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«El Amor es una práctica diaria»


Tenía tiempo que no se sentía así, pero no se iba a dejar intimidar, ya el plan estaba en marcha. De todas maneras, si alguien decía algo se las vería con ella. Inhaló, exhaló y miro detrás suyo, Hayato se encontraba en el portabebés, dormitando. 


"Bien, ¿Están listas, chicas?" pregunto a las otras cuatro.


Habían formado algo así como un pequeño equipo para esta ocasión ya que les pareció una buena idea, que animaría a los chicos. Asintieron, seguras.


Frente a ellas, estaba la gran cancha y los jugadores se encontraban concentrados, intentando ganar. Probablemente aún no se habían dado cuenta de ellas.


1...2...3.


"¡Vamos equipo!" gritaron al unisono. Por un segundo, llamando su atención, ya que les tocaba sacar a ellos.


Suiren iba al centro, encabezando esa idea. Todas vestidas de Cheerleader con los colores del equipo. Se sentía algo cohibida, no se había puesto unas prendas tan expuestas desde antes de dar a luz y sentía que su cuerpo, en comparación con las otras chicas, se veía... Distinto.


Pero todo eso se esfumó cuando Hinata enfocó su mirada en ella, dándole una sonrisa de todos los dientes y con sus ojitos brillando. Por eso lo había organizado, por el. Para verlo a el sonreír. 


Inconscientemente ella sonrió también.


Tenía tiempo que no le dedicaba un acto como ese y sentía que ahora valía toda la pena.


[🌸🌸🌸] 


Lo espero fuera de los vestuarios. Con el portabebés dónde Hayato se encontraba despierto observando todo. 


"Oh, mira, ahí está papá." le dijo en lo que vio a Hinata salir de los vestidores mirando alrededor.


En los que los vio, sus ojitos brillaron mientras se acercó a paso rápido a ellos.


"Hey, viniste." dijo con alegría, agachándose para sacar a Hayato del portabebés y cargarlo. 


Le dió un beso en la nariz y luego empezó a hablarle con una vocecita muy poco varonil, pero muy tierno. "¿Viste a papá? Verdad que es súper cool, hace woosh y gwam."


Suiren soltó una risita mientras lo veía hablarle.


"Se paso la mitad dormido." dijo y Shoyo la miro con las mejillas rosadas y el ceño levemente fruncido.


Shoyo dejo a Hayato en el portabebés con cuidado y luego se acercó a Suiren. Ella sabía lo que él iba a hacer y estaba esperándolo. Su premio. Colocó una mano en su cintura, acercandola y la otra en su mejilla.


"No pensé que vendrían." dijo a unos centímetros de sus labios.


"Pedi un permiso. Quería darte una sorpresa."


"¡Me ha encantado!" chilló antes de darle un beso que le ha robado el aliento y no porque fuera candente. Más bien, porque era uno de esos besos que decían en mayúsculas «¡Te quiero!».


"¡Comportense enfrente del niño!"


"Parecen pubertos hormonales."


"¡Vivan los novios!"


Shoyo salto en su lugar al escuchar la voz de sus compañeros de equipo, volteo a verlos con las mejillas rojas mientras se alejaba de Suiren un poco, lentamente. Ella se avergonzó y solo quería esconderse detrás de Shoyo.


Valió cada segundo.


«Y si me preguntan, ¿Lo mejor de mi relación? Respondería que Tú» 

Una carta para ti - H. S.Where stories live. Discover now