-¿Sabes? Mi abuela decía que estas flores son un símbolo de amor no correspondido- habló Nathan hacia su novio. Madison miró a su novio y notó como éste ya la estaba mirando.
-Que curioso, Chicago, hay unas flores que representan nuestra relación- c...
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Hoy era el cumpleaños de Madison. Ésta fecha era más esperada por los Walter que por la mismísima Madison, lo cual le solía causar demasiada gracia a ésta.
Madison se despertó con la respiración agitada y con sus ojos mirando de derecha a izquierda y viceversa, pues, la pequeña Parker había saltado en su cama, haciendo que la pelirroja se alterará.
-Dios...- murmuró Madison, llevando su mano al pecho, mientras regulaba su respiración.
-¡Feliz cumpleaños! ¡Feliz cumpleaños!- repetía la rubia, aun saltando en la cama. Ésta se tiró hacia la pelirroja, la cual la recibió en un cálido abrazo.
Pasando por la puerta del cuarto, Katherine y George se hicieron presentes. La mujer sostenía una bandeja de desayuno, y el hombre sostenía una caja demasiado pequeña.
-Feliz cumpleaños, cielo- la primera en hablar fue Katherine, acercándose a la menor. Ésta dejó la bandeja de desayuno en su mesita de luz y luego dejó un casto beso en su mejilla.
-Feliz cumpleaños, Madi- saludó ahora George, mientras dejaba un beso en la coronilla de la pelirroja.
-Gracias- sonrió la menor.
-Kath y yo te compramos algo- tomó la palabra George -. No es la gran cosa, pero era lo que estaba a nuestro alcance.
Madison les entregó una cálida sonrisa. Sabía que la situación económica de los Walter no era la mejor, pero ella los entendía, alimentar a tantos niños no era posible.
-Gracias- Holland tomó la caja -. No era necesario.
Katherine se colocó al lado de su esposo -Ábrelo, abrelo- pidió impaciente, estaba más emocionado que Madison.
La pelirroja abrió la pequeña caja y en el interior de ésta encontró un llavero de un auto, el Nissan Skyline GT-R R34, el favorito de Madison desde que tiene memoria. Gracias Paul.
-Ay, por Dios- Madison elevó su visita hacia la pareja, los cuales esperaban con ansias una respuesta por parte de la menor -. Es hermoso... muchas gracias- los atrajo a un abrazo.
-No hay de que.
-¡Mi turno!- chilló Parker -. Toma- ésta le extendió un dibujo.
Madison sonrió -Gracias, P, me encanta- Parker sonrió -. Lo guardaré en un lugar especial- la pelirroja le guiñó el ojo a la rubia, haciendo que ésta riera, ya que sabía a lo que se refería. Madison tenía una pequeña caja de madera donde solía guardar todo tipo de dibujos, cartas y regalos que le daban.
La pareja y Parker decidieron dejar a la cumpleañera sola en el cuarto, hacia podía disfrutar tranquila de su desayuno, el cual consistía de su café matutino y de una porción de lemon pie y brownie.
Una vez que ésta terminó su desayuno, decidió darse una ducha y luego ir hacia la cocina, dónde ya estaban todos desayunando.
-¡Madi!- chilló Lee, lanzándose a ésta -. ¡Feliz cumpleaños, rojita!.
