En donde dos rivales terminan siendo unidos por aquel chico que odia verlos competir.
YEONBINKAI + HEEKAI
inspirado en BAD BUDDY THE SERIES.
shipps secundarios irán siendo agregados con el tiempo.
me vi bad buddy unas 30 veces antes de escribir est...
¿voy a poner edits bad buddy en multimedia para cada capítulo? por supuesto, soy una psicópata obsesionada😋.
también le hice la playlist más basada que existe.
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ya saben, no está editado.
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Choi Soobin
—Aww. —aquel tono dulzón y chillón haciéndose pasó entre los labios de Kai siempre le había significado problemas. El rubio se detuvo a sí mismo en medio de su tarea de organizar aquellos libros que se había planteado guardar en orden alfabético y se giró para ver al menor, quien había sacado algo de una de las cajas donde había metido su nariz—. Todavía lo tienes.
Kai había encontrado el reloj.
Aunque una parte de él le gritaba desde el fondo de su cabeza que se moviera hasta su dongsaeng y le quitara aquel sagrado objeto, Soobin llegó a la conclusión de que solo iba a ser peor para él hacer eso, por lo que se limitó a encogerse de hombros y restarle importancia a aquella representación física de su sanidad en decadencia, enfocándose en los libros que estaba ordenando.
—Debió haberse caído de alguna otra caja. —si el rubio se creyó aquello o no, tampoco le dijo.
Aunque estaba casi seguro de que no, porque si alguien sabía que Choi Soobin iba por la vida teniendo extremo cuidado a la hora de mantener en orden la más mínima estructura, era Huening. ¿Qué importaba si se trataba de una mudanza? El pelimenta había crecido con él, viéndolo preparar sus ensaladas de frutas en orden de los colores del arcoíris y pasando paños húmedos en cada superficie que tuviera la más finas partículas de polvo.
Una cosa no aparecía solo porque sí dentro de una de sus cajas meticulosamente organizadas.
—Está en buen estado. —mencionó el menor, su voz sintiéndose cada vez más cercana para el mayor, quien no dejó de darle la espalda al hawaiano hasta que lo percibió detrás de él. Kai sostenía aquel reloj en sus manos, ese símbolo de verdades repulsivas y sensaciones maravillosas que le recordaban de cierto par de orbes feroces, y parecía casi complacido de saber que Soobin lo conservaba, tanto así que el mayor temió internamente que el pelimenta supiera—. ¿No has pensado ponértelo de nuevo?