Así es él.

Y vamos que su jodido don es joderme la existencia.

- Adrián - menciono mi nombre con calma llamando mi atención.

Él sabe cómo soy, no expresó nada, es mi naturaleza vivir en el fondo de mi mente.

Papá siempre le ha explicado que es mejor hacerme salir de mi mente, mientras más me guarde las cosas que pienso sera peor la transformación.

Porque vamos no es divertido que todos los huesos de tu cuerpo se rompan de manera involuntaria, cuando el lobo dentro de tí quiere salir y tú yo humano solo quiere que desaparezca el enojo.

La irá es el detonante y es lo peor que puede suceder a alguien e nuestra especie.

Perder el control.

-¿Qué coño quieres?, me estás rayando, así que deja de dar la lata.

Se por donde venía toda esta conversación matutina, cree que no me doy cuenta o que no le escuché hablar con papá.

Aiden y Aaron no tienen la mejor de las relaciones con él, yo por otro lado todo lo que soy y todo lo que he progresado para regresar al mundo real ha sido gracias a Cristian Cross, mi padre.

Estoy seguro que mis transformaciónes desde que llegué no han sido silenciosas, una de ellas fue a voluntad propia, pero la rara sensación que siento en esta mierda de pueblo.

Me hace estremecerme de pies a cabeza, sé que a mí hermano le importa poco lo que me suceda, sin embargo no está para reclamos, así ha sido toda una vida.

Ser mi niñera.

- ¿Está vez será diferente? - pregunta bajando la voz con cuidado.

La última vez fue un desastre, algo de lo cual no me acuerdo en parte, pero él sí y desde ese entonces no me ha dejado vivir en paz.

Estaba cansado de su falsa preocupación, no sabía si este lugar me estaba afectando solo a mí o a ellos también.

- ¿Te refieres a sí explotare y tendrás que limpiar mi desastre? - mi tono de voz burlón desapareció, remplazado por uno totalmente enojado - Pues no lo sé joder, pero créeme que te mataré cuando sigas haciéndote el hermano mayor.

Él estaba acostumbrado a tomarse todo como una broma, vivir la vida al máximo como lo llama, poco después de lo que sucedió hace apenas dos años le tiene paranoico.

Ya que por mi culpa tuvimos que mudarnos desde ese entonces, no hemos tenido un lugar al cuál llamar hogar.

- Soy el mayor gilipollas, así que vete haciendo a la idea - su voz se alza de momento poniéndome de peor humor.

- Si claro, yo soy el desastre y tú don perfecto.

- Quieres callarte, ¿Qué coño te sucede?- pregunta al ver como me voy entregando más y más al otro lado.

Ese al cuál, nuestra especie le tiene miedo.

- No lo sé Joder - le gritó con frustración - Siento algo, estoy vibrando Aiden, siento como si me presionarán el pecho con fuerza.

Mi confesión le cerró la boca de un momento a otro, desde mi puesto podía ver los engranajes de su cerebro trabajar por encontrar la explicación de por qué, al parecer no era el único que lo sentía.

También le ví en la madrugada, le escuché entrar aún en su forma animal, iba a ver qué ruidos raros eran esos en la cocina, hasta que le encontré.

No sé por cuánto tiempo estuvo de pie apenas desnudo observando hacia el bosque detrás de casa.

Pero tal vez, jamás se percató de mi presencia, así que cree que nadie sabe hacer de sus transformaciónes.

Una enfermiza obsesión +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora