CAPITULO 2

957 82 8
                                    

Blitzo agarró a Moxxie y Millie por los hombros, mirándolos con una determinación feroz en sus ojos rojos. "¡Hay trabajo que hacer, manos en marcha!", les dijo, su voz cargada de urgencia.

Moxxie frunció el ceño, confundido. "Espera un momento, ¿qué haces aquí?", preguntó, tratando de entender la situación.

Blitzo soltó una risa nerviosa, pasando una mano por su cabello blanco. "Eso ya no importa", respondió evasivamente. "Lo que importa es que tenemos trabajo que hacer y no hay tiempo que perder. Ahora, súbanse a la camioneta".

Millie intercambió una mirada con Moxxie, preocupada por la extraña actitud de Blitzo. Sin embargo, confiaba en su jefe y amigo, sabiendo que siempre tenía un plan. "De acuerdo, Blitzo", dijo ella, mientras subía a la camioneta.

Moxxie frunció el ceño, pero finalmente suspiró resignado y siguió a Millie. Aunque no entendía completamente lo que estaba pasando, confiaba en Blitzo para guiarlos por el camino correcto.

Blitzo subió al asiento del conductor y arrancó el motor de la camioneta con un chirrido de neumáticos. La tensión en el aire era palpable mientras conducía por las oscuras calles del inframundo con destino al desierto, territorio de Striker, cada vez más lejos de la mansión de Asmodeus y más cerca del destino, pero había que averiguar exactamente en que lugar estaban.

Durante el trayecto, Moxxie intentó sacar más información de Blitzo sobre lo que estaba sucediendo. "¿Qué está pasando, Blitzo?", preguntó, su tono mezcla de preocupación y frustración.

Blitzo respondió "Striker secuestro a mi grimorio, digo...a Stolas, no podemos permitir que le pase algo, tenemos que enconrrarlo"

Mientras tanto, Striker ya habia llegado a su destino, una casa abandonada que se alzaba como un espectro en medio del desierto, su estructura en ruinas susurrando historias de tiempos pasados. Striker arrojó a Stolas sobre un viejo colchón, que crujía bajo su peso. El demonio cazador de recompensas se volvió hacia su prisionero, con una mirada de frío desdén en sus ojos.

"Quédate aquí y no te muevas hasta que vuelva con las armas", gruñó Striker, su voz llena de amenaza. "O si no, te aseguro que tu próxima parada será aún peor que el mismísimo infierno."

Stolas se limito a mirar, su corazón latiendo con un miedo creciente mientras observaba a Striker alejarse. Una sensación de desesperación se apoderó de él mientras esperaba en la oscuridad, preguntándose qué destino le esperaba ahora que estaba en manos de su enemigo.

Sin embargo, su espera fue interrumpida por el sonido de un teléfono sonando en la distancia. Striker maldijo en voz alta y sacó su teléfono de bolsillo, atendiendo la llamada con una mueca de irritación.

"¿Qué sucede ahora, su majestad?" gruñó Striker, su voz llena de irritación.

Stella, la ex esposa de Stolas, habló desde el otro lado de la línea, su tono frío y calculador. "Cambié de planes", dijo ella con calma. "Quiero que traigas a Stolas de vuelta vivo."

Striker frunció el ceño, su mente trabajando rápidamente para adaptarse a esta nueva situación. "Solo si me pagas el doble", respondió él con dureza.

Hubo un momento de silencio antes de que Stella finalmente aceptara, prometiendo duplicar la recompensa si Striker cumplía con sus demandas. Con eso, cortó la llamada, dejando a Striker solo con sus pensamientos y su prisionero.

Striker se volvió hacia Stolas, con una sonrisa siniestra jugando en sus labios. "Hhmm, qué debería hacer contigo", murmuró para sí mismo, mientras se acercaba lentamente al demonio atrapado.

Stolas lo miró con una mezcla de miedo y desafío, sabiendo que estaba completamente a merced de su captor. Sin embargo, se negó a mostrar debilidad, manteniendo su mirada firme y su mandíbula apretada.

"¿Enserio piensas que llegará Blitzo?" preguntó Striker, su voz llena de burla. "Incluso si lo hace ¿Crees que algún día te amará de verdad?"

Stolas apretó los puños, su corazón latiendo con una mezcla de dolor y frustración. "¡Claro que llegará!" exclamó él, su voz llena de convicción. "Solo necesita tiempo para entender lo que realmente siento por él...el pasa por cosas dificiles..."

Striker se rió con desprecio, acercándose aún más a Stolas hasta que estuvieron cara a cara. "Oh, ¿de verdad crees eso, princesa?" dijo él, su aliento cálido en el rostro de Stolas. "Porque lo que vi en el baño no parecía amor, parecía desesperación y no de meses, quizas años?".

Stolas cerró los ojos con fuerza, las palabras de Striker cortando profundamente en su alma. Sabía que no podía ocultar la verdad de su dolor y su soledad, pero se negaba a rendirse ante su captor.

"Mhmm? Pff parece que te toque una arteria, no es así princesa?" Dijo Striker.

"¡Cállate, Striker!" gritó Stolas, sus ojos brillando con determinación. "No sabes nada de mí o de Blitzo."

Striker sonrió con malicia, saboreando el dolor que había causado. "Oh, creo que sé más de lo que tú piensas, princesa", murmuró él. "Y creo que deberíamos divertirnos un poco antes de que te regrese sano y salvo".

Stolas X Striker (Boyslove)Where stories live. Discover now