«Un día común»

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Durante mi estadía en la empresa fui recolectando cosas que, al principio me agradaban. Pero con el pasar del tiempo se volvieron parte de una rutina diaria, de la que no puedo escapar porque le vendí mi alma al mismísimo señor infernal. Ajala pudiera volver en el tiempo y decirme que trabajar en aquél Wendy's con sueldo mínimo me daba al menos comida gratuita.

Odio las cintas VHS. Todo era risas y juegos hasta que me fueron promoviendo de puesto. Todo se volvió un libro extraño de ciencia ficción y terror. Recuerdo siempre ver a mi superior para buscar respuestas «¿Que es esto?» «¿Que está pasando?» «¿Por qué a mí?» la primera vez me dejaron sola en el cuarto sollozando durante media hora. Cuando salí, vi al de la entrada con la mirada en blanco. El solo me dio una palmaditas y me dijo que tenía suerte de no terminar en la trituradora. Esa noche recuerdo no dormir. Solo podía escribir, página, tras página. Tratando de encontrar el por qué. Podía sentir los nervios apretando cada músculo de mi cuerpo. Pisar la compañía me hacía sudar, solo podía calmar mi estado de alerta entrando al cuarto frío con los ojos cerrados. Ahora es como «Carajo. Alguien dejó caer las cubetas de residuos en el pasillo cuatro y ahora apesta a carne podrida»

Para mí mala suerte ahora soy yo quien le da a los novatos las noticias. Algunos gritan, otros lloran, algunos llegan a la agresión. Pero firmaron sus contratos. Siempre estuvieron en el pozo, pero la venda de confianza que les pusieron al tirarlos a penas acaba de caer... Mi posición es esta compañía está indefinida. Al menos para mí, puedo ser lo que sea en un solo día. Desde limpiar los pisos, hasta encontrarme cara a cara con uno de esos Smiling Critters gigantes que se mueven como tarántulas.

Hoy, era alimentar a Cat Nap. No entraré en detalles sobre lo que se le suministra a cada uno, ya que es «confidencial». Dejo de importarme. Llevando el carrito en los pasillos hay un silencio fúnebre. Las ruedas oxidadas hacen eco. Y despues de unos momentos, se escucha... Una melodía, pero la han cantado tantas veces que ya perdió su alegría. Llegó a la entrada, miro a las personas de la cámara, se abre la puerta. La melodía se detiene y entró. Escuchó la puerta cerrarse mientras veo al señorito droga niños haciéndose bolita en la esquina.

-Buenas tardes-siempre saludo por cortesía. Solo me responde con el sonar de su respiración. Pongo el carrito en el centro de la habitación. Le hago clip, clip a la pluma y empiezo a rellenar el informe. No es nada en especial. Solo para confirmar que llegó el paquete. Hay ciertas reglas que se deben seguir a la hora de tratar con estos animalitos. Y Playtime. Co es muy quisquilloso con todas. Todo de debe hacer al pié de la letra, al minimo error terminás en manos de los científicos en los laboratorios. Donde las camas son tiesas, pierdes tus derechos, y lo poco de sanidad que tenías. 

Mientras escribía sentí al piso temblar y una corriente de aire tibio sobre mi. Silencio. Tardé en dejar la carpeta en su lugar. Volteé despacio hacia atrás. Mantuve mi respiración lo más que pude... Esta fue la primera vez que estuve a centímetros de él; cara a cara con un experimento. Podía sentir su aliento sobre mi. Aunque sabía que los científicos y oficiales estaban observando, no me estaban protegiendo. Trate de armar un plan de escape en mi cabeza. Pero cuando volteé mis ojos a la salida, ya me había tomado como si fuera su cría y tirado al otro extremo del cuarto. Lo vi empezando a comer. Crujidos de lo que sea que estaba poniendo en su boca. ¿Acaso él también me veía así? no como ser viviente, sino como carne. Carne muerta, un objeto. Sin sentimiento.

Me quede en el piso. A oscuras. Mi mente entró en un trance, luchando para no caer dormida. No sabía que pasaría conmigo después, al menos sería mejor no estar consciente para saberlo. Recuerdo despertar por la luz de un foco en mi ojo. Me estaban examinando. Por lo poco que me dieron ha entender, Cat Nap me tomo como un "peluche" para dormir. Me hizo perder medio día de trabajo. A doblar turno.

...

Esos putos Smilling Critters miniatura me han estado siguiendo todo el día. Uno me hizo caer y de repente los tenía todos encima. Me estaba ahogando en una pila de peluches. Luego manejaron para montarme encima de todos y me llevaron devuelta a las celdas de los más grandes. Gritaba porqué no me podía mover. Y todo el personal de científicos se estaba riendo de mi. Pasé el resto de la hora tratando de quitarmelos, pero seguían trepando en mí. Al final me quedé sentada, cruzada de brazos con Catnaps ronroneando. Dogdays ladrando para que les tirará una pelota. Y el resto con lo suyo.

Escribo esto mientras duermen. No me pagan lo suficiente para NADA de esto.

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Vete A La Mierda Playtime.Co. || El Diario Where stories live. Discover now