— Y quien les dio la pastillas? Que sepa yo, la hermana Celeste es quien sabe de medicinas... — La mas imperativa sonrió de oreja a orejas.

— Fue Sebastian! El también va a ir a la fiesta — Dio saltos feliz — Ese chico es todo un pillo, verdad hermana?

— Si... — Sonrió — Entonces Scarlett? No queremos presionar, pero enserió no quieres salir por unas horas? — Se acerco dándole apoyo Después de todo haces el trabajo pesado.

La albina bajo la mirada nerviosa, sus manos mostraban su indecisión interna en si desobedecer o no... Pero vamos! Es una preadolecente que ha vivido toda su vida en una enorme iglesia a base de golpes, porque no... Salir un rato?

🔸️

Eran exactamente las 10 de la noche, varias personas bailaban en la pista la energética musica Jazz. Pero Scarlett solo se mantenía en la barra de bebidas, claro que no pedía un trago de alcohol, ni que estuviera loca. Las gemelas le ayudaron a arreglarse con la ropa, eran demasiadas buenas buscando vestidos elegantes.

La albina llevaba un maquillaje sencillo de la época, vestido rojo que resalta su piel bronceada por culpa del sol, su cabello albino estaba recogido por un listón, dejando suelto dos mechones blancos al lado de su rostro. En pocas palabras, estaba hermosa, digna de un angel caido a la tierra. Pero nadie la invitaba a bailar o a charlar, notaba como las gemelas recibían halagos de hombres bonitos y con dinero... Pero ella al parecer, no tenia suerte.

Ya quería irse, tal vez no fue buena idea venir sin saber que hacer. Ni siquiera llego a ver a Sebastian, quien no lo noto toda la noche en la fiesta.

Al recordar al joven de cabellos negros, un extraño olor y polvo llego a su nariz que la hizo estornudar, por la musica alta nadie le dio el dichoso Salud. Se limpio la nariz con una servilleta, teniendo cuidado a no estropear el maquillaje.

— Disculpe Caballero... Quiero dos Whisky — Una voz llego a su lado.

Lo sentía a su lado, pero lo ignoro por completo... Suspiro aburrida dejando ver un rostro triste y serio.

Querida, no estas completa con una sonrisa — Dejo el vaso en frente de la dama — Porque la cara larga?

La mujer dirigió sus ojos grises claros al contrario, y esta vez encontró a un varón. Uno que para ella resulto ser el hombre mas bello que ha visto en su corta vida, sin querer se sonrojo apretando los labios... Se ponía tímida ante ese moreno castaño, sus ojos del mismo color escondidos tras esos pequeños lentes redondos de la época.

— No.. No es nada Caballero... Solo que estoy aburrida — Tomó el pequeño vaso de whisky — Nada grave.

— ¿¡Nada grave!? — Exageró — Me perdona bella dama, pero en toda la noche no la he visto tocar la pista de baile.

— Me ha estado vigilando? — Le miro alzando una ceja — Eso es extraño... Porque a la gente suelo darle asco por mi enfermedad — Lo miro confundido — Tengo albinismo... Pero dejando eso de lado, tengo que llamar a la policia por obstrucción a la privacidad?

Religiosa Tentación • Hazbin Hotel Where stories live. Discover now