La mini Park aceptó liberar a su madre para bajar del auto, pensó que ahí terminarían la cita y Sana se iría, pero no, la alfa seguía con su actitud amable y las acompañó hasta su departamento.

Apenas Jihyo abrió la puerta su cachorra entró sin importarle que no se había despedido de la alfa, se dirigió directamente a su habitación, esperando no ser molestara hasta que ella quisiera salir. Ryujin pocas veces se portaba de esa manera, pero su madre se dio cuenta que su cachorra no quería en ese momento su atención.

Probablemente tenía ganada una conversación seria con su madre por su comportamiento de ese día, pero en ese instante no le importo mucho ser regañada.

¿Quieres entrar? — preguntó Jihyo volviendo su mirada a Sana, sentía el rostro caliente por la poca educación que mostró su retoño.

Claro, si tú quieres. — le sonrió Sana acunando su rostro para dejar un corto beso en su mejilla.

Sana se quedó sentada en un taburete frente a la barra de la cocina, observando la manera en la que Jihyo calentaba sus hamburguesas para comer ahí, la omega aún no quería terminar su cita y Sana estaba dispuesta a cumplir todo lo que la menor esperaba de ella.

Se extraño un poco que Ryujin no hubiera salido y que Jihyo tampoco fuera a ver a su cachorra.

¿tu pequeña no tiene hambre? — tuvo que preguntar al ver que solo había dos platos en la barra.

Jihyo la observó y negó con la cabeza, — Algo le molesta y sé que no me dirá hasta que ella quiera hablar, y también está viendo su caricatura favorita, dudo que quiera venir a comer.

Continuaron charlando mientras daban mordidas de vez en cuando a su hamburguesa, se sentían cómodas con la otra, hablando tranquilamente de varios temas a la vez, soltando risas en ocasiones y sí las palabras terminaban, los besos suaves también servían para conocerse.

A Ryujin se le pasó el enojo y fue a buscar a su mami, pensando que la alfa ya se había ido salió de su cuarto, no pudo evitar gruñir al ver que Sana tomaba la mano de su madre sobre la barra.

¿ya se va? — preguntó lo suficientemente alto para hacerles saber que estaba ahí.

Las mayores deshicieron su agarre, asustadas por la interrupción.

Antes de que Jihyo pudiera hablar, su jefa se adelantó, — Sí, ya me voy. — murmuró levantándose de su asiento y manteniendo su sonrisa amable, lista para dirigirse a la puerta sí no fuera porque la coreana se lo impidio y la tomó del brazo.

Jihyo no sabía que sucedía con su hija, pero no podía permitir que fuera grosera con Minatozaki.

Ryujin ven acá. — pidió Jihyo con un tono más fuerte de lo usual.

La menor y Sana compartieron una mirada rápida, ninguna de las dos sabía quién estaba más atemorizada por el tono de Jihyo.

En medio de bufidos la infante fue hasta su madre pasando de largo a Sana, Jihyo se agachó hasta la altura de su hija manteniéndose firme respecto a su idea de que la menor se disculpara.

Sabes que nunca te obligó a hacer algo que no quieres, pero debes pedirle disculpas a Sana por gruñirle, verla mal y correrla, ella ha sido tolerante contigo y no es justo que tú te portes así con ella.

❝𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀❞ ¦ 𝐒𝐚𝐇𝐲𝐨.Where stories live. Discover now