo-¿Qué?-le pregunté.

-Nada, nada, vamos-me dijo levantándose de un salto y vistiendose.

Cogió las llaves de casa, el móvil, la cartera y salimos pitando dirección a la mía donde estaban nuestras familias.

Lo mejor de Sevilla era eso, poder andar por las calles sin la preocupación de que te graben, en nuestro pueblo desde pequeños nos conocía todo el mundo, por eso casi nunca paraban a Gavi, y eso a él lo hacía estar muy cómodo aquí cogido de mi mano mientras íbamos a mi casa.

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora