2

19 1 0
                                    


Me desperté pronto y fui corriendo a mirarme en el espejo. Los morados y heridas ya habían desaparecido; solo quedaban pequeñas marcas que tarde o temprano, se convertían en cicatrices.

Justo cuando iba a encerrarme en el baño como había estado haciendo toda la semana pasada, oí que tocaron a mi puerta así que escondí corriendo el reproductor, los auriculares y el libro, y fui corriendo a abrir.

Al abrir la puerta, ahogué un grito de felicidad; era Erine, venía cargada de bolsas con cepillos, maquillaje y accesorios; así que, pesé a que al principio se negó, cogí algunas de las bolsas para ayudar a cargarlas hacia mi vestidor y salón de maquillaje.

-Señorita Rutilantte, ¿cómo quiere que la maquille y peine?

-Para ti soy Ciara, insisto. En cuanto al peinado, preferiría un semi-recogido; el flequillo suelto, la parte de arriba recogida con un lazo y la de abajo ondulada y suelta. El maquillaje me gustaría que lo hicieras como tú quieras, pero no quiero verlo hasta el final.

-De acuerdo, póngase de espaldas al espejo.

Me estaba ahogando en mis propios pensamientos hasta que Erine lo notó y decidió hablar para distraerme un poco. No sé porqué siempre me pasa lo mismo: empiezo pensando en algo normal y acabo pensando cosas que me hacen daño.

-Señorita -iba a volver a pedirle que me llame por mi nombre, pero sinceramente hoy no tengo fuerzas-, quiero agradecerle lo que hizo por mí el domingo pasado. Fue un acto muy lindo y noble por su parte, pero no tenía por qué hacerlo.

-Erine, no tienes que darlas. Fue mi culpa y no es justo que tú y los demás paguéis por algo que hice yo por insolente.

-Claro que tengo que agradecerle, nadie hubiera hecho algo así por nosotros -hace una pequeña pausa para esbozar una sonrisa triste-. Lo único que lamento es que le quedarán las cicatrices.

-¿Sabes una cosa?, también hay belleza en las cicatrices, tanto en las de la piel como en las del alma. Significan que somos fuertes y hemos superado muchas cosas. Son como un mapa que muestran de alguna forma que el camino que hemos recorrido no ha sido fácil, pero que aun así hemos conseguido seguir adelante. La única diferencia entre ambas es que las de la piel pueden llegar a cerrarse, en cambio las del alma siempre permanecen en ti como la tristeza y el dolor si no te aseguras de cerrarlas del todo.

-Pese a su edad, es usted muy sabia y madura. Quiero que sepa que todos esperamos con ganas su reinado.Todos estamos seguros que serás la mejor y más sabia y justa reina que estas tierras han visto. 

Si ella supiera

-Eso espero. Esta es la primera vez que asisto a una reunión así, pero estoy segura que si mis padres han decidido mostrarme a un público cerrado en vez de al reino entero, seguramente sea porque se han visto obligados o quieren algo; jamás lo harían si no se tratara de algo así. 

-Princesa Rutilantte, creo que usted tiene un gran mal concepto de sus padres -iba a contestarle, cuando sin embargo, me hizo un gesto para que me callara-, pero no descarto que sea por alguno de los motivos que ha dicho. Todos pensamos que es muy raro -susurra-.

-No debemos darle demasiadas vueltas Erine, he llegado a  la conclusión de que sea por el motivo que sea los descubriré hoy.

-Lleva usted razón señorita.

Y así, entre maquillaje, charla, risa y anécdotas nos tiramos torda la tarde hablando. Ya se ha hecho de noche, queda poco para que salga a la fiesta. No mentía cuando dije que para mí ella es como mi hermana; mi familia. Tiene el don para poder sacar conversación de cualquier tema, hasta del más tonto. En todos estos años de encierro ella ha estado conmigo y hemos vivido muchísimas cosas juntas; hemos estado prácticamente toda nuestra vida juntas. Es curioso, no recuerdo haberla conocido en algún momento de mi vida; simplemente ella siempre ha estado. No puedo soportar el mero hecho de que mi madre se atreva de verdad a humillarla hoy delante de todos; no se lo merece.

EL REINO DE LOS MIL NOMBRESWhere stories live. Discover now