«Ciertas Dificultades»

24 1 0
                                    

Leith Pierre, uno de mis jefes. Respetable caballero entre el personal, la cabeza de innovación. Con un terror por los niños. Bueno, miedo relativo. Yo también estoy alerta cada que voy pasando detrás de las puertas. ¿Quién le enseño a los niños a asustar?... Claro, un aplauso para la cabeza del Playcare (todos te queremos, Stella).

De Leith solo se sabe cuando habla por los megáfonos o va caminando por ahí. Da órdenes, mantiene las cosas en su lugar. Todos se ponen firmes en su presencia. Me helaba el cuerpo cada que cruzábamos miradas.

No obstante. Este "doctor" le ha estado quitado ciertos títulos hace años. Poniéndo un ejemplo: «The bigger bodies initiative». Recuerdo que decían que despidieron a Pierre por la propuesta. De inmediato el señor fue a aclarar que los rumores eran incorrectos.  

Todos esquivamos una bala ese día. Tener al doctor de jefe... mis entrañas estarían compactadas en un Beecat hace tiempo.

Pero nadie me puede negar que el francés quedó sudando frío después de que todo su trabajo fue llamado "patético". La tensión entre los dos se siente por toda la fábrica. Hay algo en sus miradas, apretones de mano, forma en la que parece que estás buscando ganar una competencia de quien tiene la voz con mayor eco. Que, bueno, ya di a entender mi propio punto.

Sólo puedo imaginar a las cabezas de la compañía. Con sus trajes con corbata, en una gran mesa. Hablando sobre juguetes como si estuvieran en una corte. Y luego, este tipo golpea su propuesta contra la mesa gritando «OBJECION».

La aparición de don cascarrabias ha dejado a todo mi personal comiéndose las uñas. Según sus estadísticas este ha sido el año con mayor número de desempleo en la compañía. No estoy feliz. He estado quedándome a dormir en unas de las bóvedas, porque yo y, los únicos que quedan. Tenemos que hacer el trabajo de tres personas a la vez. Esta mañana me desperté con la dulce voz de Stella por los megáfonos. Me quedé viendo el piso. En una cama improvisada con sábanas. Analizando que pasaría si cambiará mi identidad, me casará con un ruso y me mudará del país...

Para desayunar saqué una soda energética de una de las máquinas. Mientras tomaba, veía mis asignaciones del día en un portapapeles. Tiene manchas de café, la cosa que sostiene el papeleo, oxidada. Pero es mi mejor compañero. Un beso en la mejilla y el rozar de una mano con mi hombro me despertó por completo.

-Buenos días-salude, devolviéndole el beso.

-Amor-contesto, pasándome un trozo de pan calentito.

Hace dos años todo el mundo hacía rumores de que Hakim y yo éramos... "algo". Desde entonces somos """novios""". Empezó con nosotros poniéndonos a actuar como una pareja en frente de todos. Luego nos acostumbramos. Y ni a su novio o mis jefes parece importarles. Mientras no jodan más, habrá paz.

-Escuche que Catnap te hizo su peluche-inicio conversación. Me queje entre dientes.

-A penas son las cuatro. No tengo descanso hasta las cinco. Maldito gato-dije, escuchando como todos bostezan y se quejaban. Hakim rio.

-¿Cuanto tiempo les das antes de que traten de matarte?-pregunto.

-Hoy-respondí, escupiendo un pedacito de metal de la lata.

Fue una hermosa mañana llena de quejas, accidentes y gente llorando a escondidas. Me tope con Leith varias veces. Sus charlas siempre son técnicas, casi como si memorizara diálogos para hablar con sus empleados acá. Es otro personaje de este lado de la fábrica. Todos deberíamos mantener imágenes. Pero, prefiero parecer vagabunda; hasta el día que me agarren y operen una sonrisa permanente en los músculos.

Me mandaron atrás, otra vez. De todos modos. Me gustan más los experimentos que las personas que llegan a la fábrica. Padres de familia. Me duele la cabeza de solo pensarlo. Por eso se los dejo a los nuevos.

05:00 pm

Almuerzo. Me escondí en uno de los cuartos donde manejan la electricidad. Comiendo el pan. Me gusta escuchar el silencio. No uno absoluto, si no, el sonido se las máquinas funcionando, combinado con uno que otro "corto circuito". Sin duda lo mejor en tecnología que puedas encontrar en todo el país. Pero un golpe, seguido de un chillido, me hizo pararme del frío piso. Levantando la mirada, reconocí al afelpado gigante que, se supone, debería estar custodiando la entrada. Trataba de alcanzarme. Fallando por ser demasiado grande y torpe.

- ¿Por qué nunca escuchas? Vamos -lo guíe para que no chocará más con las máquinas. Una vez salimos. Me levanto del suelo. Haciendo lloriqueos de cachorro. Acomode su lazo, cante una nana para calmarlo. A mí tampoco me agradan las personas. Más cuándo dejan a sus mocosos patearte las piernas. Acaricie por los lados su cabeza mientras se sentaba en el círculo.

-Todo estará bien. Cuando se retiren los de la mañana, haré que entreguen tu alimento. Y talvez logré pedirte un postre. ¿De acuerdo? - él contestó colocando, con cuidado, su frente contra la mía- muy bien... -abrace su cuello y empezó a mecerse. Se estaba acunando como un bebé.

...

Todo el pasillo estaba ensangrentado. HAY SANGRE EN LA LIBRETA, LA PUTA.

Me tropecé y quedé en el suelo cubierta sabra Eliot de qué. Kisssy me levanto y empezó a limpiarme, lamiendo mi cara. Apreció los esfuerzos de mi niña, pero no volveré a estar lo suficiente limpia en años.

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
Naabot mo na ang dulo ng mga na-publish na parte.

⏰ Huling update: Mar 23 ⏰

Idagdag ang kuwentong ito sa iyong Library para ma-notify tungkol sa mga bagong parte!

Vete A La Mierda Playtime.Co. || El Diario Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon