Flor De Loto

1

-No, no lo hare...- Aunque quisiera no podia llorar, las lágrimas no salian de mis ojos, por alguna razón, estaba jodidamente en paz, mi cuerpo se sentia agotado, la chica que se encontraba ahí en frente de mí, simplemente se fue de la habitación.

Me acoste completamente en la cama en la que me encontraba, no pude dormir, asi que solo mire hacia el techo, y lo unico que pude hacer, fue recordar, como era mi vida antes de que llegara a la granja, acaricie mi hombro y tracé el numero delicadamente, varias veces, como si quisiera que por obra de magía este fuera a desaparecer.

Busque entre mis recuerdos, y una niña pequeña estaba echa bolita mientras lloraba, suplicando porque su madre fuera con ella, pero aquella figura materna que tanto apreciaba nunca aparecío, el frío viento la consoló, la acompañó hasta la puerta de su casa, en la cual ella y su madre vivian, al abrir la puerta una desgracia se asomó en el lugar, aquella casa tenía un aire espantoso, en las paredes manchas de sangre, y huellas de manos, en el suelo, un rastro de sangre, un camino, como si eso la fuera a guiar.

- ¿Mama? - Dijo la niña abrazandose a sí misma, esperando que su madre se encontrara bien, nunca espero llegar a su casa, y ver lo que vio, esta cayo al piso, y movio el cadaver de la mujer asesinada, sus manos se llenaron de sangre, y sus ojos derramaban lagrimas sin parar.

El culpable era su padre, el y mamá se peleaban mucho, hasta el punto de que se divorciaron, la custodia quedo con mi madre, asi que no me separe de ella, mi padre venía a visitarme de vez en cuando, no era siempre, pero minimo una vez a la semana, despues de cumplir ocho años fue cuando las peleas por mi empezaron.

Toronto siempre fue un lugar tranquilo, era otoño, mi mamá y yo saliamos al parque, ella me tomaba de la mano, su figura delgada, su cabello era color marron y era bastante larga, sus ojos eran azules, y debajo de aquellos ojos que miraba, unas sombras se asomaban, cuando llegamos al parque, me solteé de su mano, desearia no haberla soltado, fui a jugar con los demas niños, los cuales eran pocos, despues de unos minutos, por primera vez me subí a un columpio sin caerme, grite patra que mi madre viera, sin embargo ella ya no estaba ahí, cuando iba a bajar del columpio, un niño me empujo, este estaba corriendo, asi que no se dio cuenta que yo me encontraba ahí, enrede mis brazos en mis piernas y empece a lagrimear, buscaba a mi mamá con tanta desesperación, pero al no sentirla a mi lado, me levante, una señora me ayudo a levantarme, me pregunto si estaba bien, yo solo acenti, y me dispuse a buscar a mi madre.

Mi casa no estaba tan lejos, asi que pude llegar facilmente, cuando llegue la puerta estaba abierta, el aire entraba y se sentia fresco, no me gustaba como se sentia, seguí caminando, y encontre mi pequeño oso de peluche, lo abracé tan fuerte como pude, segui caminando hasta la sala, en ella, huellas de manos en las paredes, en el piso, rasguños, y un camino de sangre, el cual guiaba hasta la cocina, segui caminando, pero aún más lento, di unos cinco o seis pasos, y la puerta de la cocina estaba frente a mí, empuje la puerta lentamente, y esta se abrio despacio, asi dejando ver un cuarto lleno de sangre, en el piso y en el marco de la puerta se podian ver las huellas de manos, y en medio de la cocina, un cadaver, el cuerpo de su madre sin vida estaba tirado, rapidamente, la pequeña sacudia el cuerpo, tratando de hacer que esta despertara.

- Mami, despierta, no es hora de dormir... Mami, ¿Porque el cuarto esta de color rojo? Mama, ya es hora, ¿Por qué estás tirada, Mami? – la niña desesperada movio el cuerpo y vio una herida en el pecho de su madre, y la sacudio de nuevo, sus lágrimas salian, y no parecian queres cesár, esta abrazó el frio cuerpo de su madre tratando de buscar el calor que ella le causaba, a las horas, la niña se quedó dormida en el regazo de su madre, no parecia querer soltarla.