20| La noche

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Aria

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Aria

— Ahora Aria, voy a comerte — y sin más preámbulos su lengua me recorre los pliegues de arriba a bajo muy lentamente— Estás realmente muy mojada. ¿Todo esto es por mi?—mi rostro se tornó en un rojo completo—

— Por favor, te necesito—le suplico y su sonriza se ensancha—

— ¿Que necesitas? Me encanta que me ruegues y que me pidas por favor— Su voz suena tan ronca que hace que mis paredes vaginales se contraigan—

Este hombre quiere asesinarme, no creo que pueda aguantar más el dolor que siento entre mis piernas, necesito que haga algo.Vuelve a bajar su cabeza entre mis piernas y esta vez no bromea conmigo, literalmente me esta comiendo cómo cuando me besa. 

Me mete la lengua hasta el fondo de mi entrada y la empieza a meter y sacar, mi espalda la encorvo de placer y mis piernas se abren inconciente mente y no se detiene; le agarro la cabeza con mi manos y le tiro del cabello muy fuerte haciendo que suelte él un gruñido.

¡Voici ce qu'il en est! (¡Sigue así!)—gimo muy alto y me esta haciendo ver las malditas estrellas con su lengua—

—  Sabes exquisito Aria — dice entre lengüetazos y yo me muerdo el labio tratando de aplacar mis gemidos—

— No te detengas 

—  ¡Nunca! No voy a parar hasta que grites mi nombre—vuelve a su trabajo y siento como mete un dedo en mi—

Me succiona mi clitoris con su boca mientras mete otro dedo, ¡Jesús! Voy a explotar, esto se siente demasiado bien, nunca he sentido algo así en mi vida;  pongo los ojos en blanco y me llevo la mano a mi boca a la vez que cierro los ojos.

— Nada de cerrar los ojos, quiero tus ojos en mi mientras te hago gritar mi nombre— se separa de mi y gimo— 

— No te detengas Dimitri—suplico y él solo se ríe y vuelve a bajar su boca a mi clítoris—

Me cuesta mantener el contacto visual, por la intensidad del momento y los sentimientos, pero logro mantenerlo y sus ojos miel hacen contacto con migo, ya no son miel están completamente negro de la lujuria.

Siento cómo mis paredes se cierran sobre sus dedos, moviéndose a un ritmo rápido, cada vez más hasta que exploto.Escucho un grito y me doy cuenta de que soy yo gritando su nombre, a este ritmo me voy a quedar afónica.

— Eres hermosa Aria— me dice mientras se levanta de entre mis piernas y se relame los labios—

Me sonrojo, este hombre me produce cosas que no debería producirme porque pensé que fingiríamos todo el tiempo pero esto claramente no lo ha fingido y me está dando mucha confianza.

Mi cerebro se había desconectado por unos segundos pero recuerdo que estoy desnuda y me tapo los senos con mi brazo; si bien ya me vio desnuda, me sigue dando inseguridad que vea mi cuerpo. 

Peligroso Amor  #1Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt